Michael no sabe que Hanna fue guardia del régimen nazi (ironía dramática)
Cuando es apenas un adolescente, Michael conoce a Hanna. Él la ve como una mujer demasiado adulta para él, dado que tiene 15 años y ella, más de 30. Sin embargo, comienzan a vincularse de una forma cada vez más íntima. Michael lee libros para Hanna, desconociendo que ella no sabe leer por su cuenta. Ella le da excusas por las que no lee sus propios documentos o los libros que le gustan, y eso hace que sea Michael quien le haga de lector. A su vez, hay algo más que Michael desconoce y es que ella ha sido guardia del régimen nazi y, como tal, responsable de la muerte de más de 300 mujeres judías. Seguramente, el hecho de tener esta información al momento de conocerla, hubiera cambiado totalmente las circunstancias de su vínculo.
La Corte no sabe que Hanna es analfabeta (ironía dramática)
Una vez en la cárcel, Hanna finalmente admite que es analfabeta. Si lo hubiera admitido antes, en el momento del juicio, tal vez habría evitado ir a la cárcel. Pero era tan fuerte la vergüenza que sentía de admitir tal cosa, que prefirió callar y por eso no hubo forma de atenuar su culpabilidad. Quizás ella ignoraba también que se podría haber salvado en caso de contar su verdad a los demás.
Hanna tilda de ‘pobrecito’ a Michael queriendo decir lo contrario (ironía verbal)
“—¿Y por qué crees que el primer día de vacaciones se me ocurre coger el tranvía de Schwetzingen a las cuatro y media de la mañana? Si no te das cuenta de que era para darte una sorpresa, es que estás ciega. Pensaba que te haría gracia. He subido al segundo vagón porque...
—Pobrecito. Levantarse a las cuatro y media, y encima en vacaciones.
Nunca la había visto tan irónica”.
En una ocasión, Michael pretende sorprender a Hanna subiéndose al tranvía en el que ella está trabajando. Sin embargo, tienen un malentendido, porque ambos piensan que el otro hizo como si no se conocieran. Ambos evidencian de este modo sus inseguridades personales y su deseo de ser especial para la otra persona.
Entonces, Hanna es abiertamente irónica cuando le dice ‘pobrecito’ a Michael porque se tuvo que levantar temprano para verla. De algún modo, como no le cree que es a ella a quien él fue a ver, su tono de voz y las palabras que elige dejan entrever que piensa todo lo contrario de él, que no es ningún ‘pobrecito’, sino que es una especie de ‘avivado’ que estaba queriendo huir de la mirada de ella.