En La educación sentimental, Flaubert examina los efectos del materialismo y el consumismo en el individuo. A través del personaje de Frédéric Moreau, Flaubert critica las presiones sociales que animan a la gente a buscar la riqueza y el estatus por encima de la felicidad personal.
Frédéric es un joven de clase media-baja que se enamora de una mujer mayor y rica, Madame Arnoux. Aunque al principio Frederic se siente atraído por Madame Arnoux por su belleza y encanto, pronto se obsesiona con su estilo de vida y con lo que ella puede proporcionarle. Esta obsesión lleva a Frédéric a descuidar su propia felicidad en pos del afecto de Madame Arnoux. La crítica de Flaubert al materialismo es evidente en la forma en que la relación de Federico con Madame Arnoux se desmorona. A medida que Frédéric se centra más y más en lo que Madame Arnoux puede darle, pierde de vista a ella como persona. Llega a verla como un objeto que hay que alcanzar, en lugar de como un ser humano digno de amor y respeto. Esto conduce finalmente a su distanciamiento, ya que Frederic es incapaz de ver a Madame Arnoux por lo que realmente es.
El examen del consumismo también es evidente en la forma en que Frederic ve los objetos. A lo largo de la novela, Frédéric está obsesionado con adquirir cosas que cree que le harán feliz. Gasta grandes sumas de dinero en ropa, muebles y otras posesiones materiales en un intento de impresionar a Madame Arnoux. Sin embargo, estos objetos nunca le proporcionan la felicidad duradera que busca. Por el contrario, sólo sirven para alejarle aún más de los que le rodean. El autor ofrece una crítica mordaz a los valores materialistas que dominan la sociedad. A través del personaje, muestra cómo estos valores pueden llevar a las personas a descuidar su propia felicidad en pos de la riqueza y el estatus.