"... este trabajo era cada vez como una fiesta, era una verdadera fiesta, que interrumpía la monotonía de los días" (Narrador, Capítulo 2, 19) (Símil)
Al narrar y describir la fundición del oro en el taller de herrería, Laye lo compara con una fiesta y asegura que es el trabajo que más le fascina. Esto se debe a que es una actividad excepcional, que solo tiene lugar en algunas ocasiones, y que modifica el ritmo y las dinámicas de los artesanos. Por ejemplo, deben interrupir casi todos los otros trabajos que vienen haciendo, ya que las partículas de otros metales pueden contaminar la pureza del oro. Además, los aprendices tienen tareas específicas y diferenciadas, como alimentar sin cesar el fuego de modo tal que se mantenga la temperatura necesaria para fundir el oro. Por su parte, el padre convoca la protección de los genios del fuego, el viento y el oro, y siempre está acompañado por la serpiente negra en estos momentos. El pequeño protagonista observa todo esto maravillado.
"Nunca está en el mismo sitio, es como el pájaro: no puede quedarse quieto en el árbol, ¡le hace falta el cielo entero!" (El tío Lansana, Capítulo 4, 50) (Símil)
Cuando visita Tindican, Laye pasa mucho tiempo con su tío Lansana, que ha quedado a cargo de la agricultura familiar. Sin embargo, allí también conoce al tío Bo, hermano gemelo de Lansana, que tiene un espíritu aventurero: reside en varios lugares, moviéndose de aquí para allá, y vive como un nómade. Para expresar el estilo de vida libre y volátil de este tío, su hermano lo compara con un pájaro que no permanece mucho tiempo en el mismo lugar.
"¿Es que no me va a importar cuando a mi hijo le tratan como a un esclavo en tu colegio?" (El padre de Laye, Capítulo 6, 79) (Símil)
Cuando el padre del protagonista se entera de que los chicos del último año maltratan a los más pequeños en la escuela francesa de Kouroussa, se dispone a confrontar al director. Al hacerlo, pregunta, indignado, cómo es posible que ocurran esos episodios de violencia entre los estudiantes y, para expresar su incomodidad, elabora el símil citado. En estas palabras, compara a su hijo con un esclavo, dando a entender que es maltratado física y psicológicamente. Cabe recordar que los chicos del último año golpean a los menores y les roban dinero y alimentos. En el contexto de una sociedad africana, el uso del término "esclavo" es especialmente fuerte, considerando que muchísimas personas negras fueron esclavizadas por colonizadores europeos, amparados por un sistema criminal de dominación racista.
"Al anochecer, apareció la península de Conakry, vivamente iluminada. La divisé desde lejos como una flor grande y clara posada sobre las olas; su tallo la retenía en la orilla" (Narrador, Capítulo 9, 135) (Símil)
Cuando Laye llega a Conakry, se siente maravillado porque la capital le resulta novedosa, luminosa e intrigante. Entonces, la compara con una flor que descansa sobre el agua, ya que la ciudad se ubica sobre la costa atlántica de Guinea. Este símil también es una forma de destacar la belleza del lugar.
"... para mí, ¡era tan guapa como un hada!" (Narrador, Capítulo 10, 146) (Símil)
Al describir a Marie, su novia de la adolescencia, Laye comenta que es mestiza, que tiene la piel muy clara y que es tan linda que casi todos los chicos de su edad gustan de ella. También asegura que la muchacha es dulce, que siempre está de buen humor, y que tiene una hermosa cabellera peinada en largas trenzas. Para completar este retrato literario de la joven amada, el protagonista la compara con un hada. Las hadas son figuras mitológicas femeninas asociadas con la hermosura y el encanto, y que, entre otras cosas, suelen tener la piel muy blanca.