Simbología cristiana
“Ay, mi Dios– si me quedé / Más triste que Jueves Santo!” (Canto 6, vv. 1019-1020, p. 146).
En varias partes del poema Fierro utiliza imágenes religiosas que indican su pertenencia al universo simbólico del cristianismo, propio del sector popular y rural de la Argentina del siglo XIX. El imaginario cristiano se pone al servicio de su canto para expresar su lamento, para comprender mejor su situación y para transmitir sus experiencias.
Naturaleza y libertad
“Soy gaucho, y entiendaló / Como mi lengua lo esplica, / Para mí la tierra es chica / Y pudiera ser mayor, / Ni la víbora me pica / Ni quema mi frente el Sol” (Canto 1, vv. 79-84, p. 102).
La naturaleza se le presenta al cantor como el espacio que mejor expresa su libertad sin límites. Si bien Fierro representa en este aspecto, como en tantos otros, a todos los gauchos, en lo hiperbólico de la imagen busca singularizar su carácter, destacarse del resto, para que la suya sea una historia memorable.
Imágenes de la violencia
“Porque todo era jugarle / Por los lomos con la espada, / y aunque usté no hiciera nada,/ Lo mesmito que en Palermo, / Le daban cada cepiada / Que lo dejaban enfermo” (Canto 3, vv. 409-414, p.118).
Cuando Fierro describe el modo en que se vive en la frontera, configura en su canto una serie de imágenes que, por sí solas, denuncian la violencia que ejerce la autoridad sobre el gaucho, al punto de dejarlo pobre, harapiento y cercano a la muerte.
Momentos de combate
“Le coloriaron las motas / Con la sangre de la herida, / Y volvió a venir furioso / Como una tigra parida” (Canto 7, vv. 1223.1226, p.156-157).
Los momentos de combate también son instancias en las que Martín Fierro demuestra sus habilidades cantoras para narrar y describir. Además de poéticas, las imágenes de estos episodios nos permiten reconstruir el modo en que Fierro supera las dificultades de la lucha manifestando su destreza en el manejo del cuchillo.