"Vale, lo entiendo, ¿pero de verdad crees que no nos desprecia? ¿No crees que nos ve sin pensar que somos del gueto? Es que no quiero que te haga daño. Se nota enseguida que es rico."
Julia lleva a Connor a conocer a Lorena y Juanga. Aunque al principio Lorena está ansiosa por conocer al novio de Julia, pronto siente que sus diferencias socioeconómicas son demasiado grandes para tener una conexión genuina. Esta interacción habla de la brecha de riqueza y su papel en la novela.
"Odio esta sensación, el no saber. Estos lugares intermedios dan miedo, pero también entiendo que nunca hay nada seguro."
Otro motivo recurrente en la novela es la incertidumbre. Tras la muerte de Olga, Julia comprende cómo la vida puede cambiar rápidamente. Su desestabilización afecta a su perspectiva y magnifica sus sentimientos de ansiedad. Sin embargo, a medida que la novela avanza y Julia madura, vemos cómo su ansiedad disminuye. En lugar de temer lo desconocido, Julia aprende a ver la belleza en el azar.
"Me quedé atrapada en un bucle horrible. Me preocupé por completo hasta que me centré en mi respiración y mi entorno y me obligué a escribir una lista de razones por las que [mi pensamiento] no era cierto."
Antes de ir a la universidad, Julia siente el síndrome del impostor. Está acomplejada por su pobreza y preocupada por no estar lo bastante cualificada para asistir a la universidad en Nueva York con una beca completa. Sin embargo, detiene la espiral negativa de su pensamiento y, en su lugar, recuerda importantes técnicas de afrontamiento que aprendió de su terapeuta. Esta cita demuestra cómo Julia ha crecido a lo largo de la novela.
"El cielo sigue oscuro, pero empieza a clarear. Hay hermosas y tenues vetas de color naranja sobre el lago. Parece como si se hubiera abierto. Pienso en la cara de Jazmyn cuando le conté lo de Olga. Vaya donde vaya, el fantasma de mi hermana está rondando."
Lorena y Juanga convencen a Julia para que vaya a una fiesta en el centro de Chicago. A pesar de su depresión y ansiedad, la fiesta promete ser una oportunidad para divertirse y soltarse con los amigos. Sin embargo, allí se encuentra con Jazmyn, una antigua compañera de Olga. Jazmyn le pregunta a Julia cómo está Olga, y Julia tiene que explicarle que Olga ha muerto recientemente. Julia recuerda este momento mientras contempla el amanecer. Aunque Julia se siente abrumada por la belleza de la naturaleza, el dolor que siente por la muerte de Olga se repite constantemente.
"Amá se limita a sacudir la cabeza. "Sabes, Julia, quizá si supieras comportarte, mantener la boca cerrada, tu hermana seguiría viva. ¿Lo has pensado alguna vez?" Por fin lo dice. Dice lo que sus ojos grandes y tristes me estaban diciendo todo el tiempo."
Tras la muerte de Olga, Julia tiene la sensación de que Amá está enfadada o insatisfecha por seguir viva. Julia contrasta fuertemente con Olga: es ruidosa, franca y firme. Las tensiones entre Amá y Julia se intensifican, y Julia es constantemente castigada por sus comentarios. Julia ha luchado con sentimientos de culpa y culpabilidad tras la muerte de Olga, y la declaración de Amá confirma lo que Julia temía desde hacía tiempo: que su madre la culpa de la muerte de su hermana.
