La gaviota es una pieza teatral en cuatro actos escrita por Antón Chéjov en 1896; es la primera de las que son generalmente consideradas las cuatro obras maestras del dramaturgo y escritor ruso. Se centra en los conflictos románticos y artísticos entre cuatro personajes: la joven actriz Nina; la anteriormente gloriosa actriz Irina Arkádina; el dramaturgo experimental Konstantín Tréplev, hijo de Arkádina, y el famoso escritor Trigorin.
En oposición a muchos melodramas teatrales del siglo XIX, acciones escabrosas (como el intento de suicidio de Tréplev) suceden tras bastidores. Algo similar pasa con los parlamentos, ya que los personajes tienden a hablar en circunloquios alrededor de un tema, en lugar de discutirlo expresamente. Por otra parte, en la pieza se da una fuerte relación con Hamlet, de Shakespeare: Arkádina y Tréplev lo citan en el primer acto. También hay muchas alusiones a la trama de la tragedia shakesperiana; por ejemplo, Tréplev intenta que su madre regrese y abandone al usurpador Trigorin, como Hamlet intenta que la Reina Gertrudis abandone a Claudio.
La primera noche en que se presenta La gaviota, el 17 de octubre de 1896, en el estatal Teatro Aleksandrinski de San Petersburgo, es un verdadero desastre. El público abuchea al elenco en el escenario; Vera Komissarzhévskaya, a quien algunos consideraban entonces como la mejor actriz en Rusia, y quien, de acuerdo con Chéjov, había hecho llorar a la gente en el papel de Nina durante los ensayos, es intimidada en el estreno por la hostil audiencia y pierde su voz. Al día siguiente, Chéjov anuncia a su editor, Alekséi Suvorin, que desistirá de escribir teatro.
La Gaviota impresiona, sin embargo, a dramaturgos como Vladímir Nemiróvich-Dánchenko, quien asegura que Chéjov debería haber ganado el premio Griboyédov ese año en su lugar. Y es Nemiróvich-Dánchenko quien convence al actor y director de escena Konstantín Stanislavski de dirigir la obra en el innovador Teatro de Arte de Moscú en 1898. Stanislavski entonces crea, para la presentación de la obra, un nuevo método interpretativo (hoy conocido como el “método Stanislavski”), más adecuado para extraer toda la significación contenida en el texto de Chéjov. Este nuevo método de actuación rompe con el tono declamatorio del teatro anterior y establece los nuevos principios de subtexto y cuarta pared para expresar de manera adecuada las tribulaciones interiores y los sentimientos íntimos que caracterizan a los personajes del drama psicológico y simbolista de Chéjov. Esta producción es tan exitosa que el teatro adopta la imagen de una gaviota como emblema. La colaboración de Chéjov con Stanislavski se vuelve crucial para el desarrollo creativo de ambos artistas: Stanislavski desarrolla su famoso método poniendo su atención en el realismo psicológico, y Chéjov recupera su interés en escribir para el escenario.