Los ríos profundos

Los ríos profundos Preguntas de Ensayo

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    ¿Qué rol cumple el viaje o la vida errante en la visión que Ernesto tiene del mundo?

    El viajero tiene, para Ernesto, una visión privilegiada de las cosas que lo rodean. No hay localismos en su mirada: más allá de haber sido criado en una cocina para arrieros, siente tanta pertenencia a este espacio como al ayllu que lo recogió cuando Gabriel era perseguido, o a la figura del río.

    El sentimiento de pertenencia radica, paradójicamente, en la errancia. Hay una voluntad de asimilación del mundo en su totalidad: aprender todos los huaynos, conocer el comportamiento de todas las aves, nombrar todas las flores, ríos y montañas. Se pretende también conocer y reconocer a los indios de los ayllus, conversar con ellos y atender a su modo de hablar la lengua. Esta voluntad solo puede realizarse en el viaje y este es el mejor modo para Ernesto de habitar el mundo.

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    ¿Por qué decimos que la identidad andina de Ernesto es “asumida”?

    Ernesto no es un joven de origen indio sino mestizo. Fallecida su madre, su padre vuelve a tomar a otra mujer por esposa. Ella es una hacendada que desprecia a Ernesto. En consecuencia, cuando Gabriel está lejos, Ernesto es criado en una cocina de arrieros por las indias. Ellas le enseñan el quechua y lo cuidan con ternura.

    Esta experiencia es definitiva, junto con los viajes que, un poco más adelante, comienza a hacer con su padre, para afirmarse en esta identidad. En contraposición a Palacitos o a Romero, para quienes la identidad andina es algo dado y, por ende, irreflexivo, para Ernesto es un destino asumido, y hay una reflexión constante alrededor de esta construcción de la identidad.

    A través de este movimiento espiritual y racional, Ernesto reactualiza todo un sistema de creencias, creándolo constantemente con la realidad que lo rodea. La identidad andina no proviene solo de un impulso intuitivo sino de una elección consciente.

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    ¿De qué modo impactan en Ernesto las palabras del Padre Linares para los indios colonos de Patibamba luego del motín?

    Ernesto se enfrenta, una y otra vez, a una triste realidad: la sumisión del indio de hacienda. Ya desde su encuentro con el pongo en la hacienda del Viejo, una inquietud se instala en su espíritu. En su llegada a Abancay, Ernesto intenta sin éxito vincularse con los indios colonos de Patibamba. Incluso llega a pensar que han olvidado su lengua.

    Cuando las rebeldes reparten la sal recuperada en la hacienda, Ernesto siente la esperanza de por fin poder entablar algún tipo de vínculo con los colonos. Pero horas después, a los colonos les quitan la sal a rebencazos y, al día siguiente, el Padre da una misa en quechua que modificará la mirada de Ernesto sobre el cura y las creencias que imparte: las palabras del cura garantizan esta sumisión y este temor de los indios de hacienda.

    El Padre hace sentir a los colonos como gusanos, los hace llorar, predica la culpa y el sufrimiento. Incluso enfatiza cuál es el orden social establecido en Abancay: “Todos padecemos, hermanos. Pero unos más que otros. Ustedes sufren por los hijos, por el padre y el hermano; el patrón padece por todos ustedes; yo por todo Abancay; y Dios nuestro Padre, por la gente que sufre en el mundo entero” (pp.160-161).

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    ¿Qué rol cumple la memoria en la vida de Ernesto?

    A través de sus recuerdos, Ernesto logra muchas veces evadirse de situaciones de violencia, tanto en el Colegio como en el pueblo o la hacienda. En sus recuerdos encuentra la “impagable ternura” en la que vive, gracias a las indias que en una cocina de arrieros lo cuidaron y le inculcaron la base de su pensamiento mágico. A través de los recuerdos Ernesto logra cohesionar el mundo que lo rodea y darle sentido a sus movimientos. También encuentra en ellos información que le sirve para asimilar los desafíos de este nuevo mundo que habita.

    Además, la memoria es un lugar donde ir depositando lo vivido. Para alguien que vive como un viajero inagotable, el recuerdo forja un hogar. El intercambio entre la memoria y el presente es constante y permite asociaciones inéditas, inclusive poéticas, entre diferentes eventos.

    Por último, la memoria de Ernesto excede su propia experiencia personal. En Los ríos profundos, Ernesto se presenta como depositario de una memoria ancestral de signos inagotables, de un pensamiento mágico y de un sistema de creencias que involucran a toda una cultura.

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    ¿En qué sentido podemos afirmar que el zumbayllu es un símbolo del danzak’ “Tankayllu”?

    El capítulo dedicado al zumbayllu comienza analizando su desinencia, que remite tanto a la voz illa, una entidad dual quechua que causa tanto el bien como el mal, pero siempre en grado absoluto. También remite al sonido yllu, la música que producen las pequeñas alas de un vuelo.

    La figura del dankzak’ está presente en gran parte de la literatura de Arguedas, sobre todo en Yawar fiesta. En el caso de Los ríos profundos, el rol de este bailarín lo toma el zumbayllu. En él se condensan el bien y el mal, las fuerzas que no son necesariamente divinas pero que habitan en el bailarín de tijeras, sobre todo en el llamado “Tunkayllu”. Este bailarín en particular toma su nombre de un tábano homónimo.

    Ernesto menciona que el trompo mágico es como una bandada de tankayllus volando en el lugar; cada vez que lo hace girar dice hacerlo “bailar”. Estas asociaciones tienen un sentido, ya que Ernesto condensa en la figura del zumbayllu importantes símbolos andinos. Poco a poco, estos gestos construyen un propio sistema simbólico, que actualiza mitos y creencias a partir de las asociaciones imaginativas del niño.

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