El desayuno termina y Vera comienza a limpiar. Emily intenta ayudar pero se encuentra demasiado mareada. Armstrong le ofrece algo para tranquilizarla pero ella grita ¡No!, sobresaltando a todo el mundo. Insiste en permanecer sentada en su silla hasta que el mareo desaparezca. Todos dejan a Emily a solas en el salón. Comienza a escuchar un tenue zumbido. Empieza a pensar en abejas y miel y entonces cree que Beatrice está en la habitación con ella, pero no puede girar la cabeza para mirar. Escucha las lentas pisadas de alguien aproximándose y entonces siente la picadura de una abeja en el cuello.
Todos esperan a Emily en el salón. Vera sugiere ir a ver como se encuentra, pero Blore se lo impide y describe su teoría de que Emily ha asesinado a todos por locura de carácter religioso. Armstrong lo cree posible y Vera le cuenta a todo el mundo la confesión de Emily. Wargrave quiere saber si Emily parecía culpable o arrepentida. Vera responde que no. Wargrave sugiere traer a Emily a la habitación para poder observar su comportamiento pero cuando se disponen a hacerlo la encuentran muerta.
“¡Otro de nosotros que es inocente...! ¡Demasiado tarde!” Capítulo 12, pág. 183 Exclama Wargrave. Armstrong rápidamente examina el cuerpo y encuentra una marca de jeringa en el cuello. Dice que fue inyectada con veneno, probablemente el mismo veneno que mató a Marston. Vera hace hincapié en la abeja, lo que trae como consecuencia que todo el mundo recuerde el momento en que perdió los nervios. Lombard afirma que no es una coincidencia – el asesino trata de ceñirse lo más posible a la letra de la canción. Wargrave pregunta de donde salió la jeringa. Armstrong responde que trajo con él una jeringa. Todos se dirigen rápidamente arriba para ver si la jeringa está en su maleta pero no la encuentran. Armstrong asegura que ha sido robada.
Wargrave señala que uno de ellos cinco es un asesino y que los otros cuatro deben de ser protegidos tanto como sea posible. Propone que todos entreguen sus fármacos y armas para que puedan ser guardados bajo llave en un sitio seguro. Lombard protesta pero cede cuando se da cuenta de que le superan en número. Lombard va a su habitación y abre el cajón de su mesita de noche – pero el revólver ha desaparecido.
Uno a uno, todos son registrados exhaustivamente y sus habitaciones son inspeccionadas pero no encuentran el revólver. Van a la despensa para guardar los fármacos, primero en una pequeña caja y luego dentro de un armario. Una de las llaves es dada a Lombard y la otra a Blore, de forma que incluso si uno de ellos fuera el asesino, el otro pudiera proteger la llave restante. Abrir la caja y el cofre rompiéndolos implicaría hacer tanto ruido que el asesino sería casi seguro atrapado in fraganti. Solo queda una pregunta por contestar - ¿Dónde está el revólver de Lombard? Lombard asegura que lo guardó la noche anterior por lo que Wargrave piensa que debe haber sido sustraído durante la búsqueda de Rogers. Vera propone que registren la casa desde el desván hasta el sótano, pero Wargrave dice que sería inútil porque el asesino ha tenido tiempo de ponerlo a buen recaudo. Sin embargo, Blore cree saber dónde está la jeringa. Lleva a todo el mundo afuera a la zona ajardinada cerca de la ventana del salón. Encuentran la jeringa y la sexta figurilla de porcelana.
Registran la casa de nuevo pero en vano – no pueden encontrar el revólver por mucho que buscan.
Seguimiento del Tema: Confianza y Sospecha 11
Seguimiento del Tema: Pistas 6