Nana Imágenes

Nana Imágenes

Descripción de las calles de Francia en el siglo XIX (imagen visual)

“Abajo, el gran vestíbulo con losas de mármol, donde estaba el control de entrada, empezaba a llenarse de público. Por las tres verjas abiertas se veía circular la vida ardiente de los bulevares, que bullían y resplandecían en aquella hermosa noche de abril. El rodar de los carruajes se detenía un momento, las portezuelas se cerraban estrepitosamente, y todo el mundo entrada, formando pequeños grupos, detenidos unos ante la taquilla y otros subiendo la doble escalera del fondo, en donde las mujeres se retrasaban evitando los empujones con una simple inclinación del cuerpo. A la cruda claridad del gas, sobre la desnuda palidez de aquella sala, que una pobre decoración imperio convertía en un peristilo de templo de cartón, se destacaban violentamente unos altos cartelones con el nombre de Nana en grandes letras negras”.

En esta detallada imagen visual encontramos la descripción de las calles de Francia durante la segunda mitad del siglo XIX. Los bulevares, los carruajes, el movimiento del público acercándose al teatro son elementos típicos de aquella época. Por un momento, nos trasladamos a la época en que la electricidad aún no existía y los espacios se iluminaban con lámparas a gas. En medio de ese escenario peculiar, un cartel anuncia la pronta actuación de una nueva estrella, Nana.

Sonidos previos al comienzo de la función (imagen auditiva)

“Poco a poco, sin embargo, las conversaciones se fueron apagando, aunque con algunas voces destempladas. Y en medio de aquel murmullo desmayado, de aquellos suspiros moribundos, la orquesta se destacaba con la viveza de sus notas en un vals cuyo ritmo picaresco tenía la risa de una indecencia. El público, halagado, empezaba a sonreír, y la claque, en las primeras filas, aplaudió furiosamente. El telón se levantaba”.

Comienza la obra de teatro que abre la novela en el primer capítulo y cuya protagonista será Nana. Justo antes de que se levante el telón del primer acto, presenciamos una variada imagen auditiva en la sala de espectadores. Como cuando vamos al cine y la película está por comenzar, los espectadores fueron bajando el tono de voz y terminando sus conversaciones. Luego, una orquesta en vivo comenzó a dar sus primeras notas y los “aplaudidores” contratados aplaudieron fuertemente.

Llamado a entrar al segundo acto (imagen auditiva)

“Hacía ya un momento que se oía el tintineo de la campanilla. Su prolongado sonido se debilitaba, luego volvió, y cuando calló la campanilla se oyó un grito subiendo y bajando la escalera y perdiéndose por los pasillos: ‘¡A escena, para el segundo…! ¡A escena para el segundo!’. Al acercarse esa llamada, un hombrecillo pálido pasó por delante de las puertas del saloncito, donde gritó con toda la potencia de su voz cascada: —¡A escena para el segundo!”.

Entre los bastidores del teatro, se oye una campanilla y una voz que llaman a los actores para que se alisten para entrar al segundo acto de la obra.

Nana escapando semidesnuda por la ventana (imagen visual)

“Ante la palabra policía, Nana perdió la cabeza. Saltó del lecho, cruzó la habitación y abrió la ventana, con la actitud de una loca que va a tirarse por ella. Pero afortunadamente el pequeño patio tenía un techo de vidrio, y había una tela metálica al mismo pie de la ventana. Entonces no dudó un segundo, saltó por el antepecho y desapareció en la oscuridad, la camisa flotando y los muslos al aire”.

Nana y Satin fueron juntas a pasar la noche en un hotel de la calla Laval. Allí tienen relaciones, despotricando en contra de los hombres y sus conductas agresivas. Pero en medio de la madrugada aparece la policía a revisar los cuartos del hotel, algo que solía hacerse a menudo. Asustada, Nana intenta fugarse por la ventana, con la poca ropa que tenía puesta en el momento.

El fuerte olor del cadáver de Nana (imagen olfativa)

“—No sé, pero esto ha sido un golpe terrible para mí… Nunca fuimos muy amigas… Pues ya veis si soy tonta… ¡Oh!, se me ocurren toda clase de ideas, hasta la de morirme también. El fin del mundo… Sí, necesito aire. El cadáver empezaba a despedir cierto tufo… El terror se apoderó de todas, después de tanta indiferencia”.

Frente al lecho de muerte de Nana, algunas de sus conocidas, como Lucy, Gagá y Rose, conversan de la situación. Mientras cada una intenta mostrar que le importa realmente lo sucedido, el cadáver de la protagonista comienza a desprender olores desagradables. En un momento, ya no aguantan y tienen que retirarse.

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