"(...) un vecino pagaba un vals para todo el mundo y todos como peonzas” (p. 10) (Símil)
El contexto de la cita es la fiesta en la Plaza del Diamante, donde Natalia cuenta que hay una orquesta tocando y que, cada tanto, algún vecino del barrio paga un vals para que todos los presentes puedan seguir bailando. De ahí la comparación entre las personas y las peonzas -también llamados trompos-, que son objetos que, por su forma, pueden mantenerse en equilibrio y girando durante un buen tiempo.
“Salté por encima [de las enaguas], estuve a punto de enredarme un pie en ellas y venga correr como si me persiguieran todos los demonios del infierno” (p. 11) (Símil y metáfora)
Con la frase, Natalia pretende demostrar lo apurada y precipitada que estaba en ese momento; por eso equipara su forma de alejarse corriendo con la de alguien que está siendo perseguida. Al mismo tiempo, para profundizar en la idea del nerviosismo que siente, apela a la metáfora de los demonios y el infierno, como elementos terroríficos que pueden producir semejante apuro.
"[El niño] se nos derretía como un terrón de azúcar en un vaso de agua” (p. 66) (Símil y metáfora)
En este caso, la cita refiere a la preocupación de Natalia y Quimet por la salud de su primer hijo, Antoni, debido a que ha bajado mucho de peso. Por eso, se compara al bebé con un terrón de azúcar, es decir, con algo pequeño y frágil; asimismo, ese rasgo de fragilidad y endeblez se potencia cuando se plantea la idea de que el terrón de azúcar está dentro de un vaso con agua, donde se disolvería hasta desaparecer.
“Me cogió una mano, y su mano temblaba, y me dijo que no me podía imaginar qué jardín le acababa de poner dentro” (p. 209-210) (Metáfora)
En este fragmento, Natalia narra el momento en que acepta la propuesta de matrimonio que le hizo el tendero, Antoni. La metáfora consiste en que su pretendiente, a quien describe nervioso e inseguro, demuestra su felicidad explicando que la respuesta de Natalia le ha dado una nueva vida, que es lo que viene a representar la idea del jardín dentro de su cuerpo.
“Me dijo que, a los jóvenes, hay que dejarles tranquilos porque saben más que los viejos que andan a reculones como los cangrejos” (p. 221) (Metáfora y símil)
La cita refiere a lo que dice Antoni cuando Natalia se queja de que él acepte sin peros las ideas de Rita de estudiar idiomas para ser azafata. Aquí, puede interpretarse una metáfora y un símil que involucran a los jóvenes, los viejos y los cangrejos. Para Antoni, los jóvenes son quienes avanzan hacia adelante por ser más intrépidos y tener menos prejuicios; en cambio, los viejos son más reticentes a los cambios y retroceden, en vez de avanzar, como se dice que hacen los cangrejos.