El pobre explotado por el rico (Motivo)
Muchos de los cuentos de García Márquez, entre los que destaca “La siesta del martes”, presentan como leitmotiv a personajes pobres que son explotados o sufren a manos de los ricos. En este caso, la viuda Rebeca (representante de la burguesía del pueblo) asesina a Carlos Centeno cuando este intenta entrar en su casa a robar. En el diálogo entre la madre y el cura, esta explica que Carlos solo robaba lo necesario para alimentarse, y que jamás se aprovechaba de alguien en necesidad. El cura, por su parte, le echa la culpa de lo sucedido a la mala educación de Carlos y apaña el accionar de Rebeca. Así, la explotación y el sometimiento de los pobres por los ricos se manifiesta como la principal denuncia social que García Márquez realiza en el relato.
La ropa negra (Símbolo)
La voz narradora mantiene ocultas, al principio, las motivaciones que mueven a los personajes del relato, pero presenta al lector ciertos indicios que orientan la interpretación. Uno de ellos es la descripción de la vestimenta de la madre y la hija: las dos llevan ropa negra. El color negro de las vestimentas simboliza el luto, por lo que el lector comprende que hay una muerte involucrada en el argumento.
Las flores muertas (Símbolo)
Combinadas con la ropa negra, las flores muertas envueltas en papel de diario que lleva la hija son un símbolo del luto y sirven como un indicio que adelanta al lector las razones del viaje que emprenden las dos mujeres.
Las llaves del cementerio (Símbolo)
Las llaves del cementerio simbolizan el poder y el control que el cura ejerce sobre el resto de los ciudadanos. Cuando la madre llega al pueblo con el objetivo de dejar flores en la tumba de su hijo, no tiene más opción que dirigirse a la casa cural y solicitar al sacerdote el permiso para visitar el cementerio. Cuando este le entrega las llaves, simbólicamente le otorga dicho permiso. Con ello, el cura se presenta como una institución importante y poderosa en el pueblo, que tiene injerencia sobre la vida espiritual de sus ciudadanos.