Acto primero
La obra tiene lugar en Escocia. Duncan, el rey de Escocia, está en guerra con el rey de Noruega. Cuando comienza la obra, se entera de la valentía de Macbeth en una batalla victoriosa contra Macdonnell, un escocés que se puso del lado de los noruegos. Al mismo tiempo, llegan noticias sobre el arresto del traicionero señor de Cawdor. Duncan decide darle el título de Cawdor a Macbeth.
Cuando Macbeth y Banquo regresan a casa después de la batalla, se encuentran con tres brujas. Estas predicen que Macbeth será señor de Cawdor y rey de Escocia, y que Banquo será padre de reyes. Después de que las brujas desaparecen, Macbeth y Banquo se encuentran con dos nobles, Ross y Anguss, que le anuncian a Macbeth su nuevo título como señor de Cawdor. Al escuchar esto, Macbeth comienza a contemplar el asesinato de Duncan para cumplir la segunda profecía de las brujas.
Macbeth y Banquo se encuentran con Duncan, que les anuncia que visitará a Macbeth en su castillo. Macbeth se adelanta para preparar el recibimiento. Mientras tanto, Lady Macbeth recibe una carta de su esposo informándole sobre la profecía de las brujas y su posterior realización. Un criado se acerca para informarle la pronta llegada de Duncan. Excitada por las noticias, Lady Macbeth invoca poderes sobrenaturales para despojarla de la suavidad femenina y así prepararla para el asesinato de Duncan. Cuando llega Macbeth, Lady Macbeth le dice que tramará el asesinato de Duncan.
Cuando Duncan llega al castillo, Lady Macbeth lo saluda sola. Macbeth no aparece y Lady Macbeth lo encuentra en su habitación, contemplando la oscura decisión de matar a Duncan. Lady Macbeth se burla, diciéndole que solo será un hombre si mata a Duncan. Luego le cuenta su plan para el asesinato, que Macbeth acepta: lo matarán mientras sus guardaespaldas, borrachos, duermen, y luego plantarán pruebas incriminatorias en los guardaespaldas.
Acto segundo
Macbeth tiene la visión de una daga ensangrentada que flota delante de él y lo lleva a la habitación de Duncan. Cuando oye que Lady Macbeth tiñe una campana para indicar la finalización de sus preparativos, Macbeth se propone llevar a cabo su parte en el plan asesino.
Lady Macbeth espera a que Macbeth termine con el acto de regicidio. Entra Macbeth, todavía cargando las dagas sangrientas. Lady Macbeth lo vuelve a reprender por su debilidad mental y planta las dagas en los guardaespaldas. Mientras lo hace, Macbeth imagina que oye una voz inquietante que le dice que ya no volverá a dormir. Lady Macbeth regresa y le dice que se laven las manos para "evitar toda sospecha" (II, ii, 49).
Cuando llegan los señores Macduff y Lennox, los recibe el portero, quien se queja: "Ni que fuera uno portero del infierno" (II, iii, 49). Inmediatamente después, Macduff descubre el cadáver de Duncan. Macbeth mata a los dos guardaespaldas, alegando que fue vencido por un ataque de dolor y rabia cuando los vio con las sangrientas dagas. Los hijos de Duncan, Malcolm y Donalbain, temiendo que sus vidas estén en peligro, huyen a Inglaterra e Irlanda. Su huida los pone bajo sospecha de conspirar contra Duncan. Macbeth es coronado rey de Escocia.
Acto tercero
En un intento de frustrar la profecía de las brujas de que Banquo engendrará reyes, Macbeth contrata a dos sicarios para matarlo a él y a su hijo, Fleancio. Lady Macbeth no está informada de estos planes. Un tercer asesino se une a los otros dos en el bosque y los tres hombres matan a Banquo. Fleancio, sin embargo, logra escapar.
El fantasma de Banquo se le aparece a Macbeth cuando se sienta a un banquete, trasladándolo a un frenesí de terror. Lady Macbeth intenta encubrir su extraño comportamiento, pero el banquete llega a un final prematuro cuando los señores comienzan a cuestionar la cordura de Macbeth. Este decide que debe volver a visitar a las brujas para predecir el futuro una vez más.
Mientras tanto, los señores de Macbeth comienzan a volverse contra él. Macduff se encuentra con Malcolm en Inglaterra para preparar un ejército y marchar sobre Escocia.
Acto cuarto
Las brujas le muestran a Macbeth tres sombras. La primera le advierte de Macduff, la segunda le dice que no tiene que temer a ningún hombre nacido de mujer, y la tercera profetiza que solo caerá cuando la selva de Birnam llegue al castillo de Dunsinania. Macbeth toma esto como una profecía de que es infalible. Cuando le pregunta a las brujas si su profecía sobre Banquo se hará realidad, le muestran una procesión de ocho reyes, todos con un fuerte parecido a Banquo.
Mientras tanto, en Inglaterra, Malcolm prueba la lealtad de Macduff pretendiendo confesar múltiples pecados y maliciosas ambiciones. Cuando Macduff demuestra su lealtad a Escocia, los dos hacen una estrategia para su ofensiva contra Macbeth. De vuelta en Escocia, Macbeth asesina a la esposa y los hijos de Macduff.
Acto quinto
Lady Macbeth sufre episodios de sonambulismo. Según la opinión de un médico que observa sus síntomas, ella revela, sin querer, una culpa al afirmar que no puede sacarse las manchas de sangre de las manos. Macbeth está demasiado preocupado con los preparativos de la batalla para prestar mucha atención a los sueños de su esposa, y se enfada cuando el médico dice que no puede curarla. Justo cuando el ejército inglés, comandado por Malcolm, Macduff y Suardo se acerca, se escucha en el castillo el grito de muerte de Lady Macbeth. Cuando Macbeth se entera de su muerte, comenta que no debería haber muerto todavía, y reflexiona sobre la falta de sentido de la vida.
Creyendo en las segundas profecías de las brujas, Macbeth todavía se cree inexpugnable para el ejército que se acerca. Pero Malcolm ha ordenado a cada hombre del ejército inglés que corte una rama del bosque de Birnam y la sostenga, para ocultar la cantidad de combatientes. Como resultado, el sirviente de Macbeth le informa que ha visto algo aparentemente imposible: el bosque de Birnam parece estar avanzando hacia el castillo. Macbeth queda conmocionado, pero aún así se enfrenta al ejército que se aproxima.
En la batalla, Macbeth mata al joven Suardo, valiente hijo del general inglés. Macduff desafía luego a Macbeth. Mientras luchan, Macduff revela que él no ha nacido de mujer, sino que "fue arrancado, antes de tiempo, de las entrañas de su madre muerta" (V, vii, 88). Macbeth se ve aturdido pero se niega a ceder ante Macduff. Macduff lo mata y lo decapita. Al final de la obra, Malcolm es proclamado nuevo rey de Escocia.