La historia comienza en 1958 en Alemania Occidental cuando un joven Michael Berg narra su relación con una antigua guardia de la prisión nazi. Un día, mientras se recupera de una larga enfermedad, Michael vuelve a caer enfermo frente al edificio de Hanna Schmitz. Ella lo rescata y lo cuida en su casa hasta que se sienta mejor. Varias semanas después, su madre convence a Michael para que vuelva a ver a Hanna y le dé las gracias por haberle ayudado. En su casa, Michael la observa mientras se cambia de ropa y comienza a fantasear con ella. Al volver para disculparse por el incidente, Hanna coquetea con el joven e inician una relación sexual. Antes de que tengan sexo, Hanna insiste en que Michael le lea siempre. A medida que el adolescente explora sus otras amistades e intereses, su relación con Hanna empieza a cambiar. Finalmente, Hanna desaparece sin previo aviso, poniendo fin a su relación.
Michael continúa con sus estudios hasta que ingresa en la universidad para estudiar Derecho, lo que le lleva al siguiente encuentro con Hanna. En 1966, Michael y sus compañeros de clase asisten a un juicio por crímenes de guerra nazis para conocer las atrocidades del violento régimen. Durante el juicio se da cuenta de que Hanna es una de las criminales de guerra acusadas de matar a gente en los campos de concentración. Durante el juicio, Hanna tiene la oportunidad de conseguir una sentencia de prisión más corta debido a alguna buena acción que hizo en el campo. Sin embargo, se niega a admitirlo porque eso revelaría que es analfabeta. Como guardia nazi de alto rango, Hanna es culpada de escribir el informe que confirma su participación en las muertes. Michael se da cuenta de que ella no sabe leer ni escribir, pero no interviene para proteger el secreto de Hanna. Al final del juicio, es condenada a cadena perpetua.
Años después, Michael ejerce la abogacía y está casado con Gertrud, con la que tienen una hija en común. Después de cinco años de matrimonio, deciden divorciarse, lo que se debe a su falta de conexión emocional. Durante este periodo, Michael comienza a obsesionarse con su pasada relación con Hanna, incluso contándoselo a otras mujeres. Decide empezar a comunicarse con ella en la cárcel a través de grabaciones de él leyendo libros. En la cárcel, Hanna empieza a aprender a leer y escribir con los libros de la biblioteca y las cintas. Finalmente, escribe a Michael agradeciéndole su ayuda, pero él no responde al mensaje.
Tras cumplir 18 años de cárcel, Hanna está a punto de ser liberada al reducirse su condena. Sin embargo, la noche antes de su liberación se suicida en su celda. El alcalde informa a Michael que Hanna estaba decepcionada por el uso de cintas en lugar de escribirle cartas. Entre sus cosas encuentra una foto de su graduación, que demuestra que Hanna se preocupaba por él. Dejó un testamento en el que le dice a Michael que le dé el dinero a la hija de una superviviente del Holocausto. Cuando la mujer se niega a aceptar el dinero como absolución, él lo dona a una organización benéfica alemana que ayuda a la gente a leer y escribir. Finalmente, Michael acepta la naturaleza de su relación, que era complicada debido a la diferencia generacional.