“El capote” cuenta la historia de Akaky Akákievich Bashmachkin. Él es consejero titular en una oficina ministerial de San Petersburgo y su tarea es copiar documentos. Realiza el mismo trabajo hace tantos años que ya nadie recuerda cuándo comenzó ni quién lo contrató. Sus compañeros se burlan constantemente de él, pero Akaky no reacciona salvo excepcionalmente, cuando las bromas le impiden realizar su tarea. Solo un joven empleado, en una oportunidad, siente compasión por él y se horroriza ante la idea de que existe una gran crueldad y estupidez humana.
Akaky vive exclusivamente para su trabajo. No tiene vida social ni otros intereses. Está satisfecho con su destino, a pesar de su sueldo escaso. No obstante, su existencia pacífica se ve coartada por la necesidad de comprar un nuevo capote. Akaky necesita hacer sacrificios para ahorrar dinero y conseguir comprar la nueva prenda. De otra manera no soportará el frío boreal de San Petersburgo. Los meses de privaciones y ahorro transforman a Akaky en un ser más enérgico, y su estado de ánimo se vuelve más alegre.
Cuando finalmente consigue el nuevo capote, se despiertan en él nuevas emociones y se siente más enérgico. Por primera vez se dirige a una reunión en la casa del asistente de un jefe, en horario nocturno. Pero al regreso de la reunión, cuando Akaky cruza una plaza oscura y desolada, le roban su capote. A partir de este momento, la situación de Akaky empeora progresivamente. Se dirige a ver a un comisario para pedir ayuda en la búsqueda de la prenda, pero este no le presta atención. Falta por primera vez a la oficina. Luego, por sugerencia de un colega, visita a una persona importante, quien supuestamente lo ayudará.
Sin embargo, la persona importante se dirige a Akaky con brutalidad y le reclama que haya ido a verlo sin una cita previa. Esto afecta mucho a Akaky, y un guardia del lugar lo saca de allí casi desvanecido. En el camino a su casa, Akaky siente mucho frío y enseguida le da dolor de garganta. Padece una angina fulminante y, a los pocos días, muere.
Después de su muerte, aparece un fantasma en las cercanías del puente Kalínkin. Tiene el aspecto de un hombre de oficina y busca un capote robado. El fantasma les quita a los hombres que pasan sus capotes, sin importar su rango social ni la calidad de sus abrigos. Uno de los empleados de la oficina ministerial reconoce en el fantasma a Akaky Akákievich. Una noche, este asalta durante un viaje en trineo a la persona importante y le roba su capote. A partir de ese momento, el fantasma no vuelve a aparecer, aunque algunas personas afirman que sigue frecuentando los barrios más apartados de la ciudad.