Desgracia y sufrimiento
La familia sufre muchas desgracias a lo largo del relato. Su matriarca se enamora de Gustavo, que finalmente la engaña. Se casa con Jorge, a pesar de que su mente seguía prendada de su antiguo amante. Jorge, al final, la deja con su madre psicótica que la maltrata.
Celia también padece una econdición mental que la aleja de sus hijos. Lourdes sufre emocional y físicamente cuando es violada por el gobierno revolucionario y también cuando sufre un aborto. El gobierno revolucionario agrede a su vez a Rufino, y se apodera de su casa familiar, dejándolos sin hogar.
Felicia, por su parte, se enfrenta a los malos tratos de su cónyuge y también contrae enfermedades de transmisión sexual de su marido infiel. Hereda una enfermedad mental de su madre que la hace peligrosa para sí misma y para las personas que la rodean. Javier se divorció de su mujer, que se llevó a su hijo, dejándolo solo y deprimido. La familia también sufre emocionalmente por la muerte de Jorge, Felicia, Javier y finalmente la de Cecilia.
Deficiencias cognitivas
Dos de los personajes de la historia padecen enfermedades cognitivas. Este tipo de condición afecta a sus relaciones con sus hijos y sus cónyuges. También les convierte en un peligro para sí mismos, lo que supone una preocupación constante para sus seres queridos. La condición es hereditaria; Felicia, por ejemplo, la hereda de su madre. Celia es ingresada en un centro psiquiátrico tras sufrir una crisis mental. Esto hace que tenga una relación tensa con su hija y su marido.
Felicia tampoco logra establecer un vínculo con sus otros dos hijos debido a su inestabilidad mental. También intenta suicidarse junto con su hijo, Ivanito. Lo más triste del retrato de esta condición es cómo la manejaron los demás. En lugar de encontrar una manera de controlar o encontrar un tratamiento para la enfermedad, la encerraron como una especie de castigo. Felicia fue enviada al ejército para castigarla por su estado mental y le quitaron a sus hijos. Celia también intentó suicidarse ahogándose, pero afortunadamente es salvada por su hija.
Linaje familiar
La historia abarca tres generaciones en una familia. Todas ellas tienen su linaje en la matriarca, Celia. Celia estaba casada con Jorge y juntos tuvieron tres hijos: Lourdes, Felicia y Javier. Sus hijos llegaron a la mayoría de edad y algunos abandonaron la escuela, mientras que otros terminaron sus estudios para hacer carrera. Felicia abandonó los estudios y se casó con Hugo, con quien tuvo un matrimonio difícil. Juntos tuvieron tres hijos, Luz, Milagro e Ivanito. Felicia heredó una enfermedad mental de su madre que la hizo desvincularse de sus hijos, excepto de Ivanito. Lourdes se casó con Rufino y tuvieron una hija llamada Pilar. Lourdes tenía un negocio de repostería que prosperaba en Nueva York. También le costaba mucho relacionarse con su hija.
Se puede decir que a las mujeres de esta familia les costaba mucho relacionarse con sus hijos, sobre todo con las mujeres. Javier también se convirtió en profesor de Bioquímica. Se casó y tuvo una hija llamada Irinita. La historia termina con Celia siendo abuela, mientras que sus hijos se convierten en tíos.
La revolución cubana
La familia vivió la revolución cubana, que se cobró muchas vidas. Fue una época de opresión y sufrimiento para las familias mejor posicionadas en la dictadura. Celia era una firme partidaria de la revolución, mientras que su marido apoyaba al gobierno pro americano. La revolución mataba y hería a todos los que intentaban oponerse a ella. También agredieron sexualmente a las mujeres, destrozaron propiedades y se apoderaron de las casas de la gente. Rufino fue víctima de esta revolución cuando fue agredido y su esposa fue violada en el proceso. También les confiscaron las tierras de su familia, dejándoles sin hogar. Por el contrario, los que apoyaron a la familia recibieron privilegios, como Celia, que consiguió un trabajo en uno de los tribunales locales.