“Son como gusanos”. (2018:11) (Metáfora)
Los gusanos son mencionados muchas veces por David. De hecho, este es el primer enunciado de la novela. Los gusanos funcionan como una metáfora que sirve para describir los síntomas de la intoxicación que postra a Amanda y la lleva a la muerte.
Luego, David dice: “Buscamos gusanos, algo muy parecido a gusanos, y el punto exacto en el que tocan tu cuerpo tu cuerpo por primera vez” (2018:42). David intenta que Amanda sea consciente del momento de su intoxicación y compara ese momento con el tacto de los gusanos con su cuerpo. Es una metáfora que se vincula con la muerte en tanto los gusanos comen a los cuerpos muertos. En este sentido, la metáfora alude a la intoxicación, pero también se relaciona con la descomposición de la carne, con una especie de augurio del futuro inevitable luego de una intoxicación por agrotóxicos.
“Apenas tenía fuerzas para quejarse y Omar dijo que el corazón le latía como una locomotora”. (2018:21) (Símil)
Esta cita refiere al estado del padrillo de Omar luego de intoxicarse con agrotóxicos. El caballo había saltado el cerco y había tomado agua del riachuelo. Al día siguiente había amanecido con los párpados hinchados y el corazón acelerado. Se compara el latido del corazón del padrillo con el ritmo de una locomotora para resaltar la velocidad acelerada del caballo enfermo. Esta situación genera que Carla reconozca la intoxicación de David y lo lleve a la casa verde.
“Le di un beso en la frente y me di cuenta de que volaba de fiebre”. (2018:29) (Metáfora)
Esta cita pertenece al relato de Carla sobre la intoxicación de David. En ese momento se encuentra en la casa verde y se da cuenta de que el venero estaba afectando a su hijo. La metáfora se utiliza para describir la temperatura corporal elevada de su hijo. Se compara una fiebre alta con algo que vuela, que se eleva mucho.
Este tipo de metáforas tan utilizadas en el habla oral se llaman “metáforas muertas”, son metáforas que pierden su poder porque se incorporan al lenguaje común. En tanto el registro que prevalece en esta novela es el del habla cotidiano y coloquial, su lenguaje es llano, por lo que no se utilizan demasiadas metáforas y es de esperar que haya metáforas muertas.
“Un grito agudo nos interrumpe.(...) Es agudo y entrecortado, como si un pájaro imitara a un chico”. (2018:41) (Símil)
La cita pertenece al momento en el que Nina y Amanda van a un local a comprar un inflable para la pileta. El grito agudo pertenece a Abigaíl, la hija de la cajera del local, que es una niña renga y con algunas deformaciones físicas. Amanda compara el grito entrecortado de Abigaíl con el de un pájaro. Esto demuestra lo diferente que es Abigaíl -y todos los niños-monstruos de ese pueblo- de Nina. En este episodio aparecen los primeros rastros de los agrotóxicos en el pueblo.
“El techo se aleja y mi cuerpo se hunde en la oscuridad de la cama”. (2018:114) (Metáfora)
Esta cita aparece en los momentos finales de la vida de Amanda. Carla la visita y le cuenta que ha llevado a Nina a la casa verde y Amanda siente cómo el hilo invisible que la une con su hija se corta y su estado de salud empeora.
Utiliza esta metáfora para describir cómo su cuerpo está desplomado en el colchón de la salita de emergencias. Menciona que el techo se aleja para dar la sensación de que su cuerpo se cae cada vez más profundo dentro de la cama. También menciona la oscuridad, que hace referencia a su muerte.