“Tu obligación es la obediencia al Cuartel General del Ejército Revolucionario: Ser merito grano de arena en la montaña, y te manifiestas con un acto de indisciplina al operar independiente. Eres ambicioso y soberbio” (45). (Metáfora)
Este parlamento corresponde a Domiciano de la Gándara y va dirigido a Filomeno Cuevas, cuando lo aconseja sobre cómo organizar el levantamiento contra el Tirano. Para expresar la necesidad de trabajar en equipo y con prudencia, Domiciano utiliza una metáfora en la que compara a los revolucionarios con granos de arena que, grupalmente, conforman una gran montaña. Insatisfecho con la soberbia de Filomeno, el Coronel le pide que no intente ser más que un grano de arena, es decir, una parte del conjunto.
"La fila aplaudió, removiéndose en las losetas, como ganado inquieto por la mosca" (52). (Símil)
Los miembros de la delegación de la Colonia Española, liderada por Don Celestino, visitan a Santos Banderas para felicitarlo por su accionar en los fusilamientos de Zamalpoa. Don Celestino se extiende en elogios exagerados hacia el Tirano y sus acompañantes celebran y aplauden obsecuentemente las palabras de aquel. El narrador compara mediante un símil a esas personas con un ganado que se mueve, inquieto por las moscas. El símil resulta sorpresivo pues no parece ser adecuado para referir a un grupo de hombres respetables que se presentan ante el Presidente de la República. Por lo tanto, mediante ese símil esperpéntico, el narrador ridiculiza a la audiencia, la animaliza y le quita autonomía, pues sugiere que obran en masa, como el ganado.
“Zacarías, abismado en rencorosa y taciturna tiniebla, sentía los aleteos del pensamiento, insistente, monótono” (152). (Metáfora)
Mediante la metáfora de la tiniebla, el narrador representa la tristeza de Zacarías luego de encontrar a su hijo muerto. Como en la tiniebla, en que se dificulta ver y percibir las cosas, Zacarías está alienado y aturdido ("abismado"), y es incapaz de entender con claridad qué debe hacer. Pero además de silenciosa y pasiva ("taciturna"), esa tiniebla es rencorosa, en la medida en que ese aturdimiento será el que lo lleve a vengarse por la muerte de su hijo, matando a Quintín Pereda.
“Don Celes sentíase revestido de sagradas ínfulas y desplegaba petulante la curva de su destino con casaca bordada, como el pavo real la fábula de su cola” (195). (Símil)
Don Celestino acaba de recibir la falsa noticia del Barón de Benicarlés de que será ascendido. Se muestra tan soberbio y orgulloso del ascenso, que es comparado con el pavo real que exhibe su cola, ostentando su belleza. La casaca bordada, que representa el nuevo cargo, es asimilada a las plumas coloridas y vistosas del pavo.
“El Doctor Aníbal Roncali proponía que los diplomáticos hispano-americanos celebrasen una reunión previa bajo la presidencia del Ministro de España: Las águilas jóvenes, que tendían las alas para el heroico vuelo, agrupadas en torno del águila materna” (204). (Metáfora)
En la reunión del Cuerpo Diplomático, el Ministro de Ecuador refiere a las naciones americanas y a la española con la metáfora del águila que emprende vuelo heroico. Así, no solo alude al poder de esas naciones, sino también a la sujeción de los latinoamericanos a los gobernantes españoles: España sería el águila madre, protectora y guía de los países de América Latina, estos últimos, águilas jóvenes que aún tienen mucho que aprender. Asimismo, el vuelo heroico representa el despliegue y el crecimiento favorable de esas naciones.