La ironía del cazador
Si bien los cazadores comienzan su actividad sintiendo un gran respeto y amor por los animales, luego se convierten en seres que encarnan valores totalmente contrarios. Es como si el mismo hábito de cazar se convirtiera en un momento en un fin en sí mismo y, en ese sentido, los cazadores terminan devastando zonas naturales enteras, sin ningún respeto por la renovación de sus especies.
Ironía verbal en palabras de Viola
“Alzándose sobre los estribos tendió una mano hasta él, en la rama; él la ayudó; ella, subiendo a la silla, alcanzó la rama, luego, siempre sin mirarlo, trepó rápida, buscó una horqueta cómoda, se sentó. Cósimo se acurrucó a sus pies, y no podía comenzar sino así:
- ¿Has regresado? - Viola lo miró irónica. Era tan rubia como de niña.
- ¿Cómo lo sabes? – dijo.
Y él, sin entender la broma:
- Te he visto en aquel prado del coto del Duque…”.
En este breve recorte de diálogo observamos cierta tensión natural entre los dos amantes. Es tal la alegría de Cosimo de ver a Viola nuevamente que su pregunta resulta demasiado obvia. Irónicamente, queriendo significar que en realidad es obvio que regresó, dado que se encuentra allí, ante él, ella le pregunta, “¿cómo lo sabes?”. Es más bien una simple broma, pero coloca en escena una ironía verbal que evidencia la inocencia y literalidad propia de Cosimo.
Cosimo resulta ser totalmente opuesto a los ideales de su padre (ironía situacional)
Si bien pertenece a una familia de la nobleza, Cosimo considera que todos los seres humanos son iguales entre sí. En lugar de aceptar los privilegios que su padre le hereda, se retira de los lujos y de todo el mundo de riquezas que le aseguraban un futuro abundante. En su lugar, decide vivir en medio de la naturaleza, cambiando el concepto de ‘abundancia’ en sí mismo. En este sentido, Arminio se encuentra con que su hijo posee ideales totalmente contrarios a los que le ha inculcado.
