La idea de una máquina que viaja en el tiempo atraviesa todas las formas de los medios de ficción del mundo moderno. En la novela, el autor se centra en este dispositivo, lo que populariza el término máquina del tiempo y el concepto a partir de ahí. La historia está ambientada en la Inglaterra victoriana, por lo que alude a los problemas sociales de la época, incluido el clasismo social. Así, las aventuras del protagonista en el futuro abordan el mismo problema de clase que afecta a la humanidad. La historia introductoria muestra a un público de clase alta, incluido el narrador, y, por tanto, prefigura los temas de la novela.
La narración comienza con el protagonista explicando a sus invitados la idea de viajar en el tiempo hacia el futuro. En consecuencia, viaja al futuro en el año 802.701 d.C., donde encuentra dos razas diferentes que están en conflicto. Los Eloi son pequeñas y frágiles criaturas compasivas que se enfrentan a la adversidad de la raza caníbal, los Morlocks. Aunque los Eloi parecen inofensivos, han explotado a los Morlocks en el pasado, como las élites británicas. Debido a la falta de dificultades en su pasado, las criaturas se volvieron más débiles y, por tanto, más fáciles de atacar por los Morlocks. La raza caníbal, por su parte, vive en condiciones muy duras que les hacen ser crueles para sobrevivir. El autor explora el oscuro futuro de la humanidad si los de la clase social alta siguen manipulando a los de la clase baja.
En la novela, Wells alude a la revolución industrial que condujo a la distribución desigual de la riqueza, ya que las clases trabajadoras son explotadas por su trabajo. Así, argumenta que el capitalismo y el clasismo desenfrenados tendrán resultados devastadores al final. La narración también incorpora la teoría de la evolución a medida que el protagonista se adentra en el futuro.