Resumen
Mientras Orfeo canta, llega un grupo de mujeres que afirman que las ha despreciado. Lo destrozan en un frenesí báquico. Los pájaros y las bestias, a quienes les encantaba oírlo cantar, lloran a Orfeo. Mientras tanto, el propio Orfeo está muy feliz porque se une a su Eurídice en el más allá. Baco castiga a sus Ménades por matar a Orfeo, que cantaba sobre sus atributos, y las transforma en robles. Luego, regresa a su casa, solo para descubrir que su padre adoptivo, Sileno, ha sido capturado por los frigios y llevado ante el rey Midas, Este, quien es un seguidor del propio Baco, lleva a Sileno otra vez ante el dios. Como recompensa, Baco se ofrece a concederle un deseo al rey Midas, quien pide que todo lo que toque se convierta en oro. Al principio lleno de alegría, el rey Midas se da cuenta de la tontería de su deseo cuando ya no puede comer ni beber. Baco deshace el deseo y le dice que se lave en cierto río, y Midas vive sus días como un seguidor asceta de Pan.
Incluso entonces encuentra problemas: un día Pan desafía a Apolo a un concurso de música: sus flautas contra la lira de Apolo. Tmolus, el dios de la montaña, es el juez y declara ganador a Apolo. Solo Midas se atreve a alzar la voz y objetar. En respuesta, Apolo transforma las orejas de Midas en las de un asno. Avergonzado, Midas se tapa las orejas con un turbante, pero el hombre que le corta el pelo descubre la transformación. Este hombre intenta guardar el secreto, pero finalmente debe susurrarlo en un agujero en el suelo. La verdad pronto se extiende por todo el mundo.
Apolo presencia la construcción de una nueva ciudad, Troya, en la tierra del rey Laomedonte. Apolo y Neptuno fabrican grandes murallas para la ciudad a cambio de un pago, pero una vez construidas las murallas, el rey afirma que nunca prometió tributo. Neptuno inunda la ciudad y exige el sacrificio de la princesa Hesíone, a quien Hércules rescata. Luego, Laomedon también rechaza el pago de Hércules. Más tarde, Hércules se apodera de la ciudad y casa a Hesíone con su compañero Telamón. Nos enteramos de una profecía que dice que Tetis, una diosa del mar, dará a luz un hijo mayor que su padre, lo que impide que Júpiter se acueste con ella a pesar de su deseo de hacerlo. En cambio, Júpiter ordena al hermano de Telamón, Peleo, que se case con Tetis. Tetis rechaza a Peleo y huye de él, tomando la forma de muchas criaturas. Siguiendo el consejo de Proteo, Peleo espera hasta que Tetis esté dormida y la ata con cuerdas, negándose a liberarla hasta que recupere su forma natural. Así conquista a Tetis. Poco después, le da a Peleo un hijo: Aquiles.
Peleo debe dejar a su familia después de matar a su hermano Foco y ser desterrado. Va a Trachin, una tierra gobernada por Ceix, y busca refugio con falsos pretextos. Ceix le da la bienvenida, aunque está melancólico por los sufrimientos de su hermano Daedalion. Daedalion tuvo una hermosa hija, Chione, de quien Apolo y Mercurio se enamoraron, y a quien dejaron embarazada, primero uno y lugo el otro. Ella tuvo gemelos, un hijo de cada dios: Autólico de Mercurio y Filamón de Apolo. Chione, llena de orgullo, se atrevió a compararse favorablemente con la diosa Diana, y en respuesta Diana disparó una flecha a través de la lengua de Chione, silenciándola y matándola. Daedalion se volvió loco de pena y trató de arrojarse desde una torre, pero los dioses le salvaron la vida convirtiéndolo en halcón.
Cuando Ceix termina su historia, Onetor, uno de los hombres de Peleo, trae la noticia de que un lobo está atacando al ganado y a los hombres de Peleo. Este último se da cuenta de que el lobo ha sido enviado por Psámata, la afligida madre de Foco, y reza a Tetis para obtener el perdón de Psámata. Peleo se traslada de nuevo a Magnesia, donde el rey Acasto lo perdona. Ahora Ceix decide consultar los oráculos de Apolo en Claros. Su esposa Alcione augura la perdición de este viaje, pero Ceix insiste en ir. Estando en el mar, una tempestad destruye el barco; Ceix se aferra a un trozo de madera flotante y reza para que le lleven su cuerpo a su esposa. Mientras tanto, Alcione espera a su marido, rezando en los templos de muchos dioses y diosas, pero especialmente de Juno. Cuando Juno ya no soporta verla rezar en vano, le envía a Alcione un sueño de su marido para explicar su muerte. Morfeo se le aparece a Alcione con el rostro y el cuerpo de Ceix y le revela el ahogamiento. Acto seguido, Alcione se despierta e, inmediatamente, se aflige por la desesperación. Esa mañana encuentra el cuerpo de Ceix en sus costas. Mientras viaja hacia allí, se transforma en un pájaro, y cuando besa el cadáver, Ceix también se convierte en un pájaro. Así continúan su amor como halcones.
Luego, el poema nos relata otra transformación de una persona en un pájaro: el hermano de Héctor, Esaco, se transforma en un pájaro con patas largas y delgadas. Primero, él se enamora de Hesperia, la hija del río Cebreno, que muere al ser mordida por una serpiente mientras la persigue. Loco de pena, Esaco se arroja desde un acantilado y Tetis decide salvarlo transformándolo en pájaro. Él adquiere esa forma alargada porque continúa intentando suicidarse una y otra vez, lanzándose desde los acantilados. Esta repetición hace que su forma se estire. Príamo, el padre de Esaco, y sus hermanos lo lloran, sin saber que sigue viviendo como un pájaro. Paris, por su parte, no lo llora porque está ocupado secuestrando a Helena, la mujer más bella del mundo, y huyendo con ella a Troya. Mientras tanto, los griegos forman un ejército para recuperar a Helena. Se topan con vientos rebeldes en Beocia y deben sacrificar a una virgen para apaciguar a Diana. Después de mucha persuasión, Agamenón accede a sacrificar a su hija Ifigenia, a quien Diana puede haber sustituido o no por un becerro. Los vientos amainan y los griegos continúan hacia Troya.
Llega a Troya la noticia de que los griegos se acercan. Así comienza la famosa Guerra de Troya. Aquiles, el campeón de Grecia, intenta matar a Cigno con una lanza, pero no lo logra porque este último es el hijo de Neptuno. Sus armas resultan inútiles, pero Aquiles persiste y finalmente estrangula a Cigno hasta que Neptuno transforma a su hijo en un pájaro en lugar de verlo morir. Después de esto, los ejércitos acuerdan una larga tregua, durante la cual los generales del ejército griego cuentan historias de otras batallas y otros guerreros.
Néstor declara que Ceneo era tan resistente como Cigno y, además, cambiaba de sexo. Ceneo fue una vez la virgen más hermosa de Tesalia, pero se resistía al matrimonio; finalmente Neptuno la violó y luego le concedió un deseo. Ella deseaba convertirse en hombre para no volver a ser violada nunca más. Neptuno obedeció, haciendo también a Ceneo invulnerable a las armas. Néstor continúa relatando que él y Ceneo asistieron a la boda de Piritoo e Hipodamia. Ellos invitaron estúpidamente a centauros, uno de los cuales, llamado Eurito, intentó secuestrar a la novia, y el resto atacó a las otras mujeres. Teseo mató a Eurito con un cuenco en la cara, y así comenzó una gran lucha entre centauros y hombres. Latreo, el centauro, se burló de Ceneo, aludiendo a su feminidad pasada, pero no pudo matarlo. Ceneo mató a Latreo, lo que llevó a Mónico y los otros centauros a enterrar a Ceneo debajo de una montaña de rocas y troncos de árboles. Algunos dicen que el cuerpo de Ceneo fue aplastado hasta el Tártaro, otros dicen que se transformó en un pequeño pájaro marrón y se fue volando. Mientras Néstor termina su historia, Tlepólemo le recuerda al anciano que su padre, Hércules, mató a muchos de los centauros. Néstor declara que nunca elogiará a Hércules porque ese héroe destruyó su casa y asesinó a sus hermanos.
Mientras tanto, Neptuno planea la muerte de Aquiles como venganza por la derrota de Cigno. Diez años después, Neptuno convence a Apolo de que Aquiles debe morir; Apolo dispone que una de las flechas de Paris, que el príncipe mimado lanza a medias hacia la línea griega, alcance a Aquiles en su único punto vulnerable, el talón. Aquiles yace muerto, y Ayax y Ulises se esfuerzan por heredar su armadura sagrada.
Análisis
La historia del rey Midas es uno de los cuentos más famosos de las Metamorfosis de Ovidio. Si bien podría haber sido incluida simplemente por sus rasgos cómicos, esta historia también enfatiza que los seres humanos no pueden manejar poderes milagrosos. Midas es el último de una serie de personajes a lo largo del poema que tontamente intentan comportarse como dioses. Faetón deseaba conducir el carro, la sibila de Cumas deseaba la inmortalidad y ahora el rey Midas desea que todo lo que toca se convierta en oro. Las personas no quieren nada más que convertirse en dioses, pero los atributos divinos inevitablemente enfatizan su estatus mortal. Faetón carece de la fuerza para ocupar el lugar de un dios, Cumas envejece a pesar de vivir para siempre y Midas no puede alimentarse, algo que no pueden dejar de hacer los mortales. Solo aquellos que aceptan su lugar inferior y dejan los milagros a los inmortales encuentran la felicidad en Metamorfosis.
La historia de Ceix y Alcione es una de las más tristes del poema. Una vez más, esta historia enfatiza la fragilidad de la vida humana. A pesar de la extraña premonición de Alcione, esta no puede evitar la muerte de su marido. Asimismo, todo lo que Juno puede hacer para ayudar a Alcione es decirle la verdad: su marido está muerto. Si bien esta historia enfatiza la naturaleza breve de la vida humana en comparación con la eternidad de los dioses, también es una de las pocas historias que enfatiza la posibilidad de que el amor humano sea fuerte y duradero, incluso perfecto. El mérito de su amor se honra con la transformación en pájaros.
Pero este no es el único mito de esta sección en el que se narra una metamorfosis en aves. Leemos también el relato de Cigno en el Libro XII, a quien su padre transforma en un cisne para evitarse el dolor de verlo morir bajo la espada de Aquiles: "Aquiles se disponía a despojar al vencido al ver las armas abandonadas, cuando el dios del mar transformó su cuerpo en esa ave blanca cuyo nombre es el que antes tenía: Cigno (cisne)" (p. 247). Al igual que en el mito anterior, el caso de Cigno es uno de los tantos ejemplos de humanos que son transformados en aves como una forma que los dioses encuentran de salvarlos de la muerte.
Por otro lado, Ovidio también se embarca en una de las secciones más extrañas del poema cuando aborda las escenas de guerra. Al describir la guerra y la violencia con tanto detalle, tan diferente a las otras secciones del poema, que tratan historias complejas y con mucha trama con brevedad y elegancia, Ovidio entra deliberadamente en la tradición de la poesía épica que comienza con Homero y continúa con Virgilio. Metamorfosis es su epopeya, por lo que aborda la historia épica clásica, La Guerra de Troya, en el estilo épico clásico, con sangre y agallas en abundancia.
Aun así, el estilo individual de Ovidio brilla, especialmente en la trágica historia de Ceneo. En este cuento se muestran todos los mayores instintos poéticos de Ovidio. La historia comienza con la injusticia de los dioses, que violan a una virgen una vez más, y con un deseo conmovedor que se extiende a través de miles de años: que ella se convierta en un hombre para evitar que esta injusticia vuelva a suceder. Ceneo, a pesar de su transformación, no puede escapar de su pasado como mujer, y es atormentada y finalmente enterrada por los centauros, los máximos representantes de la violación patriarcal. Así, Ovidio capta una paradoja: aunque Ceneo haya cambiado de sexo para evitar la violación, su cambio en sí ofende al mundo injusto y conduce a un destino aún más miserable: ser enterrado vivo. A su manera inimitable, Ovidio combina meditaciones sobre el cambio, el género, el poder y la inmortalidad con una notable sensibilidad hacia la injusticia.
El Libro XI también sirve como transición a la sección final del poema, que se ocupa más de una explicación histórica de la fundación de Roma y, en última instancia, de la glorificación del emperador Augusto. En cierto modo, Ovidio ya está empezando a hacer de Augusto el foco central del poema. En relación con esto, cabe aclarar que Augusto supervisó el mayor período de paz y prosperidad en la historia romana y, al enfatizar los horrores de la guerra, Ovidio, en cierta medida, también se propone poner de relieve las maravillas de la paz.
En otro orden de cosas, estos libros también demuestran la importancia de la narración en el mundo romano. Durante su tregua, los generales griegos cuentan historias de otras batallas y de grandes guerreros. Estas historias entusiasman a los hombres hacia mayores triunfos y les advierten contra el exceso de confianza. La historia de Néstor tiene interesantes paralelismos con la Guerra de Troya. La lucha es instigada por el intento de un centauro de fugarse con la novia, y la Guerra de Troya fue instigada por Paris, que se fugó con Helena, la novia de Menelao. En esta pelea Ceneo muere, a pesar de que él también estaba bajo la protección de Neptuno y se suponía que nunca podría caer ante una espada. En general, el mensaje de Néstor parece ser que en la guerra la muerte está en todas partes. Incluso cuando pareces más protegido, la muerte está constantemente tratando de encontrarte.