La traición de Rita Hayworth se centra en la vida de Toto Casals, su madre Mita y los parientes, amigos y vecinos de Coronel Vallejos (provincia de Buenos Aires, Argentina). La historia inicia con un diálogo de la familia de Mita en La Plata en el año 1933. A través de la charla nos enteramos de que Mita se fue a vivir a Vallejos con Berto y que tienen un bebé, Toto. El capítulo 2 nos ubica en la casa de Mita y Berto en Vallejos, durante el mismo año. Felisa, la sirvienta de la casa, y Amparo, la niñera, charlan acerca de que los hombres creen que pueden hacer lo que quieran con ellas porque son sirvientas. Amparo tiene una conversación con Berto en la que este le hace jurar que no le dirá nada a Mita de que la estuvo espiando mientras charlaba con su hermana, Adela.
El capítulo 3 nos ofrece el monólogo interior de Toto a sus seis años, en 1939, mientras se entretiene a la hora de la siesta. Toto recorta imágenes de artistas de cine de las revistas pensando en las películas que vio con su mamá. Su amiga Pocha le enseña la palabra “cogía” y Toto se la dice a Felisa, por lo que es castigado. El capítulo 4 nos lleva al año 1941, en el que Choli, una amiga de Mita, tiene una conversación con aquella, aunque solo leemos lo que dice y responde la primera. Choli es una mujer viuda que vive viajando por el país como vendedora de cosméticos. Las mujeres hablan de sus maridos y de la vida que lleva Choli desde que falleció Jáuregui.
El capítulo 5 vuelve a centrarse en Toto, que ahora tiene nueve años. Toto quiere ser el novio de Alicita, una compañera del colegio, y le tiene envidia a Luisito Castro. Toto se hace ilusión cuando su padre, Berto, los acompaña a él y a su mamá a ver una película, pero después eso no se vuelve a repetirse. En el cumpleaños de la de González, Toto recibe una paliza de Luisito Castro por entrometerse entre él y Alicita. Se marcha de la fiesta con Paquita, una amiga más grande. De camino a casa se encuentran con Raúl García, vecino de Toto, que les propone jugar a las escondidas. Toto se esconde, pero después encuentra a Raúl y Paquita haciendo ruidos de besos en un camión viejo. Estos descubren que Toto los espía y lo amenazan para que no diga nada.
En el capítulo 6 tenemos la voz de Teté, una niña que pasa un tiempo viviendo con sus padres en la casa de los Casals, en 1942. Teté reza por las noches porque tiene miedo de que su mamá, que está siempre enferma, se muera. Toto le cuenta a Teté lo que hacen los hombres con las mujeres cuando son grandes y Paquita quiere que vayan a visitar a su compañero Cataldi para ver lo que tienen los varones entre las piernas, pero Teté no quiere, porque después se tendría que confesar y le podría hacer mal a su madre.
En el capítulo 7 pasamos al año 1943 y al monólogo interior de Delia, vecina de Mita en Coronel Vallejos. Delia está considerando casarse con Yamil Manzur, un agrimensor de familia musulmana que no le resulta atractivo, pero que Mita considera que es un buen partido. Delia tuvo una relación con López, un hombre del Banco que la dejó cuando se casó con una mujer de su pueblo. A Delia le llama la atención Héctor, sobrino de Mita, que estudia en Buenos Aires y pasa los veranos en Vallejos. Héctor perdió a su mamá cuando era chico y vive con su padre en una pensión. En la casa de los Casals, Delia presencia cómo Mita se molesta porque Toto no crece, y cómo Héctor se burla de su primo.
El capítulo 8 recupera los pensamientos de Mita en invierno de aquel año de 1943. Mita, que había quedado embarazada por segunda vez, perdió a su bebé al poco tiempo de que naciera por un problema respiratorio, y está desconsolada. Se lamenta porque no dejaron que lo viera ni que le pusiera nombre, para que no se encariñara con él. A Mita le impresiona lo mucho que crece Héctor cada vez que vuelve por el verano a Vallejos, y se pregunta por qué tiene una mirada triste si no le falta nada. Imagina que el hijo que murió podría haber crecido grande y fuerte como Héctor, y que lo haría feliz a Berto haciendo las cosas de varones que Toto no hace. Ella y Toto son más sensibles porque conocen la tristeza y saben que a veces las cosas salen mal.
En el capítulo 9, sigue un monólogo interior de Héctor, en el verano de 1944. Héctor piensa en las muchachas de Vallejos con las que estuvo en el verano: Mari, una maestra que trabaja en el campo; Rulo, que intenta ayudarlo a estudiar, y la Ñata, que lo hacía leer a Dostoievski. Antes de irse para Buenos Aires, Héctor jugaba al fútbol en Vallejos y soñaba con ser descubierto en la reserva de River Plate. Quiso que Mita, que para él es como una madre, se pusiera de su lado pidiéndole al padre que no se lo llevara a Buenos Aires, pero ella no lo hizo porque quería que él aspirara a más en la vida. Héctor también cuenta que Toto sufrió en el colegio un intento de abuso sexual por un compañero más grande, Noziglia.
En el capítulo 10 leemos lo que Paquita piensa mientras hace la fila para confesarse en la iglesia de la escuela, en el invierno de 1945. Paquita tiene un padre gallego y sastre, que se emborracha y, cuando vuelve de jugar, a veces le pega. Paquita no quiere que su padre se entere de su pecado mortal: haber estado con Raúl García. Paquita se entera, escuchando una conversación entre Toto y Rulo, con quiénes tuvo relaciones Héctor. El chisme circula y la Ñata la confronta a Paquita por calumniadora, y le dice que nadie la va a sacar a bailar en el Club Social. A Paqui le gusta el instructor de natación y una vez fue a visitarlo a la pieza del hotel. Ella cuenta que el instructor la hizo pasar, pero que no pasó nada. Mita tuvo a su tercer hijo, el que una vez casi se atraganta con una cáscara de durazno. A Toto le agarró un ataque, temiendo que muriera. Héctor reaccionó tratándolo de “maricón”, y su primo le dijo que era un intruso y que se fuera de la casa.
En el capítulo 11 leemos la voz de Cobito Umansky, un compañero de Toto Casals en el Colegio Incorporado George Washington. Cobito está molesto con sus amigos porque lo dejaron solo el domingo para comer la cena horrible que sirven en el internado. Él y Colombo acosan a Casals porque Cobito quiere abusar sexualmente de él, pero Casals siempre logra escapar. Cuando su papá vivía, Cobito podía pasar todo el verano pescando en el río, pero ahora su hermano quiere que trabaje en la tienda del padre. La madre y el hermano lo visitan una vez cuando van a hacer los trámites de la sucesión, pero no tienen plata suficiente para invitarlo a cenar. Cobito se lamenta porque el celador no lo llevó a debutar con una mujer, como lo hizo con otros muchachos del colegio.
En el capítulo 12 leemos un fragmento del diario de 1947 de Esther, compañera de Toto en el Colegio Wahsington. Esther anhela visitar el Adlon, la confitería de moda a la que asisten todas las chicas y los muchachos. Toto la invita a tener una salida con él y con su primo Héctor un domingo. Pero antes de ese día, Casals le dice a Esther que no podrán ir, porque él tiene que volverse temprano al internado. Esther discute con él y se pelean, por lo que se cancela la salida. Aquel día, Esther asiste a una reunión política y piensa que, cuando sea médica, será una fuerza trabajadora cuidando al pueblo.
El capítulo 13 es la composición de José (Toto) L. Casals para un concurso de literatura, sobre la película que más le gustó. Describe la historia del violinista Johhan y de la cantante Carla Donner, que se conocen en Viena y se enamoran. Johann estaba casado con Poldi, que un día increpa a Carla al final de un concierto y le dice que Johann no podrá soportar que ella lo abandone. Entonces le pide que deje a Johann lo antes posible. Carla accede y se separa de Johann. Pasan los años y Johann asiste con Poldi a un homenaje en su honor. Allí piensa, entristecido, en que nunca pudo conocer el amor. El capítulo 14 es una carta anónima dirigida al Director del colegio George Washington. Allí se le advierte al Director que hizo mal en elegir a Casals como el mejor alumno del año, porque él y Colombo intentaron tener relaciones con dos chicas.
El capítulo 15 es un fragmento del cuaderno de pensamientos de Herminia, la instructora de piano de Toto en Vallejos. Herminia tiene treinta y cinco años y se considera una solterona. Sufre de un asma que no la deja dormir. Lo único que anhela es tener la compañía de un hombre trabajador y tranquilo, pero sabe que es algo a lo que no puede aspirar, y a veces piensa en acabar con su vida. Herminia cree que Toto es una basura por haberle contado al novio de Paquita, con quien esta se va a casar, lo de ella y Raúl García, pero también siente lástima por él, porque debe tener celos. Herminia desconfía de lo que le cuenta Toto, por su manera de inventar historias y por sus modos afeminados.
El último capítulo es una carta que Berto escribió en 1933. Está dirigida a su hermano, Jaime, que se fue a España para que mejore la salud de su mujer, dejando a su hijo Hectorcito al cuidado de su tío. Berto está pasando un momento difícil económicamente por la sequía. A Mita no le cuenta nada para que esté tranquila. Él narra que una vez escuchó sin que lo noten cómo Adela, la hermana de Mita, le decía a esta que no debería darle todo su sueldo a Berto, y este se enojó porque su mujer no salió a defenderlo. Berto le reprocha a su hermano que no le escriba nunca, que lo haya complicado en sus negocios en el pasado, y que lo haya hecho abandonar la escuela antes de hacerse de herramientas en la vida. Está tan enojado con Jaime que no piensa gastar en estampillas por él, por lo que decide tirar la carta.