El Túnel

El Túnel Resumen y Análisis de los capítulos 34-39

Resumen

Capítulo 34

Mientras Castel espera a María en la Recoleta, se siente ensimismado con el recuerdo de aquellos días en los que creía que su amor era eterno. Piensa que se puede contentar con el poco amor que le queda, y ese espíritu de modestia lo llena por un instante de alegría. Pero María no llega. Juan Pablo telefonea a su casa y descubre que María ha vuelto repentinamente a la estancia por un llamado de Hunter, y que no volverá hasta dentro de una semana.

Juan Pablo entra en estado de desesperación, aunque se siente orgulloso de haber confirmado sus sospechas. Llega a su taller y, con un cuchillo, empieza a destrozar sus pinturas. Se detiene con congoja ante el cuadro con la escena de la ventana y luego lo hace añicos, pensando que aquella espera de la imagen nunca recibirá respuesta. Sale en búsqueda de Mapelli, un amigo suyo, y le pide su automóvil, con la excusa de que su padre está enfermo y necesita ir a verlo. Parte a la estancia a las 6 de la tarde.

Capítulo 35

Mientras conduce hasta la estancia piensa en María como si fuera alguien detrás de un muro de vidrio, alguien a quien puede ver pero que no puede oír ni tocar. Se llena de amargura al pensar que María eligió estar con el cínico y frívolo de Hunter en vez de estar con él para hablar de cosas oscuras y ásperas. Llega a la estancia a las 10 de la noche, ve que en la casa las luces están encendidas. Juan Pablo se oculta en un lugar del parque a la espera de que María y Hunter salgan a dar un paseo nocturno después de cenar.

Capítulo 36

En aquel momento de larga espera, que no sabe cuánto tiempo real dura, Castel construye una imagen de su soledad y de su comunicación con María, que a su vez le trae recuerdos de su infancia. Imagina que los dos vivían en pasadizos o túneles paralelos, uno al lado del otro, como almas semejantes. Ellos no sabían de la existencia del otro hasta que el muro se convertía en un muro de vidrio que les permitía verse. Pero este muro no era siempre transparente: a veces era de piedra oscura, y entonces no podían saber qué sucedía del otro lado.

Pero después Castel reflexiona que, en todo caso, el único que se encuentra en un túnel oscuro y solitario era él. María era parte del mundo exterior, lleno de bailes, fiestas y frivolidades. Se veían solamente cuando Castel la contemplaba desde las transparencias de su túnel, y María le devolvía la mirada en silencio. Pero otras veces ella se olvidaba de él. Después de construir esta alegoría, Juan Pablo comprende que su destino es infinitamente más solitario de lo que había imaginado.

Capítulo 37

Después de un tiempo que Castel siente interminable, ve salir a María y a Hunter tomados del brazo. Piensa con amargura que María sabe que él, en este momento, debe estar bajo un tormento, y sin embargo allí la ve, disfrutando de la noche con Hunter, un “monstruo ridículo”. También llega a preguntarse si el monstruo ridículo no es él.

Llega una tormenta que obliga a Hunter y a María a volver. Castel se queda observando la casa para ver cómo se encienden las luces de sus respectivas habitaciones. Ve encenderse la luz de la pieza de Hunter, pero no la de María. No lo dice, pero deduce que están juntos. Una sensación de infinita soledad invade su alma.

Capítulo 38

Luego de lo que Castel considera un tiempo prolongado, ve que la luz se enciende en el dormitorio de María. Empapado por la lluvia y con un cuchillo en la mano, el mismo que usó para destruir sus pinturas, trepa hasta la planta alta de la casa y llega a hurtadillas a aquella habitación. María lo ve y le pregunta qué va a hacer, a lo que Juan Pablo responde: “tengo que matarte, María. Me has dejado solo”. Le clava el cuchillo en el pecho una primera vez, María le echa una mirada dolorosa y humilde. Un súbito furor lo fortalece, y entonces le clava varias veces el cuchillo en el pecho y en el vientre.

Castel se escapa en el medio de la tormenta y llega a Buenos Aires a las 4 o 5 de la madrugada. Llama por teléfono a Allende y le dice que lo tiene que ver en ese instante. Se encuentran en la casa del ciego y Juan Pablo le grita que viene de la estancia y que María era amante de Hunter, que él también lo era, y que ella los había engañado a todos, pero ahora no podrá engañar a nadie más. Allende se pone de piedra, primero le dice “imbécil” y luego “insensato”. Repite esta última palabra maníacamente mientras lo persigue a Castel para hacerle daño. Juan Pablo se escapa, sale de la casa y se entrega en la comisaría a eso de las 6 de la mañana. Cuenta que, mientras observa cómo se hace de día desde la ventana del calabozo, imaginando que hombres y mujeres se despiertan y empiezan sus días, él siente que una caverna negra se agranda dentro de su cuerpo.

Capítulo 39

En estos meses de encierro ha pensado mucho en la palabra “insensato” de Allende, sin poder entender su verdadero significado. Piensa que si alguna vez llega a comprenderlo, podrá explicarse por qué Allende se suicidó.

Nos cuenta que, donde está, al menos puede pintar, aunque cree que sus médicos se ríen a sus espaldas. Recuerda que un solo ser entendió su pintura. Las palabras de cierre reflexionan sobre cómo los cuadros que pinta seguirán siendo motivo de risa de los otros. Y que los muros de su infierno serán cada vez más herméticos.

Análisis

En estos últimos capítulos, el ritmo de la narración se acelera todavía más. Los capítulos son breves y dan la impresión de reflejar la vorágine emocional de Castel. Sin embargo, en esta sección hay también bastantes momentos de espera: la espera en la Recoleta; aquella en la estancia, antes de que María y Hunter salgan al parque, y finalmente la espera hasta que la luz del dormitorio de María se enciende.

Juan Pablo nos cuenta que aquellos momentos le resultan interminables, aunque confiesa que, para él, su percepción del tiempo nada tiene que ver con su duración real. Esta separación entre tiempo subjetivo y tiempo objetivo la experimenta el propio lector en los cambios rítmicos de la narración, en sus demoras y en sus avances. Teniendo esto en consideración, podemos sospechar que el tiempo que pasa entre que se enciende la luz en la pieza de Hunter y en la de María pudo haber sido un lapso menor del que experimenta Castel.

De hecho, el narrador nos da los datos que necesitamos para hacer nuestras propias deducciones: Castel llega a la estancia a eso de las 10 de la noche y está de regreso en Buenos Aires entre las 4 o las 5 de la mañana. El viaje de la ciudad al campo le lleva aproximadamente 4 horas, de modo que pudo haber salido de la estancia entre las 12 de la noche y la 1 de la madrugada. Entonces, no está en el campo más de 3 horas, y si a eso le restamos el tiempo “interminable” que pasa hasta que María y Hunter salen al jardín y vuelven a la casa, ¿cuánto tiempo pudo haber pasado hasta que se encendió la luz en la habitación de María?

El capítulo 36 explica el título de la novela y retoma su epígrafe: "en todo caso, había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío". Si bien la imagen del túnel, y la de su opuesto, el puente, ha aparecido ya en otras partes de la historia, en esta instancia toma una nueva importancia: define la resolución de Castel de asesinar a la única persona que lo pudo haber entendido.

Juan Pablo comprende que su vida se asemeja a un túnel transitado solo por él, y que por momentos puede observar a través de las transparencias del muro hacia afuera. En principio, pensó que María compartía su soledad, que ella también se hallaba en un túnel. Pero en este momento de reflexión llega a la conclusión de que María es parte del mundo exterior, y que él es el único que se encuentra encerrado y aislado. Esta confirmación refuerza su existencialismo nihilista: entiende que no existe conexión posible entre las personas. La destrucción de sus pinturas prefigura la muerte de María: ambos actos representan la aniquilación de su propia ilusión. El asesinato de María significa la muerte de la esperanza de Castel.

El encuentro con Allende implica confrontar con la voz de la razón, que Castel no conoce verdaderamente, porque la confunde con la voz de su paranoia. En algún punto, teme verse identificado en la ceguera de este personaje, que para él no es solo física sino también emocional: el esposo de María no puede ver que ella los ha engañado. Pero la reacción de este hombre lo toma por asalto: Allende acusa a Castel de ser un insensato. Juan Pablo no puede entender el significado de estas palabras porque él es sordo al razonar sensato. No sabemos si Allende sabía más de los amoríos de su esposa de lo que Castel creía, o si acusa la falta de razón del hombre que ha cometido un asesinato. De cualquier manera, Juan Pablo queda expuesto como hombre sin sensatez, sin cordura, irracional.

El último capítulo sugiere que Castel está encerrado en un hospital psiquiátrico, porque lo atienden médicos. Entonces, posiblemente Castel no sea solamente famoso como criminal, sino también como loco. Nos cuenta que sigue pintando, pero que sus cuadros solo son manifestaciones de su hermética soledad. Sin embargo, es posible deducir que nuestro protagonista no ha perdido toda la esperanza. ¿Por qué, si no, nos cuenta su historia?

Comprar Guía de Estudio Cita esta página