Fiebre del oro (metáfora)
Esta metáfora de la fiebre del oro remite a la ambición desenfrenada que se desató cuando se comprobó que en los nuevos territorios había metales preciosos. En busca de remontar la economía en crisis de los territorios europeos, los conquistadores y muchos aventureros más se dedicaron fervientemente a obtener la parte de este “tesoro” a la que cada cual podría acceder según sus medios. Asimismo, esta ‘fiebre’ llevaba a enormes faltas de consideración hacia los nativos que ocupaban esas tierras donde se alojaban el oro y la plata. Como bien sugiere la metáfora, se convirtió en una suerte de enfermedad.
El rey azúcar (metáfora)
De modo similar a como ocurrió con el oro y la plata, el azúcar que los conquistadores sembraron en lugares como Brasil, República Dominicana o Cuba dio grandes frutos debido al clima tropical y húmedo de esas zonas. En su segundo viaje, Colón se ocupó de desarrollar esta nueva vertiente de riqueza, tan codiciada en Europa, donde, si bien existía, no prosperaba como en América.
La metáfora del ‘rey azúcar’ remite a cómo este elemento se convirtió en un guía fundamental de las expediciones a estos territorios, como si fuese un monarca que dictaba los tiempos y ganancias de sus súbditos.
Pasado/paraíso (símil)
“’Aquí corría el dinero y todos creían que no se terminaría nunca, me han contado los lugareños que sobreviven. El pasado parece un paraíso por oposición al presente, y hasta los domingos, que en 1889 todavía no existían para los trabajadores, y que luego fueron conquistados a brazo partido por la lucha gremial, se recuerdan con todos los fulgores: ‘Cada domingo en la pampa salitrera —me contaba un viejo muy viejo— era para nosotros una fiesta nacional, un nuevo dieciocho de septiembre cada semana’”.
Esta vez la cita se refiere a Chile, país de América del Sur lindante con la Cordillera. En relación con un presente del siglo XX sumido en la pobreza, los trabajadores recuerdan tiempos en los que parecía vivirse mejor que ahora, incluso cuando todavía no se habían conquistado los derechos laborales básicos. En este sentido, el autor compara el pasado con el paraíso, en un símil algo paradójico que remite al hecho de que aun con sus injusticias la época anterior permitía por lo menos una mayor circulación de dinero que hacia fines del siglo XX.