Crimen y castigo

Crimen y castigo Metáforas y Símiles

“Preferible era deslizarse furtivamente por la escalera como un gato” (p. 66) (Símil)

Esta cita aparece al principio de la novela, cuando Raskólnikov deja su cuartucho para ir a la casa de la prestamista. Aunque no desea encontrarse con la patrona a la que debe plata del alquiler, no es este no es el único el motivo por el que se escabulle como un gato: también prefiere no interactuar con ella. Raskólnikov se ha convertido en una persona introvertida y reconoce que está en un periodo de su vida en el que no desea relacionarse con nadie. El símil con el gato ilustra la actitud del personaje, quien busca evitar toda interacción social.

“Se había apartado resueltamente de todos, como la tortuga se recoge en su caparazón” (p. 96) (Símil)

Como consecuencia de su descomposición psíquica y moral, Raskólnikov se ha ido aislando cada vez más del resto del mundo. Eso lo lleva, al igual que las tortugas, a refugiarse en la coraza de su intimidad y sus secretos. La introversión que lo caracteriza -y que bordea la misantropía- se explica por el profundo desdén que siente las personas comunes y corrientes: la contracara de su deseo de ser extraordinario. Más adelante, esa opinión sobre los demás le va a permitir justificar sus acciones criminales.

“Era como si hubiera reventado de pronto en su corazón el absceso que se había ido formando a lo largo del mes” (p. 133) (Metáfora)

Raskólnikov piensa en sus planes criminales en términos de un absceso que se ha formado en su corazón. A través de esta metáfora, la narración enfatiza cuán enfermizo es el pensamiento que atormenta al protagonista. El lugar en el que aparece el absceso es, en este punto, significativo: el corazón ha sido considerado tradicionalmente como el centro de los sentimientos y las emociones, y el hecho de que allí se forme la herida sugiere la falta de empatía y la crueldad del acto que quiere llevar a cabo.

“Raskólnikov se estremeció de pronto como la hoja en el árbol” (p. 197) (Símil)

Esta cita aparece en el Capítulo 2 de la segunda parte de la novela. Raskólnikov experimenta tal miedo, como consecuencia del asesinato que ha perpetrado, que empieza a desvariar. En su vaivén entre la conciencia y el delirio, imagina que Ilyá Petróvich, el secretario de la comisaría del barrio, está atacando a la patrona de su casa. Por supuesto, todo se trata de una fantasía que manifiesta el miedo y la paranoia que lo dominan tras haber cometido el crimen. Eso lo lleva a temblar como una hoja sacudida por el viento.

“Esos son unos críos, unos párvulos y no unos delincuentes” (Metáfora) (p. 252)

Raskólnikov llama ‘párvulos’ a una banda de falsificadores que ha sido descubierta recientemente por la policía. La metáfora muestra a los falsificadores como si fueran niños en edad escolar y Raskólnikov la utiliza para expresar que son unos advenedizos sin experiencia, que no supieron cómo escapar de la ley. En el momento en que pronuncia estas palabras, Raskólnikov le describe a Zamiótov cómo actuaría él para desviar cualquier sospecha. Siente que haría las cosas mucho mejor que esos delincuentes de poca monta.

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