La novela narra la vida del escritor y activista político ruso Eduard Limónov. Comienza con los primeros años de Limónov en la Unión Soviética, donde nace en la ciudad de Dzerzhinsk, Ucrania, en 1943. Crece en una familia pobre, enfrentándose a las dificultades de la vida en la Unión Soviética. Limónov es un adolescente rebelde y finalmente se traslada a Moscú, donde comienza a escribir para revistas clandestinas y a escribir poesía. Sin embargo, a pesar de su talento, es incapaz de ganarse la vida escribiendo. En su lugar, recurrió a la pequeña delincuencia y acabó cayendo en el submundo criminal.
Limónov criticaba abiertamente a la Unión Soviética y su régimen. Fue detenido varias veces por sus escritos y su activismo político. A mediados de la década de 1970, emigró a Estados Unidos, donde continuó escribiendo y agitando contra la Unión Soviética. Limónov pronto se encuentra viviendo en Nueva York, donde empieza a escribir para periódicos y revistas rusas. Con el tiempo se encuentra viviendo en París, donde comienza a escribir novelas y relatos cortos.
A principios de la década de 1990, tras la caída de la Unión Soviética, Limónov regresa a Rusia y se convierte en una figura destacada de la escena política rusa. Fundó el Partido Nacional Bolchevique y realizó varios intentos infructuosos de presentarse a la presidencia de Rusia. También escribió varios libros más, entre ellos su autobiografía. Fue detenido en múltiples ocasiones y condenado a prisión por sus actividades políticas.
En la última sección, Carrère examina el legado de la vida y obra de Limónov. Sus libros, su poesía y su activismo político le han convertido en una figura querida y controvertida en Rusia. Algunos lo veneran, otros lo vilipendian, y su legado sigue siendo complejo y controvertido.