La novela se centra en la tensión entre las clases alta y baja de Puerto Rico. A través de las interacciones entre estas dos clases, la novela explora la dinámica de poder entre ricos y pobres, y cómo esta dinámica de poder se ve afectada por el gobierno corrupto y opresivo de Puerto Rico.
La clase alta está representada por el senador, su mujer y su hijo, mientras que la clase baja está representada por La Madre y su hijo. El senador Vicente es una figura poderosa en Puerto Rico que simboliza el poder político y económico de la clase alta. Por su parte, La Madre es una madre soltera y pobre que lucha por mantener a su hijo. El principal contraste entre las dos historias es la forma en que se cuentan. La historia de la clase alta se cuenta a través de los ojos de Benny, el hijo de Vicente y Graciela, que se presenta en un estado onírico, desconectado de la realidad. En cambio, la historia de la clase baja es más sencilla, más directa y se cuenta sin exageraciones ni poetismos. Esta diferencia en la narración refleja la dinámica de poder entre las dos clases: la clase alta tiene acceso a una versión más romántica del mundo, mientras que la clase baja debe enfrentarse a la realidad de forma más directa.
Como resultado, la narración explora la idea de identidad y cómo esta se ve moldeada por el entorno. Los personajes de la clase alta se presentan como figuras distantes, casi ajenas, desconectadas de su entorno. Por el contrario, los personajes de clase baja se presentan más en contacto con la realidad de sus vidas y sus luchas. La Madre y Nené representan a personajes que intentan encontrar un sentido de pertenencia e identidad, en un mundo que no les ofrece muchas opciones. Su situación se yuxtapone a la de Benny, que ha nacido en un entorno privilegiado.
El autor también examina el poder del lenguaje en Puerto Rico. El senador Vicente habla en un español formal y culto, mientras que La Madre habla en un español más coloquial y lleno de jerga. Esta diferencia en el lenguaje se utiliza para resaltar las diferencias entre las clases. En última instancia, la novela ofrece una crítica de la desigualdad de clases y la dinámica del poder. Sugiere que la única forma de superar la desigualdad es derribar las barreras entre las dos clases y reconocer el valor de la historia individual de cada persona.