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¿Cómo es representada la mujer en la obra?
A diferencia de lo que sucede en el romanticismo clásico, en el que la mujer simbolizaba el ideal amoroso más puro, en conexión plena con la naturaleza, en el romanticismo exagerado y pesimista de Baudelaire la mujer es una persona sádica que se aprovecha de los hombres. Además, ya no está en plena conexión con la naturaleza, sino con la lujuria de la ciudad.
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¿Cuáles son los poemas en los que los amantes logran unirse plenamente?
“El vino de los amantes” y “La muerte de los amantes” son los únicos dos poemas de la obra en los que el amor triunfa sin obstáculos. Lo que posibilita estas excepciones es que, en ambos poemas, los amantes no solo están unidos entre sí, sino que lo están a través de un Ideal: el vino y la muerte. Esos elementos ideales los elevan por sobre el Spleen, que es lo que a lo largo de toda la obra imposibilita la concreción amorosa.
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¿Quiénes son los grandes responsables de que la vida de las personas esté atravesada por el Spleen?
Los responsables son dos: el Hastío y Satán. Esto ya se nombra en el primer poema, llamado “Al lector”, que aparece antes del comienzo propiamente dicho de la obra. La idea es que el Hastío (que aparece personificado como un monstruo) de la vida moderna conduce inevitablemente a las personas al mundo del pecado, ya que ellas necesitan, de algún modo, salir del aburrimiento, encontrar algún tipo de placer. Allí es donde entra Satán: es el encargado de llevar a las personas hacia el pecado. Entre el Hastío cotidiano y el placer pecaminoso, infernal, se genera el Spleen en el que viven encerradas las personas.
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En cada parte de la obra, el yo lírico tiene distintas características y distintas búsquedas. ¿Cuáles son estas?
En la primera parte, llamada “Spleen e Ideal”, el yo lírico intenta elevarse sobre el Spleen y conectar con lo Ideal. Ya en la segunda parte, “Cuadros parisinos”, deja de buscar este Ideal y se concentra en poetizar acerca de los personajes que encuentra en las calles modernas de París, así como sobre el nuevo funcionamiento de la ciudad. Estos cuadros parisinos lo alejan aún más del Ideal, ya que lo que encuentra, fundamentalmente, es las distintas caras del mal que habitan diariamente en la ciudad. Por eso mismo, luego se rinde a ese mal y poetiza en profundidad sobre el pecado y el horror en la parte titulada, precisamente, “Las flores del mal”. En este punto, el yo lírico, que había comenzado su recorrido hablando con Dios, acepta su condición maligna, y en la parte llamada “Rebelión” se rebela contra Dios para consagrarse a Satán. En el final de la obra, “La muerte”, el yo lírico no está consagrado a nada; no cree en sí mismo, no cree en su dolor. Se siente absolutamente vacío y deposita en la muerte su última esperanza de encontrar un Ideal.
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¿Por qué puede afirmarse que Las flores del mal es el primer poemario moderno?
Baudelaire es el primer poeta que decide “bajar a las calles” y poetizar acerca de la modernidad de París, sus nuevos habitantes, su nuevo funcionamiento. Su idea es que la poesía debe poder encontrar la belleza en la pobreza, en lo horroroso, y no solo en lo noble, como lo hacía tradicionalmente. El poema “El sol” es el más claro al respecto: el poeta se compara con el sol, ya que llega a todos lados y, con su luz, con su poesía, le da nobleza a todas las cosas, incluso a las más marginales.