Noli me tangere Elementos Literarios

Novela realista, de denuncia social.

San Diego, Islas Filipinas. Década de 1880.

Narrador omnisciente en tercera persona.

Satírico, humorístico, dramático, lúgubre.

El protagonista es Crisóstomo Ibarra. Los principales antagonistas son el padre Salví y fray Dámaso.

Al volver a Filipinas, Ibarra se entera de que la Iglesia ha conspirado contra su padre, quien ha muerto en prisión. Luego, los máximos representantes del clero, el padre Salvi y fray Dámaso, intentan, primero, matarlo, y luego encarcelarlo, ya que se oponen a sus ideas liberales.

El clímax tiene lugar en el momento en el que Crisóstomo Ibarra escapa de la Guardia Civil y se despide de María Clara.

Durante el transcurso de la novela aparecen diferentes pistas que permiten que el lector advierta lo que al final se ha de revelar: fray Dámaso es el verdadero padre de María Clara. Una de las pistas más claras aparece cuando el narrador advierte que los rasgos de ambos son similares.

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La alusión más importante de la novela se encuentra en el título. 'Noli me tangere' es una frase de la Biblia, más puntualmente, del “Evangelio de San Juan”. Aparece en el pasaje en el que Jesús, luego de resucitar, evita el contacto con María Magdalena.
La crítica afirma que el autor eligió este título porque los temas que tocó dentro de la novela eran tabú, es decir, "intocables".

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Crisóstomo Ibarra casi muere asesinado por los miembros de la Iglesia, quienes complotaron para que la cabria se desmoronara sobre él. Sin embargo, se salva, y el pueblo considera que su salvación es un milagro, una obra de Dios.

Dentro de la obra, hay un paralelismo entre la historia de Don Rafael Ibarra y Crisóstomo Ibarra. Ambos son encarcelados por el clero tras recibir falsas acusaciones de colaborar con los subversivos independentistas.
Asimismo, José Rizal, el autor, también fue víctima de un complot llevado a cabo por la Iglesia católica, y terminó siendo condenado a muerte. Es decir, entre su obra y su vida también hay un claro paralelismo.

"Todos van a acabar como merecen; la mano de Dios se ve en medio, se necesita estar ciego para no verlo" (p. 198) (Metonimia).

En esta cita, fray Dámaso se refiere a través de una metonimia ("la mano de Dios") a los miembros de la Iglesia católica. La amenaza está dirigida a Crisóstomo Ibarra, quien, por intervención del clero, termina siendo encarcelado. Entre "la mano de Dios" y los integrantes del clero hay una relación interna, metonímica.

"Vosotros le oísteis esta mañana profanar el púlpito..." (p. 199) (Sinécdoque).

Crisóstomo Ibarra afirma que fray Dámaso, en su sermón, al hablar mal de los muertos, le faltó el respeto a la religión. Para hacerlo, utiliza una sinécdoque: se refiere a la religión a través del "púlpito", la plataforma desde la que el cura dio su sermón. Es decir, nombra el todo por la parte.

Dios es constantemente personificado, de manera irónica, por el narrador, quien le adjudica, burlándose de las creencias populares de los filipinos, ser responsable de una gran cantidad de hechos que suceden en las islas.
Por ejemplo, dice el narrador: "Cual una sacudida eléctrica corrió la noticia en el mundo de los parásitos, moscas o colados que Dios crió en su infinita bondad y tan cariñosamente multiplica en Manila" (p. 7).