Yo lírico
Tiene múltiples facetas como los poemas de Quevedo.
Es, en los poemas amorosos, un ferviente creyente en el amor como una fuerza que, incluso, trasciende a la muerte. Su amada es Lísida.
En los poemas, precisamente, sobre la muerte, tiene un gran dolor existencial por sentir que la vida se le escapa sin saber a dónde.
En muchos poemas religiosos aparece preocupado y lamentándose por haberse salido de la senda del Señor.
En los poemas burlescos puede representar distintas personalidades, depende de a quién quiera burlar Quevedo.
En los poemas filosóficos y morales, aparece lamentándose por haber deseado (y obtenido) riquezas.
Sin embargo, esta enumeración podría continuar indefinidamente e, incluso, entrar en contradicciones, ya que Quevedo no mantiene un yo lírico único, sino que va modificándolo constantemente, de acuerdo a sus búsquedas.
Lísida
También llamada Lisi. Es la amada del yo lírico de Quevedo, con quien mantiene un amor platónico. Incluso, en el poema "Amor de una sola vista nace, crece y se perpetúa", el yo lírico afirma haberla visto una sola vez y diez años después aún seguir enamorado de ella. Mientras que en "Lamentación amorosa y postrero sentimiento de amante", el yo lírico afirma haber sufrido toda su vida por la gloria de ella, sin definir con claridad cuál es esa gloria.
Quevedo le dedica un cancionero llamado Canta sola a Lisi y la pasión amorosa de su amante.