Aromas de las plantas (imagen olfativa)
“Cósimo estaba en la magnolia […] y las ramas resistían su peso, aun cuando eran no muy gruesas y de una madera tan blanda que Cósimo las pelaba con la punta de sus zapatos, abriendo blancas heridas en el negro de la corteza; y envolvía al muchacho en un fresco perfume de hojas, cuando el viento las movía, y el verdear de sus caras ora era opaco, ora brillante. Pero era todo el jardín lo que olía, y si Cósimo todavía no lograba recorrerlo con la vista, tan irregularmente denso era, ya lo exploraba con el olfato, y trataba de distinguir los distintos aromas, que ya conocía de cuando, traídos por el viento, llegaban hasta nuestro jardín y nos parecían una sola cosa junto con el secreto de aquella villa”.
Cuando Biaggio narra las aventuras de su hermano Cosimo en los árboles, se basa sobre todo en la narración que de ellas le hace cuando se encuentran. Esta imagen olfativa presenta la multiplicidad e intensidad de aromas que se despliega cuando el joven se mueve entre las hojas. Ya de chicos conocían los aromas que ahora Cosimo percibe desde tan cerca, puesto que el viento los hacía llegar hasta su jardín. Esta imagen pone de relieve la importancia de todos los sentidos, además del de la vista, para conectarse con la naturaleza y entender cómo desplazarse en medio de ella.
Persecución del gato (imagen auditiva)
“Cósimo, con un movimiento perfecto ni siquiera razonado, pasó a una rama más baja. «Fff... fff...», hizo el gato salvaje, y a cada uno de los «fff...» daba un salto, uno aquí y otro allá, y se halló de nuevo en la rama encima de Cósimo. Mi hermano repitió su movimiento, pero se encontró a horcajadas de la rama más baja de aquella haya. Debajo, el salto hasta el suelo era de una cierta altura, pero no tanto que no fuera preferible saltar antes que esperar qué haría el animal, en cuanto terminase de emitir aquel desgarrador sonido entre el bufido y el maúllo continuado”.
Así como la vida en los árboles le proporciona mucha calma y belleza, también le presenta ciertos peligos. En esta ocasión, Cosimo intenta escapar de las garras de un gran gato blanco que va emitiendo sonidos de caza a su lado. Finalmente, Cosimo logra salir airoso de este desafío y escapa de sus garras con gran ligereza.
Cosimo leyendo arriba del árbol (imagen visual)
“Con el trato con el bandido, pues, Cósimo había adquirido una desmesurada pasión por la lectura y el estudio, que mantuvo luego durante toda su vida. La actitud habitual en que se lo encontraba ahora, era con un libro abierto en la mano, sentado a horcajadas de una rama cómoda, o bien apoyado en una horqueta como en un pupitre de escuela, con una hoja encima de una tablilla, el tintero en un hueco del árbol, escribiendo con una larga pluma de oca”.
Luego de instalarse más cómodamente en los árboles, Cosimo desarrolla su estudio personal a través de la lectura de diversos libros. En esta cita podemos observar la comodidad que encuentra al sentarse relajadamente y concentrarse en un libro o bien al escribir sus propias ideas. Esto nos presenta al personaje como alguien completamente adaptable a las circunstancias, de mucha voluntad y actitud positiva.
