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¿Por qué la obra puede leerse como una denuncia social?
El modo en que están construidos los personajes de Casa de muñecas permite leer en ellos la representación de ciertos tipos sociales. Es decir, tienen rasgos que consolidan su personalidad como típica. Torvaldo es el marido y padre que procura sustento económico a su familia y tiene autoridad en su casa, donde impone que se respeten los valores de la burguesía europea del fin de siglo XIX. Nora, durante casi toda la obra, representa a la joven esposa y madre de la burguesía de la misma época, que divierte amablemente a su marido, a quien obedece; juega con sus hijos y se presenta encantadora en sociedad. En los otros personajes también encontramos tipicidad, ya que sus roles son los más comunes en la burguesía de la época: el abogado, el médico, etc.
Además, el autor, en la didascalia que abre la obra, se preocupa por pintar la casa en la que sucede la acción con la misma voluntad de ilustrar "lo común" de la burguesía. De modo que tanto el espacio como los personajes se vuelven rápidamente reconocibles para el público como arquetipos de determinada sociedad.
La denuncia social se lee con claridad en tanto las costumbres, los valores y los discursos de esos personajes se contraponen a los hechos, mostrando la falsedad y la hipocresía reinantes. Además, se expone claramente la desigualdad de género y la consecuente necesidad de un cambio social, representada por Nora en la escena final.
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Exponga cuál es la problemática social que el autor evidencia en la obra, y qué "solución" parece proponer al respecto.
Ibsen suele proponer, con sus obras, determinadas "tesis". Es decir, podemos encontrar y recuperar de su pieza la enunciación de determinada problemática social y una inclinación o propuesta del autor de un "camino" a seguir.
En Casa de muñecas, la voluntad de un individuo con buenas intenciones (Nora queriendo salvar la vida de su marido) se ve castigada y limitada por los valores impuestos por la sociedad. Por el final de la obra, entendemos que la tesis del autor se dirige en favor de la autorrealización del individuo en desmérito de la tradición social y sus valores.
La critica feminista encuentra en la transformación del personaje de Nora una alegoría de la lucha por modificar el rol de la mujer en la sociedad. Desde este punto de vista, la tesis se entiende como la necesidad de liberar a la mujer de las limitaciones impuestas injustamente por la sociedad patriarcal.
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Explique qué importancia tiene en la obra el tema de "las apariencias".
Un tema muy relevante en la obra es el de las apariencias. El tema aparece ligado al de la reputación y el status social. Mantener determinado status social es lo que lleva a varios de los personajes a la desesperación. Torvaldo Helmer acusa a su esposa de criminal y de haber arruinado toda su alegría porque, de saberse el delito que ella cometió, su reputación se verá profundamente afectada. Sus preocupaciones quedan a la vista en su discurso: "en cuanto a tí y a mí, haremos como si nada hubiera cambiado. Sólo a los ojos de los demás, por supuesto." Luego agrega: "Desde hoy no se trata ya de nuestra felicidad; se trata exclusivamente de salvar los restos, los despojos, las apariencias".
La caída del status social aparece, en la obra, ligada a la imagen del "hundimiento" (sufrido en mayor medida por Krogstad, que incluso habla de sí mismo como un "náufrago"). Es por eso que se habla de su contrapartida, la "salvación". Torvaldo exclama "¡Estoy salvado!" al saber que Krogstad dio marcha atrás con su extorsión y, por lo tanto, su reputación no corre peligro.
Cuando Nora le anuncia que va a dejarlo, Torvaldo también muestra su preocupación: "¿Y no piensas en el qué dirán?". La respuesta de Nora ("No puedo pensar en esos detalles") evidencia su decisión de deshacerse de los mandatos de una sociedad que la limita injustamente.
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Explique cómo se manifiesta en la obra la relación entre la moral y el discurso científico.
El discurso cientificista está puesto en el personaje con autoridad médica (el doctor Rank) pero también se filtra en las expresiones de otros personajes no especialistas, aún cuando se refieren a temas sociales o privados. En los parlamentos de los personajes se evidencian ciertas creencias asentadas en la época. Una de ellas es la idea de la moral como algo hereditario, producto de la confusa mezcla entre el discurso científico y los prejuicios morales.
En la obra, la moral aparece como algo que se hereda de padres a hijos. Torvaldo asegura que Krogstad, por haber cometido un delito, llena su hogar con mentiras, y los hijos crecen respirando "gérmenes del mal". También acusa a Nora recurriendo al tema hereditario: “Debía haber presentido lo que iba a ocurrir. Con la ligereza de principios de tu padre… Tú los has heredado”. Siguiendo esa línea, teme que sus propios hijos se contaminen de la corrupción moral de su progenitora: “no te permitiré educar a los niños; no me atrevo a confiártelos”.
Por otro lado, cuando se habla de la enfermedad de Rank, se le adjudica a la lujuria que vivió su padre. Nora le explica a Cristina: "El pobre se encuentra gravemente enfermo. Padece una tuberculosis de la médula, ¿sabes?... Su padre era un hombre detestable, que tenía queridas y otras cosas peores... Debido a eso, el hijo fue enfermizo desde su niñez."
El hecho de que ninguno de los personajes ponga en duda estas asociaciones pone en evidencia lo asentadas que estaban esas creencias en la sociedad del siglo XIX.
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¿Qué tienen en común las escenas de pareja (Cristina - Krogstad y Nora - Torvaldo) en el último acto de la obra?
En el acto III se da una situación de paralelismo entre dos escenas: la de Cristina y Krogstad, por un lado, y la de Nora y Torvaldo, por el otro. En ambos casos se trata de diálogos de parejas y el sentido de cada escena podría ser exactamente contrario al de la otra. Mientras que en el primer caso se trata de dos individuos separados que resuelven unirse, en el segundo vemos a una pareja que se disuelve para resultar en dos individuos, casi “extraños” el uno para el otro. Tanto en una escena como en la otra, el agente que funciona como motor del cambio es el personaje femenino. Cristina le dice a Krogstad “vamos a hablar”, tal como luego Nora le dirá a su marido. La citación a hablar se da porque el personaje masculino, en ambos casos, nunca ha “comprendido”, hasta entonces, a la mujer, ya sea Cristina o Nora.
Lo que motiva la acción, en cada situación, es entonces opuesto. Cristina quiere unirse a Krogstad porque quiere “consagrarse” a alguien, dar un sentido a sus días por un otro de quien encargarse. El deseo de Nora es justamente el contrario: quiere separarse de Torvaldo porque quiere conocerse a sí misma como persona autónoma.