Amada

Amada Resumen y Análisis de Capítulo 7

Paul D se da cuenta de que Amada se ha cambiado y puesto ropa sensual y eso hace que se sienta incomodo. Se pregunta porque solo él se dio cuenta del cambio de ropa y su incomodidad hace que sea incluso más receloso de las intenciones de ella. Cuando le pregunta como encontró 124 y como sus zapatos parecían nuevos a pesar de que había caminado hasta la casa, ella admite que el vestido y los zapatos eran robados y que no sabía cómo atar los zapatos. Le dice que algunas mujeres en el puente le dijeron como llegar a 124. Se niega a contestar más preguntas. Paul D está molesto por el momento elegido para su llegada; Sethe, Denver y él se estaban convirtiendo en una familia y quiere que se vaya. Está resentido porque Amada está todavía con ellos perturbando sus vidas pero no la puede echar a la calle porque 124 pertenece a Sethe. Piensa en hacer que Amada consiga trabajo como empleada en alguna casa para así deshacerse de ella, pero justo cuando lo piensa, ella empieza a ahogarse. Sethe y Denver corren a socorrerla. Denver la lleva al piso superior a su dormitorio para vigilarla de cerca.

Seguimiento del Tema: Cólera 6

En una airada confrontación sobre Amada, Paul D le dice a Sethe sobre como Halle vio a los muchachos amamantarse de ella y que eso le volvió loco. Sethe, por otro lado, no puede olvidar la imagen mental que tiene de Halle, observando desde arriba en el entrepiso como esos hombres abusaban de ella y no deteniéndolos. También sigue viendo su imagen sentado cerca de la mantequera con mantequilla embadurnando toda su cara con ojos vacíos. Ella piensa:

“¿Por qué no se había desechado nada? ¿Ninguna aflicción, ningún arrepentimiento, ninguna odiosa impresión o imagen eran lo suficientemente putrefactas como para no ser aceptadas? Como un niño avaricioso agarraba todo. ¿Solo por una vez, podría decir, no gracias? ¿Acabo de comer y no me entra un bocado más?...Pero mi avaricioso cerebro dice, Oh gracias, me gustaría más…mi cerebro seguiría adelante y lo tomaría y nunca diría, No gracias, no quiero saber o tener que recordar eso. Tengo otras cosas que hacer: preocuparme, por ejemplo, de Denver, de Amada, del envejecimiento y la enfermedad, sin mencionar el amor”. Capítulo 7, pág. 70


Seguimiento del Tema: Recuerdos 5

Paul D explica que no pudo ayudar a Halle porque tenía una barrena de hierro en su boca e iba en camino a la morada de Brandywine. Paul D comienza a contarle acerca de la vergüenza de verse a sí mismo peor que un animal, como un gallo de corral, pero antes de que pueda continuar ella le detiene. Hay un límite para la cantidad de tragedia que puede ser escuchada antes de resultar intolerable. Cuando ella le detiene, Paul D encierra esos sentimientos y recuerdos de regreso en su pecho en la petaca de tabaco que tiene el cierre oxidado y reemplazaba a su rojo corazón.