Enero

Enero Imágenes

El calor del verano

Tal como indica el título de la novela, toda la narración transcurre durante el primer mes del año. Enero es, en el hemisferio sur, el mes central del verano, por lo que se caracteriza por el calor. A lo largo de toda la novela son recurrentes las imágenes sensoriales que destacan cuán caluroso es el ambiente rural en esta época.

Además de múltiples referencias a un sol pleno e intenso, leemos que a Nefer, "Al salir del monte la envuelve el calor que vibra en la siesta" (27). La temperatura es tan alta que "el sudor ha puesto azul el caballo" (28), y Nefer necesita pasarse la mano por el rostro para quitarse la transpiración. Cuando encuentra a sus tíos llegando al rancho de la vieja Borges, ellos también remarcan las altas temperaturas. Estas imágenes son constantes hasta el final del relato. Por ejemplo, cuando Nicolás le cuenta que habrán de casarse, "Nefer siente el calor del sol en el vecino techo de paja" (78).

Los sonidos de la casa durante la noche

Nefer comienza a despertar por la madrugada para explorar las noches en soledad, ya que todos duermen y ella no es controlada. En estas circunstancias, dada la oscuridad de la noche en el campo, su percepción de los sonidos aumenta y la descripción del entorno está especialmente cargada de imágenes auditivas: "Era demasiado intrincada la trenza de ruidos en la oscuridad, con el pesado tictaqueo del despertador, la respiración de Alcira, los ronquidos de los padres a través de la puerta, los perros inquietos en la noche, los gallos próximos y lejanos, el propio corazón bombeando subido a la garganta que se asfixia" (36).

El ordeñe

Nefer trabaja en el tambo de la estancia ordeñando vacas. Este trabajo es descrito en la novela a través de un entramado de imágenes sensoriales: "El sucio y dulce olor del trabajo la envuelve, y el calor de la vaca que ordeña y el ruido alternado y sordo de los chorritos que van llenando el balde. «¿Por qué tanta pena? Si ya sabía...». Cerca, un chorro se estrella salpicando; desata la vaca y va hacia otra" (42). En la cita se combinan imágenes olfativas sobre la suciedad del entorno y la dulzura de la leche, imágenes táctiles sobre la temperatura de los animales, e imágenes auditivas y visuales sobre los sonidos y el aspecto de los chorros de leche que salen de las ubres de la vaca.

La voz de Nicolás

En el capítulo 9, Nefer espera la visita de la patrona, que llegará a su casa con un plan para resolver su situación. En efecto, la mujer aparece junto a Nicolás porque ha decidido que ambos jóvenes se casen. Cuando llegan, Nefer está en el patio y lo primero que percibe de Nicolás es su voz. Esta se presenta mediante una imagen auditiva como "nueva" y "gruesa de tabaco" (77) antes de que Nefer lo vea y reconozca de quién se trata.