Capítulo 1
Resumen
Después de entrevistas, más demostraciones y una noche de sueño, Alex es un hombre libre. Se pregunta “¿Y ahora qué pasa, eh?” (74), y decide desayunar. Come algo en un local cercano para trabajadores, y el espectáculo de los hombres queriendo tocar a la camarera lo enferma. Compra lo que parece ser un periódico del gobierno, que se jacta de haber protegido las calles durante los últimos seis meses con una fuerza policial reforzada. Ve una foto de sí mismo y un artículo laudatorio sobre la técnica de Ludovico.
Planea irse a casa, escuchar música y pensar qué va a hacer con su vida. En el edificio, le sorprende descubrir que la pintura de los trabajadores ya no tiene grafitis obscenos y que el ascensor funciona. Abre la puerta de su casa y encuentra a sus padres desayunando con un hombre corpulento. El hombre le dice a Alex que se vaya, mientras su madre llora y teme que el joven se haya escapado de la cárcel. El hombre es presentado como Joe, un inquilino, pero él afirma que es más bien como un hijo para los padres de Alex.
Alex le dice a Joe que retire sus cosas de su habitación, pero descubre que esta ha cambiado por completo: la policía se llevó sus pertenencias para indemnizar a sus víctimas, es decir, los gatos de la anciana rica. Su padre le explica que tienen un contrato con Joe por dos años, y que no pueden echarlo. Alex llora, pero Joe insta a los padres a mantener una posición firme. Alex dice que nadie lo quiere y que todos quieren que siga sufriendo; Joe le responde que ha hecho sufrir a otros y merece sufrir él, ahora. Alex finalmente se va, haciendo sentir culpables a sus padres y afirmando que nunca volverán a verlo.
Análisis
Aquí comienza a ponerse en evidencia la simetría estructural en la novela. Cada capítulo en la tercera parte tiene algo en común con su capítulo en espejo de la primera parte: el capítulo 1 aquí se conecta con el 7 de la primera parte, el capítulo 2 se va a enlazar con el 6, y así sucesivamente. En el capítulo 7 de la primera parte, Alex es llevado a la comisaría, donde es golpeado, especialmente por un policía grande y gordo; P. R. Deltoid lo escupe; lo ponen en una celda terrible y le informan que ha cometido un asesinato. Aquí, es liberado de la prisión, descubre que su hogar ya no es tal, es rechazado por sus padres (en lugar de perder la protección de P. R. Deltoid, figura semipaternal), y el corpulento Joe lo golpea emocionalmente. La simetría de la novela actúa como las piezas musicales clásicas que Alex ama, con motivos repetitivos y yuxtaposiciones. Es magnifica la gran inversión en la vida de Alex. El “¿Y ahora qué pasa, eh?”, al comienzo del capítulo, solidifica la alienación de Alex: esta vez solo se hace la pregunta, pero el lector sabe que la pérdida de libre albedrío de Alex significa que tiene poco poder para decidir realmente sobre lo que pasa, es decir, sobre su vida.
Por otro lado, mientras Alex estaba encerrado, el control estatal se hizo más estricto. Las calles son más seguras, todo es más funcional y la policía tiene un mayor control. Así como el libre albedrío de Alex se ha reducido, también lo ha hecho el del ciudadano común. Pero mientras que los ciudadanos viven el control policial de un modo físico, el control sobre Alex es mental.
El uso de un inquilino para desplazar al hijo legítimo es quizás una alusión a La metamorfosis, de Franz Kafka, en la que los inquilinos ocupan la casa de Gregorio Samsa mientras el protagonista queda cada vez más excluido de su familia. Que Gregorio se haya metamorfoseado en un escarabajo aumenta la alusión, puesto que también Alex ha perdido en parte su humanidad.
Capítulo 2
Resumen
Alex va a su tienda de discos favorita. Es una fría mañana de invierno. El lugar está lleno de adolescentes, incluido el que atiende en el mostrador. Alex pide la sinfonía Cuarenta de Mozart, pero el vendedor le da el disco de la sinfonía Praga. De todos modos, en la cabina de audición, la música lo descompone por su asociación con la técnica de Ludovico. Alex sale corriendo de la tienda y se dirige al bar Korova.
El joven ordena una leche con sustancias alucinógenas. Después de beberla, tiene visiones y balbucea palabras extrañas. Ve estatuas de Dios, ángeles y santos, y se siente celestial por un momento. Pero luego siente ganas de morir. La idea de cortarse con la navaja lo enferma, por lo que decide ir a la biblioteca pública a buscar en libros formas no violentas de suicidarse. Le agrada la idea de hacer que todos, sus padres, los médicos, Joe y el gobierno, sientan culpa por su muerte.
En la biblioteca, Alex descubre que un libro de medicina lleno de dibujos de enfermedades también lo hace sentir mal. La Biblia, con sus historias de violencia, lo enferma también. Le dice a un hombre que está por ahí que quiere acabar con su vida. Pero luego de pedirles silencio, otro hombre reconoce a Alex. Este también se da cuenta de quién es el otro: es el anciano con los libros de cristalografía y otras ciencias que su pandilla golpeó hace más de dos años. El hombre le dice a las otras personas mayores que están en la biblioteca que Alex fue quien destrozó los libros de ciencia y lo golpeó. Alex advierte que ha sido castigado y curado, pero antes de que se pueda irse, varios ancianos lo retienen. Alex deja que lo golpeen, porque conoce las consecuencias de golpear a otra persona. Un asistente intenta detenerlos pero no puede, por lo que llama a la policía, medida que Alex nunca pensó que apoyaría. La policía finalmente llega y se termina la golpiza.
Análisis
Alex carece incluso de la libertad para suicidarse, ya que los pensamientos de violencia, incluso contra sí mismo, lo enferman. Poner fin a su vida, ahora, requerirá de algún tipo de creatividad, como la que usaba en los ataques a sus víctimas. Además, Alex prefiere la violencia que le infligen los ancianos al terrible malestar que siente cuando ejerce violencia contra otros.
La simetría estructural entre la primera y la tercera parte continúa en este capítulo, para demostrar cuánto se ha invertido la vida de Alex. En el capítulo 6 de la primera parte, Alex golpea y finalmente mata a una anciana antes de que llegue la policía. Aquí, los viejos se vengan de él hasta que llegan los efectivos. De hecho, las personas mayores se parecen a los gatos de la mujer, rodeando y lastimando débilmente a Alex. Por otra parte, en este capítulo Alex bebe la leche mezclada con sustancias, mientras que, en el otro, tropieza con los platillos de leche que la anciana había dejado para sus gatos. La estatua de Dios que ve en su alucinación, por su parte, recuerda la estatua de plata con la que golpea a la anciana en la cabeza, así como el busto de Beethoven que quería robar.
Su visión de Dios y los ángeles negándole la entrada al cielo -“Bogo y los ángeles y los santos medio menearon las golovás al mirarme, como si quisieran goborar que todavía no había llegado el momento y que era necesario probar otra vez” (79)- indica que, para llegar al cielo, Alex no puede confiar únicamente en sus actos reflejo, que hacen que actúe con una bondad artificial. De alguna manera, deberá elegir la bondad verdadera para redimirse.
Capítulo 3
Resumen
Los policías golpean a los ancianos y luego se quedan con Alex. Resultan ser su viejo enemigo, Billyboy, y su viejo amigo, el Lerdo. Acusan a Alex de comenzar los problemas con las personas mayores y lo meten en el patrullero. El Lerdo dice no acordarse mucho de su pasado. Los policías lo conducen al campo, en vez de llevarlo a la comisaría, lo golpean sin piedad y lo dejan en el suelo. Alex tiene poco dinero y no tiene adónde ir. Llora y comienza a caminar.
Análisis
La victimización de Alex vuelve a ser irónica y simétrica. En el capítulo 5 de la primera parte, Alex golpeó y derrotó al Lerdo por su insubordinación. Ahora, el Lerdo se venga junto con Billyboy. Que ambos se hayan convertido en policías no debería sorprendernos: las personas que trabajan para el Estado han demostrado tener tanto instinto hacia la violencia como las pandillas callejeras, y ahora la policía está literalmente compuesta por pandilleros.
Capítulo 4
Resumen
Alex camina bajo la lluvia hacia una casa con la inscripción “HOGAR”. Llama a la puerta y le pide al hombre que lo ayude, ya que la policía lo golpeó y lo abandonó para dejarlo morir en el campo. El amable hombre lo recibe, y Alex se da cuenta de que se trata del escritor del manuscrito “La naranja mecánica”. Se siente seguro sabiendo que el hombre no lo reconocerá, ya que Alex solía usar una máscara durante sus crímenes. El hombre, F. Alexander, sabe que la policía está haciendo estragos y lamenta la situación. Le permite a Alex que se dé un baño caliente y le ofrece comida. F. Alexander dice que leyó sobre Alex en el periódico, y siente que fue providencial que acudiera a él.
Con cuidado de no revelar su identidad, Alex dice que ha oído hablar sobre “La naranja mecánica”, aunque no lo ha leído. Le cuenta su historia, comenzando desde el asesinato de la anciana, aunque tergiversa las cosas para pasar por un inocente y travieso joven. F. Alexander simpatiza con Alex y está indignado de que lo hayan convertido en una “mecanismo de relojería” (87). Quiere usarlo para derrocar al gobierno. También menciona que su esposa murió luego de ser brutalmente violada y golpeada. Alex se descompone pensando en el episodio, y F. Alexander lo envía a la cama.
Análisis
Las ironías se acumulan en este capítulo. La historia que Alex usaba para engañar a sus víctimas y entrar a sus casa es ahora cierta. El comentario de F. Alexander sobre que Alex es una “Una víctima de los tiempos modernos” (88), al igual que su esposa muerta, también está lleno de obvia ironía, pues Alex ha sido el victimario de su esposa.
Por otro lado, la simetría continúa: en lugar de ser alimentado por sus padres, como en el capítulo 4 de la primera parte, Alex ahora recibe comida de F. Alexander, que se convierte, ahora en una figura semipaternal. Y en lugar de recibir la visita de P. R. Deltoid, Alex visita a F. Alexander y recibe de él un trato y una orientación mucho más amables.
Sin embargo, F. Alexander todavía quiere usar a Alex en su batalla contra el Estado. “Nos serás útil” (87), dice. Incluso aquellos que anuncian la necesidad de la libertad, parecen decididos a cooptar lo que queda de la libertad de Alex para sus propios intereses.
Por último, vemos que, a pesar de la amable recepción de Alexander, Alex claramente no está reformado. Solo le preocupa haber matado a la esposa de F. Alexander porque la imagen de lo que hizo lo enferma. No tiene remordimientos emocionales, sino solo un reflejo físico.