El lugar sin límites

El lugar sin límites Preguntas de Ensayo

  1. 1

    ¿Cuáles son los modos en los que la Japonesita "construye murallas" alrededor de Manuela?

    El modo más llamativo en el que la Japonesita limita a Manuela es en el uso del lenguaje: al llamarla "padre" y usar el pronombre masculino para referirse a ella, limita la capacidad de Manuela para construirse como mujer. Aún más, al adjudicarle la responsabilidad de protegerla de los hombres, la Japonesita espera que Manuela cumpla el rol de "padre", función para la cual ella se siente absolutamente desarmada. Por otro lado, la austeridad y el gusto por la oscuridad contrastan vivamente con la exuberancia y alegría con la que Manuela quiere vivir, sobre todo cuando está en el burdel y le dan la oportunidad de presentar su espectáculo. A tal punto llega la prudencia de la Japonesita que decide no compartir con ella el sueño del Wurlitzer porque no puede lidiar con el entusiasmo que Manuela infundiría a ese sueño.

  2. 2

    ¿De qué modos contruye la novela la "virilidad" de Pancho?

    La presencia incial de Pancho es a través de los sonidos, la asociación con el camión y los recuerdos. Por el sonido, empezamos a percibir la actitud imponente de Pancho y su voz masculina, ronca como la bocina. Asimismo, el camión también parece apuntar a su hombría; el trabajo como camionero es un trabajo asociado con el macho.

    Los recuerdos de Manuela, por su parte, incluyen violencia a tal punto que Pancho aparece representado a través de una sinécdoque que lo reduce a sus manos ejerciendo violencia. Lila también ayuda a construir la idea de su hombría asociada a su condición de mujeriego que tiene "una mujer en cada puerto". Manuela dice que es el hombre más macho de la zona. Esa virilidad se irá problematizando y matizando a medida que Pancho se enfrente a la humillación que supone su relación con don Alejo y su problemática relación con Manuela.

  3. 3

    Analiza el título de la novela en relación a lo que se desarrolla en ella.

    El título de la novela se relaciona al epígrafe, cuya fuente es Doctor Fausto, de Marlowe. En él, se describe el infierno como "un lugar sin límites". Asimismo, más de una vez en la novela vemos que las viñas que pertenecen a don Alejo y a otros miembros de la familia Cruz no tienen fin; no se alcanzan a ver sus límites. Podemos entonces establecer un paralelo entre el latifundio y el infierno.

    En el epígrafe también se habla de lo ilimitado del tiempo. Y hacia el final de la novela, de hecho, el tiempo parece estirarse, primero, con la resignación de la Japonesita, que la lleva a decir que es mejor que todo permanezca igual, como siempre, e inmóvil. Por otro lado, don Céspedes también agrega a la sensación de eternidad; nadie sabe cómo es que sigue vivo, todos se olvidan de él, y parece haber estado en ese lugar siempre. La estructura misma de la novela se estira dado que, en realidad, en el presente de la novela solamente se desarrolla lo que sucede en un día. Tiempo y espacio parecen acá ilimitados.

  4. 4

    Analiza los signos de machismo y homofobia en la novela.

    El machismo y la homofobia ocupan un lugar central en la novela. La sola presencia de la protagonista genera reacciones encontradas: todos quieren que la travesti anime la fiesta, pero disfrutan de humillarla y la rechazan. El conflicto interior que experimenta Pancho en relación a ella está atravesado por el machismo y la homofobia: su ensañamiento con ella tiene el mismo origen que todo lo demás en el pueblo, o sea, se encuentra en don Alejo. La problemática relación que tiene Pancho con la familia Cruz desde niño, y que ha resultado en un vínculo de dependencia que lo infantiliza y lo 'desmasculiniza', impacta en la percepción que tiene de sí mismo y en la manera en la que se relaciona con Manuela. Lo que ella es capaz de hacer sentir en Pancho, la manera en que es capaz de "sobarlo" con el baile, cuestiona su virilidad tanto como el trato condescendiente de don Alejo.

  5. 5

    Explora la manera en la que la novela retrata las relaciones paternalistas en los latifundios.

    Las relaciones asimétricas que se establecen entre el patrón y quienes habitan su fundo están retratadas a lo largo de toda la novela. Desde un principio, Don Alejo aparece caracterizado como una figura divina en el pueblo. Él es el origen del mismo y rige sobre él por medio de premios y castigos. Cuando los habitantes hacen su voluntad, los premia con pequeños regalos, préstamos, un asado y, sobre todo, promesas. Cuando no lo hacen, los castiga, a veces con la extensión de su mano castigadora (es decir, sus perros), y otras ejerciendo su influencia. Las personas en el pueblo se amoldan a sus necesidades, como cuando las mujeres permiten a sus maridos ir al burdel con tal de que sean vistos por el patrón. En el caso de Manuela, ella lo considera en tal medida su benefactor que su propia vida depende de que él aparezca por milagro a salvarla.

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