"Bueno, señores, en aras de una muy pequeña ganancia de tiempo van a ganarse la reputación - y la culpa de aquellos que quieren desprestigiar a nuestra ciudad - de aplicarle la pena de muerte a Sócrates". Línea 38c. Sócrates aquí viene a decir que si hubieran esperado un corto periodo de tiempo, él habría fallecido de muerte natural y entonces las personas que lo condenan no tendrían que cargar con el peso de haberle sentenciado.
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Ahora se dirige a aquellas personas que votaron a favor de su ejecución y dice que no le cabe duda de que le condenaron por la insuficiencia de los argumentos que utilizó. Se da cuenta de que hay muchas cosas que podría haber dicho y hecho que habrían asegurado su absolución. Sin embargo, no es que se negara a hacer esas cosas que les hicieron condenarle, sino que se negó a abordarlas en la forma en que ellos deseaban que fueran abordadas y a suplicar y llorar por su absolución, tal y como hacen muchas personas cuando están siendo enjuiciadas. A pesar de ello, no lamenta la forma en que actuó, por que por lo menos fue sincero. Además, opina que nadie debería valerse de su ingenio para escapar de la muerte, independientemente de la situación - ya sea durante juicio o conflicto armado. Esto es así porque cree que escapar de la muerte no es difícil, lo verdaderamente difícil es escapar de la perversidad.
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El dice:
"Cuando abandone este tribunal lo haré condenado a muerte por ellos, pero ellos lo harán condenados por la Verdad misma por depravación y perversidad. Y ellos aceptan su condena exactamente al mismo tiempo que yo acepto la mía". Línea 39b.
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Dicho esto, Sócrates se siente impulsado a profetizar a los que votaron a favor de condenarle y les dice que tan pronto como él esté muerto, la venganza caerá sobre ellos y su castigo será mucho mayor que aquel al que le condenaron. Ellos provocaron su muerte en la creencia de que así se librarían de los comentarios críticos acerca de sus vidas.
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Sin embargo, no se dan cuenta de que ha refrenado las críticas provenientes de muchas otras personas, la mayoría de las cuales son más jóvenes y tienen más energía que él, y estas personas les criticarán más que lo que él lo hizo. Así, ellos consiguen lo contrario de su objetivo. La única manera de evitar que la gente les critique es mejorando todo lo posible la forma en que viven sus vidas.
También dijo unas palabras de reconciliación para los que votaron por su absolución diciendo que su experiencia ha sido verdaderamente notable. En el pasado, siempre que seguía una dirección equivocada, una voz profética le reorientaba. Sin embargo, a lo largo de este juicio, no ha escuchado esa voz ni una sola vez. Esto sólo puede interpretarse como una bendición. Considera que eso es cierto porque la muerte puede ser una de dos cosas: un sueño eterno o una migración del alma a otro lugar.
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Si es lo primero, la muerte debe ser una "ganancia maravillosa" como cuando se duerme sin soñar por toda la eternidad y sería una experiencia muy apacible. En cuanto a la alternativa, que todos los que están muertos estén allí, entonces sería una gran bendición por la posibilidad de encontrarse con todas las grandes personas y semidioses y conversar libremente con ellos. “Más que cualquier otra cosa me gustaría pasar el tiempo allí, como aquí, examinando e indagando en la mente de las personas, para averiguar quién de ellos es realmente sabio y quién sólo piensa que lo es". Línea 41b.
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De todos modos, no se le podría aplicar la pena de muerte allí por ese tipo de conducta, porque todo el mundo allí es inmortal. Continúa diciendo que todos los que creen en él también deben esperar a la muerte con confianza y tener una firme convicción en su mente: que un hombre bueno no puede ser dañado ni en vida ni tampoco en la muerte.
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El sabe, sin embargo, que le ha llegado la hora de morir. En caso contrario, su signo le habría hecho darse la vuelta cambiando el curso de su comportamiento. No guarda ningún rencor hacia los que le condenaron, a pesar de que estaban tratando de causarle daño. Sin embargo, les pide que le concedan un favor: cuando sus hijos crezcan, por favor, deben corregirles como él corrigió a aquellos que lo condenaron, y no les permitan anteponer su dinero o cualquier otra cosa a su bondad, ni tampoco permitan que descuiden las cosas importantes de la vida. Les pide que consigan su venganza incomodándolos sin cesar tal y como él incomodó a toda esa gente y también que les critiquen como él criticó a esta sociedad. De esa manera, le harían justicia.
"Ya es hora de marcharnos, yo a morir y vosotros a vivir. Quién de nosotros se dirige a una situación mejor es algo oculto para todos, excepto para Dios”. Línea 42a