El director del 'Lisboa' se alegra por el patriotismo del cuento que, según Pereira, publicará, cuando en realidad el sentido político del relato enarbola exactamente lo opuesto a lo que él piensa (Ironía situacional)
En tanto el director del Lisboa le empieza a exigir a Pereira que le comparta los contenidos que publicará en su página cultural, el protagonista llama a su jefe para informarle acerca de su próxima publicación, un cuento de Daudet llamado "La última clase". Como el director del periódico no lo conoce, Pereira le explica que se trata de un cuento "patriótico" (p.114), lo cual hace que su jefe, entusiasmado, apruebe la publicación de inmediato. La situación es irónica en tanto el director del Lisboa, ferviente nacionalista, se entusiasma por la publicación al creer que se trata de un cuento que hace honor a la patria portuguesa, cuando el contenido político del cuento de Daudet va en sentido opuesto: su "patriotismo" radica en expresar, incluso explícitamente, "Viva Francia", y por declarar su oposición a Alemania, país que, en el contexto histórico de la trama, es un aliado de Portugal.
Pereira le dice a Celeste que intentará no echarla de menos, cuando en realidad la detesta (Ironía verbal)
Uno de los padecimientos diarios de Pereira está dado por la presencia de Celeste, la portera del edificio de la redacción, quien es confidente de la policía. Celeste controla tanto las cartas como los llamados de Pereira, y luego de que Monteiro Rossi es asesinado a la mujer le brindan vacaciones. "Procuraremos no echarla demasiado en falta" (p.175), murmura Pereira al despedirla. La frase es expresamente irónica, en tanto Pereira no solo no tendría que hacer ningún esfuerzo por no echar de menos a esa mujer, sino que prácticamente lamenta que ella exista, en tanto cumplió un rol seguramente clave en el rastreo que las autoridades hicieron de la locación de Monteiro Rossi y que terminó con la vida del joven.