"En el hogar fundado sobre préstamos y deudas se respira una atmósfera de esclavitud, un no sé qué de inquietante y fatídico que no puede presagiar sino males."
En la obra el dinero funciona como eje de acción: impulsa a los personajes a tomar decisiones, a meterse en problemas, y termina conduciendo al desenlace final. Además, este tema aparece ligado a los de la honra, la apariencia y la libertad (el dinero como posibilitador y como atadura). Cuando Nora propone pedir dinero prestado, Torvaldo se opone fuertemente y enuncia esta frase que se sostendrá luego como un valor fundamental en boca de este personaje. Además, la frase se dice en el primer acto, por lo que funciona como presagio del final de la obra.
"A las leyes no les importan los motivos"
Gran parte de la trama de la obra tiene que ver con que Nora cometió un delito. La ley tiene un peso moral para muchos de los personajes, y la relación entre estos y la ley parece poder juzgarlos como personas. Nora protesta cuando Krogstad la extorsiona alegando que una mujer debería tener "derecho" a salvar a su marido. Con eso refiere a que la ley debería poder perdonar su acción. Krogstad responde con esta frase, en la que personifica a las leyes para ilustrar el poder que tienen y cómo no amparan las motivaciones humanas.
"El pobre se encuentra gravemente enfermo. Padece una tuberculosis de la médula, ¿sabes?... Su padre era un hombre detestable, que tenía queridas y otras cosas peores... Debido a eso, el hijo fue enfermizo desde su niñez."
Uno de los temas presentes en la obra es el del cientificismo naturalista y el de la herencia moral. Los personajes incorporan ciertos conocimientos de la ciencia de la época a su universo cotidiano. El discurso cientificista está puesto en el personaje con autoridad médica (doctor Rank) pero también se filtra en las expresiones de otros personajes no especialistas. En la obra, los discursos científicos se mezclan con prejuicios morales. En esta frase se lee la creencia de que los excesos morales son provocan enfermedades en la descendencia.
La frase de Nora evidencia, además, el modo en que ella adopta los razonamientos de su marido, quien en el acto anterior le expuso su teoría acerca de que los padres mentirosos engendran niños corrompidos moralmente.
Doctor Rank: En el próximo baile de máscaras yo seré invisible.
Helmer: ¡Qué idea tan cómica!
Doctor Rank: Existe un gran sombrero negro... ¿No has oído hablar del sombrero que hace invisible? Cuando te lo pones no te ve nadie.
Rank sabe que le queda poco tiempo de vida. Cuando Nora le pregunta cómo se vestirá para la próxima fiesta de disfraces, él responde "yo seré invisible", como metáfora de que para ese entonces estará muerto y, por lo tanto, ausente. En el segundo acto ya había referido a su muerte próxima como a un "espacio vacío" o "sitio vacante".
"Dejaría yo de ser un hombre si tu incapacidad de mujer no te hiciera el doble de atractiva a mis ojos."
En el fragmento se expresa una creencia ligada al tema más importante de la obra, que es el del rol social de la mujer y la desigualdad entre los géneros. Con esa frase, Torvaldo universaliza lo que él considera: la capacidad de los hombres y de las mujeres es distinta, y la mujer que más atrae a un hombre es la ingenua. Ante la mirada inquisitiva y fría de Nora, Torvaldo demuestra lo que piensa.
"¡Ah!, Nora, no conoces la bondad de un verdadero hombre. ¡Le es tan dulce perdonar a su propia mujer cuando lo hace de corazón! Es como si fuese dos veces suya, como si hubiera vuelto a traerla al mundo, y ya no ve en ella sólo su mujer, sino también su hija. Eso es lo que vas a ser para mí desde hoy, criatura inexperta. No temas nada, Nora; sé franca conmigo y yo supliré tu voluntad y tu conciencia..."
En esta frase se explicita el modo en que Torvaldo entiende su relación matrimonial. En la obra, el vínculo inicial de Helmer-Nora remite al de padre-hija, adulto-niña. El modo paternalista en que Torvaldo se relaciona con su esposa está ligado a los valores de la sociedad patriarcal, donde la mujer es "inferior" al hombre, incluso cuando se trata de dos personas adultas.
En esa frase se condensa la relación de desigualdad en el matrimonio Helmer: Nora es nuevamente una “niña”, la relación entre ambos es similar a la de padre-hija, teniendo el primero entonces un claro poder por sobre la segunda.El discurso de Torvaldo echa por tierra el valor de las acciones de Nora, quien arriesgó su reputación, su tiempo y su dinero por él, y que era capaz de suicidarse para que su marido no sufriera las consecuencias de su acción. Helmer vuelve a tratar a Nora como una niña sin reconocer la valentía y el coraje en ella.
"Nuestro hogar no ha sido más que una casa de muñecas. He sido una muñeca grande en esta casa, como fui una muñeca pequeña en casa de papá. Y a su vez los niños han sido mis muñecos."
Quizás el símbolo más importante de la obra sea el de la "muñeca". Nora acusa a su padre y a su marido de no haberla tratado ni respetado como a una persona. Con eso quiere referirse a que el sentimiento que ellos han tenido para con ella no era de amor y respeto, sino que sentían por ella un capricho, algo a lo que les divertía manejar a su disposición, algo que conservaban para que los entretuviera, como un juguete.
"En cuanto a tí y a mí, haremos como si nada hubiera cambiado. Sólo a los ojos de los demás, por supuesto. (...) Desde hoy no se trata ya de nuestra felicidad; se trata exclusivamente de salvar los restos, los despojos, las apariencias."
Un tema muy relevante en la obra es el de las apariencias. El tema aparece ligado al de la reputación y el status social. Mantener determinado status social es lo que lleva a varios de los personajes a la desesperación. Torvaldo Helmer acusa a su esposa de criminal y de haber arruinado toda su alegría porque, de saberse el delito que ella cometió, su reputación se verá profundamente afectada. En la obra, la caída del status social aparece ligada a la imagen de "hundimiento". Por eso se habla de "salvar" las apariencias.
Helmer: ¡Abandonar tu hogar, tu marido, tus hijos...! ¿Y no piensas en el qué dirán?
Nora: No puedo pensar en esos detalles. Sólo sé qué es indispensable para mí.
Helmer: ¡Oh, es odioso! ¡Traicionar así los deberes más sagrados!
Nora: ¿A qué llamas tú los deberes más sagrados?
Helmer: ¿Habrá que decírtelo? ¿No tienes deberes con tu marido y tus hijos?
Nora: Tengo otros deberes no menos sagrados.
Helmer: No los tienes. ¿Qué deberes son esos?
Nora: Mis deberes conmigo misma.
Helmer: Ante todo eres esposa y madre.
Nora: Ya no creo en eso. Creo que ante todo soy un ser humano, igual que tú... o, al menos, debo intentar serlo. Sé que la mayoría de los hombres te darán la razón, y que algo así está escrito en los libros. Tengo que pensar por mi cuenta en esto y tratar de comprenderlo.
Las palabras de Torvaldo, personaje que representa los valores de la sociedad de la época, refirman lo que para él es el rol de una mujer. A eso se opone Nora, y por eso abandona el hogar familiar, la "casa de muñecas", para educarse a sí misma y crecer como ser humano. El valor más alto es del propio razonamiento, el buscar por uno mismo el sentido de las cosas, en lugar de adoptar mecánicamente lo que otros afirman, ya sea el padre, el marido, la sociedad o el pastor.
Helmer: Nora... ¿no seré ya más que un extraño para tí?
Nora: (Recogiendo su maletín.) ¡Ah, Torvaldo! Tendría que realizarse el mayor de los milagros.
Helmer: Dime cuál.
Nora: Tendríamos que transformarnos los dos hasta el extremo de... ¡ay, Torvaldo! ¡No creo ya en los milagros!
Helmer: Pero yo sí quiero creer en ellos. Di: ¿transformarme al extremo de...?
Nora: ...hasta el extremo de que nuestra unión llegara a convertirse en un verdadero matrimonio. Adiós. (Sale por la antesala.)
En el final de la obra puede leerse un indicio de la "tesis" del autor. Nora exige un cambio radical que lleve a la igualdad entre los géneros. Si entendemos a los personajes como representantes de tipos sociales, podemos reconocer que el reclamo o pedido de Nora se dirige a toda la sociedad. Además, ella afirma que solo luego de una transformación podrían llegar a ser un “verdadero matrimonio”. Ese concepto puede oponerse al de matrimonio falso, que sería el de juguete, la “casa de muñecas” en que estaban viviendo. Nora abandona esa casa. Es un gesto simbólico de la mujer que decide romper con el rol social que le es impuesto e ir en busca de la libertad.