"Nos parecía que los talibanes habían llegado por la noche, igual que los vampiros”. (Capítulo 9, pág. 86) (Símil)
Malala y Moniba leen Crepúsculo, una famosa serie de libros de Stephenie Meyer sobre vampiros. Comparan a los talibanes que se acercan con los vampiros, que se deslizan por la noche y llegan inesperadamente. Este es un símil importante porque enfatiza el grado en que la gente de Swat se sorprendió cuando los talibanes comenzaron a ocupar su antiguo y pacífico valle.
"Malala será libre como un pájaro". (Capítulo 1, pág. 25) (Símil)
Este símil se repite a lo largo de las memorias cuando Malala recuerda las palabras que su padre siempre le ha dicho. Desde el momento en que nació, el padre de Malala estaba decidido a asegurarse de que su hija recibiera las mismas oportunidades que cualquier niño, independientemente de su género. Ella sería "libre como un pájaro", que es una comparación particularmente significativa porque él mismo fue llamado "Ziauddin el halcón" por su propio padre.
"Mi padre habló como un león, pero yo podía ver en su corazón que estaba preocupado y asustado". (Capítulo 19, pág. 177) (Símil)
A medida que continúa la talibanización, y los talibanes persiguen específicamente a quienes se atreven a hablar contra ellos, Malala y su padre se ponen más nerviosos por lo que está sucediendo. Parte de la personalidad del padre de Malala supone dar constantemente una imagen de coraje para tranquilizar a su familia, hablar "como un león", como dice Malala. Pero Malala entiende lo que está en juego y conoce a su padre lo suficientemente bien como para ver sus vulnerabilidades.
"[Él] Sabe que hay gente que dice que me dispararon por su culpa, que él me empujó a hablar, como esos padres de fenómenos del tenis, empeñados en crear un campeón, como si yo no tuviera mis propias ideas". (Epílogo, pág. 233) (Símil)
Aunque Malala recibe gran apoyo internacional tras ser baleada, muchas personas en Pakistán reaccionan de forma diferente. Como se explica en esta cita, la gente creía que el padre de Malala estaba equivocado al animarla a ser activista, que le importaba más "crear un campeón" que preservar la vida de su hija. Malala mantiene con firmeza, sin embargo, que todo lo que decía era por voluntad propia.
"Para nosotras aquella puerta era como una entrada mágica a nuestro mundo particular". (Prólogo, pág. 10) (Símil)
En este símil, Malala habla sobre la entrada a la Escuela Kushal y sobre lo mágico que fue crecer y pasar cada día por esas puertas. Para Malala, la escuela era un santuario, un lugar donde ella y sus amigas podían ser ellas mismas y enfocarse únicamente en recibir una educación. Ni siquiera cuando ocuparon Swat los talibanes pudieron quitarles su indescriptible amor por asistir a la escuela.