Resumen
Malala se destacaba en la escuela, y era conocida entre sus compañeros por participar en todo y ser la mejor de la clase. Su competencia solía ser su mejor amiga, Moniba, pero una chica llamada Malka-e-Noor eventualmente se unió a su clase y comenzó a ponérselo difícil a Malala.
Cuando la familia de Malala se mudó a una casa en una calle nueva, ella tuvo algunos problemas con una vecina de su edad, Safina, que le robó su juguete favorito. Como venganza, Malala también comenzó a robarle cosas, pero finalmente fue atrapada. Se sintió muy mal por decepcionar a sus padres, y después de ese día se propuso nunca más volver a mentir o robar.
Pakistán experimentó otro cambio político unos años después del nacimiento de Malala, cuando el general Musharraf tomó el poder. Fue el cuarto gobernante militar de la nación. Esto arruinó muchas de las relaciones internacionales de Pakistán, y la gente del valle de Swat estaba muy descontenta con este liderazgo, y deseaba un cambio. Mientras tanto, en un esfuerzo por enorgullecer a sus padres luego de ser sorprendida robando, Malala participó en un concurso de oratoria en la escuela junto a su amiga Moniba. Casualmente, el tema fue "La honestidad es la mejor política". Quedó en segundo lugar detrás de Moniba, pero su padre igual estaba extremadamente orgulloso de ella, y Malala aprendió a perder con gracia.
La escuela Kushal comenzó a atraer a más estudiantes, por lo que Malala y su familia juntaron suficiente dinero para mudarse a una casa más agradable. Algunos primos y amigos vivían en la casa con ellos. El padre de Malala insistió en bonificar vacantes en la escuela a niños pobres, para que estos pudieran aprender. Malala quería que le diera oportunidades a un par de niños que había visto viviendo y trabajando entre un montón de basura. Durante ese tiempo, el padre de Malala comenzó a convertirse en un serio defensor de la educación para todos los niños y niñas.
Cuando ocurrió el 11-S, los estadounidenses comenzaron a tratar de ganar el favor del general Musharraf porque necesitaban la ayuda de Pakistán para combatir al régimen talibán en Afganistán y atrapar a Osama bin Laden, el líder de al-Qaeda, el grupo detrás del ataque terrorista en la ciudad de Nueva York. Algunas personas religiosas en Pakistán veían a Bin Laden como un héroe por volverse contra los estadounidenses, que sostenían una agresiva política exterior en Medio Oriente. Se rumoreaba que Bin Laden se escondía en las regiones tribales de Afganistán y Pakistán. Musharraf estaba usando para sí mismo el dinero que los estadounidenses le habían dado a Pakistán para ayudar a combatir el terror. Malala estaba muy interesada en la política desde una edad temprana, y soñaba y rezaba para tener el coraje que necesitaba para poder hacer que el mundo fuera perfecto.
El capítulo 7 cuenta la historia del muftí (erudito islámico) que intentó cerrar su escuela. Vino a la escuela y le insistió a la propietaria del edificio con que la escuela era vergonzosa porque les enseñaba a niñas, que deberían estar en purdah (es decir, fuera de la vista de los hombres). La propietaria y su hijo le advirtieron al padre de Malala que el muftí estaba tratando de clausurar la escuela. Malala habla de lo orgullosa que está de que su país hubiera sido fundado como una patria musulmana por Jinnah, y luego explica la diferencia entre los musulmanes sunitas y chiítas, grupos que no estaban de acuerdo sobre quién era la persona adecuada para dirigir la religión cuando murió el profeta Mahoma. La mayoría de los paquistaníes son sunitas.
El muftí continuó tratando de cerrar la escuela, llevando a una delegación de personas influyentes para que le dijeran al padre de Malala que la escolarización de las niñas era blasfema, porque el Corán no menciona a ninguna mujer por su nombre. Los esfuerzos del mufti no tuvieron éxito, pero Malala y su familia sabían que había otros que pensaban como él.
El general Musharraf celebró elecciones para que un partido dirigiera la nación y, por supuesto, ganó el partido que él apoyó, llamado coloquialmente la Alianza Militar de Mulás (MMA). Después de la presión de Washington, el general Musharraf envió al ejército pakistaní a las Áreas Tribales bajo Administración Federal (FATA) en el noroeste de la nación, para buscar militantes de Al Qaeda donde los estadounidenses creían que estaban combatiendo. Los lugareños de las regiones tribales se sublevaron contra la acción militar, y cientos fueron asesinados. El padre de Malala temía que la militancia pronto llegara al valle de Swat.
Un otoño, un terremoto devastó Swat. Hogares, edificios y escuelas fueron destruidos en todas partes. El terremoto afectó especialmente a las pequeñas aldeas del valle en las que vivía la familia extendida de Malala. Llegó la ayuda extranjera, pero parte de ella provino de organizaciones benéficas islámicas que eran en verdad una fachada para grupos militantes. Muchos de estos grupos insistieron en que el terremoto era una advertencia de Dios, y advirtieron que si no se convertían a la ley islámica (sharía), vendrían más severos castigos.
Análisis
La primera mitad de la primera parte establece la vida de Malala a través de historias sobre ella y los antecedentes de sus padres, explicando cómo estos crecieron, se conocieron y eventualmente criaron a Malala y a sus hermanos. Esta segunda mitad de la primera parte está dedicada a delinear el conflicto principal que definió la vida temprana de Malala: la militancia y el conservadurismo que atormentaban el valle de Swat, y su posterior lucha contra la prohibición de la educación de las niñas. La primera parte termina con el terremoto que devastó el hogar de Malala, dejándolo vulnerable. Esta es, en parte, la razón por la que los talibanes pudieron entrar y tomar control del valle tan fácilmente.
Al igual que entender la historia de Pakistán es esencial para visualizar el contexto de la vida de Malala, es importante comprender a los talibanes y sus objetivos para tener una idea real de lo que Malala y su familia experimentaron. El régimen talibán es un movimiento político centrado en el fundamentalismo islámico, que busca controlar países y territorios clave e implementar una interpretación muy estricta de la sharía, que es un sistema legal religioso gobernado por el islam. Los talibanes mantuvieron el poder en Afganistán de 1996 a 2001, y sus ramas se expandieron a Pakistán más tarde en la década de 2000, como se describe en las memorias de Malala. Los talibanes se han visto involucrados en diversos abusos contra los derechos humanos, y esto fue particularmente cierto en el tratamiento de las mujeres. Malala creció escuchando sobre el horrible reinado de los talibanes en Afganistán, y eventualmente tendría que presenciar la opresión en su propia casa, el valle de Swat.
Estos capítulos proporcionan una caracterización más completa del padre de Malala, un hombre firmemente comprometido a luchar por lo que es justo. Lo hace de manera tranquila, construyendo relaciones con las personas y demostrando solidaridad ante los problemas. Poco a poco, el padre de Malala se va convirtiendo en un sabio líder contra la opresión que está entrando sigilosamente en su valle, y su liderazgo servirá como un ejemplo inspirador para Malala, a medida que aprende a confiar en su voz y a manifestarse en público.
El esfuerzo del muftí por cerrar la Escuela Kushal es una premonición a pequeña escala de los sucesos siguientes. Sus intentos y su razonamiento dejan en claro que la educación de las niñas no se alinea con los conservadores valores islámicos predicados por los fundamentalistas y, aunque el muftí no tiene éxito, estos puntos de vista son compartidos por otros que eventualmente serán más poderosos que él. A pesar de que el muftí es solo una persona, el padre de Malala se mantiene firme en su contra y mantiene su creencia en el poder de educar a las niñas, y esta rebeldía predice la resistencia similar pero a gran escala que vendrá.
En el transcurso de la lucha política e ideológica se intercalan las reflexiones de Malala sobre las importantes lecciones que aprendió en su infancia. Se ha permitido a sí misma cometer errores y aprender de ellos, como lo demuestra su resolución de nunca mentir o robar nuevamente después de decepcionar a sus padres robándole juguetes a su vecina. Ha desarrollado una perspectiva saludable sobre la fe y la religión, creyendo en su poder cuando se usa para el bien, en lugar de usarlo para la destrucción y el control, como sucedía en gran parte de la corrupta política de Pakistán. Las personas positivas que la rodean, familiares y amigos que han desempeñado un importante papel en la definición de su perspectiva de la vida, configuran todos estos valores.
