La historia comienza con la celebración del cumpleaños ciento once de Bilbo Bolsón. Bilbo es un hobbit conocido en su tierra, la Comarca, debido a una misteriosa aventura que vivió tiempo atrás, de la que volvió con muchas riquezas. Vive con Frodo, un primo que adoptó cuando este quedó huérfano, y a quien convirtió en su único heredero. Durante la celebración de cumpleaños, Bilbo abandona la Comarca y deja todas sus posesiones a Frodo, incluyendo un anillo mágico que obtuvo en su aventura y que hace invisible a quien lo usa. Poco tiempo después, el mago Gandalf, amigo de Bilbo y de Frodo, advierte a este último que debe mantener el anillo en secreto y utilizarlo con mucho cuidado, puesto que desconocen sus poderes y su procedencia.
Pasan los años y Gandalf sigue visitando periódicamente a Frodo, hasta que un día le revela que el anillo que posee es el Anillo Único de Sauron, el Señor Oscuro. Dicho Anillo fue forjado mucho tiempo atrás por Sauron con la intención de someter a toda la Tierra Media, y contiene un gran poder. Sauron pierde el Anillo durante una batalla, cuando Isildur le corta el dedo en el que lo llevaba. Tras la muerte de Isildur, el Anillo cae al río y se pierde durante miles de años, hasta que llega a manos de un hobbit llamado Smeagol. El poder del Anillo corrompe al hobbit hasta transformarlo en Gollum, una criatura traicionera que vive en las cavernas bajo las Montañas Nubladas. Finalmente, Bilbo encuentra el anillo accidentalmente, en sus aventuras, y se lo queda. De esta forma llega a las manos de Frodo.
Ahora, gracias a Gollum, el Señor Oscuro sabe que el Anillo está en manos de un hobbit de la Comarca, y sus secuaces están en camino para recuperarlo. Por eso, Frodo debe llevarlo hacia Rivendel, una ciudad de elfos, en la que estará más seguro. Como última advertencia, Gandalf le explica que el Anillo posee un gran poder de corrupción, y que solo debe usarlo en caso de extrema emergencia.
Frodo inicia el viaje junto a Sam, a quien Gandalf asignó como acompañante. A ellos se suman también Merry y Pippin, quienes no saben nada sobre el Anillo, pero comprenden que sus amigos están en peligro y deciden ayudarlos. Durante el viaje, Frodo es buscado por los Jinetes Negros, sirvientes del Señor Oscuro que quieren recuperar el Anillo, aunque nunca logran atraparlo. Así, los cuatro hobbits abandonan la Comarca y se internan en el Bosque Viejo, un lugar peligroso que les brinda, no obstante, cobijo. La carretera principal no es una opción porque los Jinetes Negros la vigilan. Gracias a la ayuda de un extravagante personaje llamado Tom Bombadil, el grupo logra atravesar el bosque y la Quebrada de los Túmulos, y llega hasta el pueblo de Bree, donde Frodo espera encontrarse con Gandalf.
En Bree se les suma un misterioso compañero, un montaraz llamado Trancos que luego revela su identidad verdadera: se trata de Aragorn, el heredero de Isildur. Como Gandalf no aparece, Aragorn se convierte en el guía de los hobbits y los conduce hacia Rivendel. En el camino, sin embargo, el grupo es atacado por los Jinetes Negros, y uno apuñala a Frodo en un hombro. Esta herida debilita mucho al hobbit y amenaza con convertirlo en un espectro, por lo que el grupo debe apurarse para llegar a Rivendel. Afortunadamente, el elfo Glorfindel los encuentra y, gracias a su intervención, logran escapar de los Jinetes Negros y llegar a la casa de Elrond.
En la segunda parte del libro, Frodo despierta en Rivendel, luego de descansar por varios días y recibir las curaciones de Elrond. Gandalf está con ellos y todos participan del Concilio convocado para resolver el problema del Anillo. A esta reunión asisten representantes de todos los Pueblos Libres de la Tierra Media y cuentan los problemas que están sufriendo, puesto que Sauron ya comenzó la guerra y avanza por diferentes regiones. Gandalf cuenta que fue traicionado por el líder de su orden, el mago Saruman, quien ahora es otro secuaz de Sauron. Durante el concilio acuerdan que la única forma de vencer a Sauron es destruir el Anillo Único, arrojándolo en los fuegos del Monte del Destino, en el corazón del territorio del enemigo, Mordor. Frodo se ofrece para concretar dicha misión, y obtiene el título de Portador del Anillo. Pero como el camino es muy peligroso, irá acompañado por dos hombres, Aragorn y Boromir; un elfo, Legolas; un enano, Gimli; un mago, Gandalf, y sus tres amigos hobbits, Sam, Pippin y Merry. Este grupo de nueve aventureros recibe el nombre de Comunidad del Anillo.
La Comunidad del Anillo parte de Rivendel e intenta cruzar las Montañas Nubladas, pero una poderosa nevada se los impide. Por eso, se ven obligados a atravesar las montañas por debajo, por las minas de Moria, el antiguo reino enano que ahora está plagado de orcos. Mientras atraviesan las minas, se enfrentan a un Balrog, y Gandalf logra arrojar al enemigo a un abismo, aunque el Balrog lo arrastra en la caída. El resto de la Compañía del Anillo logra escapar y continúa el viaje, lamentando la pérdida de Gandalf, pero sin posibilidad de detenerse, puesto que los orcos los persiguen. La Comunidad del Anillo sale de Moria y llega a Lórien, un hermoso refugio elfo, en donde son recibidos por sus gobernantes, Celeborn y Galadriel. En Lorien, el grupo recibe barcas y provisiones para seguir su viaje por el cauce del Río Grande.
Muchos días después, la Comunidad del Anillo llega a un punto donde debe volver a decidir su camino: pueden dirigirse directamente a Mordor o desviarse hacia Minas Tirith y ayudar a los guerreros de Gondor en la guerra contra Sauron. Mientras Frodo pasa un tiempo a solas para meditar, Boromir lo interrumpe y le intenta robar el Anillo. Esto hace que Frodo, consciente del poder de corrupción que lleva sobre sí, decida ir solo a Mordor, ya que sus compañeros pueden verse afectados por el poder del Anillo. Sin embargo, cuando intenta marcharse sin que lo descubran, Sam lo intercepta y lo acompaña. Así, los dos hobbits inician su viaje a Mordor y la Comunidad del Anillo se disuelve.