La Generación del 45 es un grupo de escritores uruguayos que publica sus primeras obras en la década de 1940, generando una ruptura con el canon literario de la época. Mario Benedetti, Idea Vilariño, Ida Vitale, Armonía Somers, Ángel Rama, Juan José Morosoli y Emir Rodríguez Monegal son algunos de los autores más destacados de este conjunto de intelectuales.
A diferencia de otras “generaciones”, como la Generación del 36 española o la Generación del 37 argentina, la Generación del 45 no tiene una unidad ideológico-política. En ella, hay escritores tanto de derecha como de izquierda. El factor que une al grupo es estético: todos tienen la intención de construir una literatura moderna, que represente los enormes cambios que vivió el país durante la década de 1930 y comienzos de 1940. Esta nueva literatura se propone, sobre todo, desterrar el aura bucólica y rural que domina los textos canónicos uruguayos de la época, e introducir el ritmo urbano de la creciente Montevideo. Dice, al respecto, Benedetti:
[Hay] un modo de hacer literatura que empezó con nuestra generación, ‘la del 45’, porque hasta esos momentos la literatura uruguaya sólo trataba temas sobre el campo, sobre gauchos, etc., y estábamos en una época en que todo eso había cambiado. Los escritores que producían en estos años casi ninguno venía del campo, el campo que habían conocido ellos era a través de otros poetas que sí habían vivido esta experiencia... Los escritores de Así reflejaban en sus escritos un ambiente idealista y romántico, hablaban del paisaje, de la naturaleza, y jamás se referían a la ciudad. Además, en aquellas fechas, estaban aconteciendo muchas cosas en la ciudad, la mitad del país vivía en Montevideo, esa era la realidad... (2008, p. 226).
Además de darle una importancia fundamental a lo urbano, la Generación del 45 se adentra en la cotidianeidad de los nuevos sujetos modernos, aquellos hombres y mujeres que despiertan, trabajan, aman, duermen y vuelven a despertar para ir al trabajo siguiendo el ritmo que marca el deslumbrante capitalismo. Cabe destacar que entre la década de 1930 y 1940, gracias a su pujante economía, el país oriental se había ganado el mote de la “Suiza de América”. Al revisar con detenimiento el día a día de los trabajadores que construían con sus manos al país, la Generación del 45 demuestra que, más allá de lo que dijeran los índices económicos, gran parte de la población se encontraba muy lejos de la felicidad.
Este grupo de escritores comparte las ideas existencialistas del escritor francés Jean-Paul Sartre. Saben que la vida no consiste solamente en tener un trabajo, un techo y un auto. A través de sus mordaces textos, advierten, entonces, que la existencia es mucho más compleja que el American dream del capitalismo pujante. Señalan la doble moral de la sociedad, se detienen en el vacío angustiante que atraviesa al uruguayo común y corriente, y apuntan sus cañones contra la mascarada de la felicidad plena.
Entre las obras más destacadas de la Generación del 45 se encuentran los poemarios Por aire sucio (1950), de Idea Vilariño, y Poemas de la oficina (1956), de Mario Benedetti; la novela La mujer desnuda (1950), de Armonía Somers, y el volumen de cuentos Hombres y mujeres, (1944) de Juan José Morosoli.