Lástima que sea una puta

Lástima que sea una puta Metáforas y Símiles

"Oh Giovanni: ¿habéis dejado las escuelas del saber para conversar con la lujuria y la muerte?" (Metáfora) (p. 69)

Giovanni es un joven con un futuro prometedor y un buen rendimiento académico. Por eso, cuando el muchacho le confiesa al fraile el amor que siente por su hermana, este le pregunta si abandonó las escuelas del saber, es decir, la formación académica, para “conversar con la lujuria y la muerte”. Esto último es una metáfora que presenta a la lujuria y la muerte como las interlocutoras del joven. Con esto, el fraile intenta decir que, al enamorarse de su hermana, Giovanni está cometiendo un pecado que eventualmente lo empujará hacia la muerte.

Además, es importante mencionar que a través de esta metáfora, el fraile establece por primera vez un vínculo entre sexo y muerte, relación que se desarrollará a lo largo de toda la obra y se convertirá en uno de los ejes centrales de la pieza.

"De este delicioso veneno se alimentarán mis pensamientos. La venganza endulzará lo que mis cuitas han probado" (Metáforas) (p. 104)

En la segunda escena del segundo acto, Hipólita establece una alianza con Vasques para vengarse de Soranzo. Durante esta conversación, la mujer habla figuradamente de la venganza como algo dulce y de buen sabor, aludiendo al placer que va a obtener tras ejecutarla. En una primera instancia, se refiere a la venganza como un delicioso veneno que alimenta sus pensamientos, y luego, como aquello que endulzará sus desgracias padecidas.

"Mujer estúpida, ahora sois como una tea que ha encendido a otras y se ha consumido a sí misma" (Símil) (p. 156)

En la primera escena del cuarto acto, Hipólita está dando un discurso convencida de que Soranzo está a punto de morir. Sin embargo, Vasques la interrumpe para revelarle que la traicionó y que quien ha bebido el veneno es ella. Al momento de exponer a Hipólita, Vasques se vale de un símil en el que la compara con una antorcha que prende a otras. Con esto, quiere decir que, con su propia furia y despecho, Hipólita urde tramas y venganzas que arrastran a todos al caos y al dolor.

Luego el símil continúa: la tea, una vez encendida, se consume a sí misma. Esto es lo que señala Vasques de Hipólita, quien por su odio termina por destruir su propia vida —en el sentido más literal de la palabra, ya que en ese preciso instante el veneno está empezando a hacer efecto—. Resulta interésente destacar que la figura del fuego está asociada a la destrucción y a la lujuria, por lo que este símil está íntimamente relacionado con uno de los temas de la obra, el vínculo entre la lujuria y la muerte.

"Si he de tamabalearme como un roble bien crecido, algunas raíces subterráneas serán trituradas y hechas astillas. En mi pesada caída: todos ellos perecerán conmigo" (Símil y metáfora) (p. 183)

Giovanni le explica al fraile el motivo por el cual acepta la invitación de Vasques al cumpleaños de Soranzo; el joven sabe que se trata de una trampa, y que su destino final se acerca. Para explicarse se compara a sí mismo con un inmenso roble, que al caer destruye todo lo que se encuentra a su alrededor. De esta forma, el muchacho explicita que conoce su destino y está dispuesto a aceptarlo, pero no sin antes empujar a sus adversarios a la perdición.

"Bien está. Cuanto menos hablo, menos me enardezco, y la sangre saciará esta llama" (Metáfora) (p. 185)

Vasques le recomienda a su amo que sea paciente para poder tramar una venganza a la altura de las circunstancias. Soranzo, que hasta el momento no podía controlar su furia, entra en razón. Sin embargo, reconoce que lo único que apaciguará su llama es la sangre. La llama es una metáfora de su furia y rencor, los sentimientos producidos por su honor mancillado. La sangre, por su parte, funciona como sinécdoque del asesinato, ya que para Soranzo, el único desenlace posible implica la muerte del joven Giovanni.

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