Operación Masacre Elementos Literarios

No ficción, Nuevo periodismo.

La narración se detiene principalmente en la detención en Vicente López y los fusilamientos clandestinos de José León Suárez, ocurridos entre el 9 y el 10 de junio de 1956 en la provincia de Buenos Aires, Argentina. El contexto más amplio es el del levantamiento encabezado por Tanco y Valle e iniciado unas horas antes en oposición a la Revolución Libertadora, dictadura cívico-militar iniciada en septiembre de 1955. Agregados de otras ediciones incluyen reflexiones sobre momentos posteriores en la Historia Argentina, como el secuestro y asesinato de Aramburu en 1970.

Rodolfo Walsh es quien narra en primera persona los hechos, describe a las víctimas y despliega la evidencia de su investigación. En ocasiones, toma el punto de vista de sus personajes para reconstruir los hechos, pero también hace uso de su propia perspectiva personal de lo sucedido para manifestar su denuncia.

Walsh manifiesta enojo, indignación, frustración y sarcasmo, tonos que ponen en evidencia el carácter de denuncia de su relato.

Walsh se posiciona del lado de las víctimas, los muertos y fugitivos del fusilamiento. Los "enemigos", en este contexto, son los responsables de la "Operación masacre": Fernández Suárez, Rodríguez Moreno y, en última instancia, el mismo presidente de la nación, Aramburu.

Walsh denuncia que los fusilamientos de José León Suárez fueron "clandestinos", porque se los quiso justificar por medio de una ley marcial que no regía al momento de la detención, y que por lo tanto no podía ser aplicada en quienes fueron sentenciados a muerte sin aviso ni juicio previo. Toda la investigación gira en torno a esta cuestión, que tiene como conflicto principal el motivo de la hora: determinando en qué momento se promulgó la ley marcial, se revela si la matanza del basural fue hecha dentro de las leyes o por fuera de estas.

El momento más álgido de la narración es el momento de la masacre. Marca un antes y un después que concentra el horror anticipado por las intrigas y el suspenso, y que luego sigue con las terribles repercusiones que sufren sobrevivientes y familiares. La masacre es el hecho atroz que justifica todo el relato.

Walsh recoge algunas palabras dichas por sus "personajes" que parecen presagiar el momento de la masacre y que van cargando la atmósfera del relato de suspenso y anticipación. Esto sucede, por ejemplo, cuando un policía bromea con Troxler diciéndole "A ver si todavía te fusilan", o cuando Brión se preocupa por si los van a matar mientras esperan detenidos en la Unidad Regional San Martín.

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En varias ocasiones, Walsh hace referencia a escritores y personajes literarios, como Stevenson y su 'Dr. Jekyll y Mr. Hyde', para comparar algunos testimonios que recoge en su investigación con elementos ficticios e irreales. Ver sección "Citas" y "Resumen y análisis".

Ver sección "Imágenes Operación Masacre".

El texto plantea paradojas relacionadas con el contraste entre lo verdadero y lo verosímil, puesto que muchos de los sucesos narrados, por su carácter extraordinario, parecen sacados de un relato de ficción que no se acomoda a la realidad. Ver sección "Temas" y "Resumen y análisis".

Las alusiones arriba mencionadas funcionan como paralelismos con los que Walsh denuncia los intentos del gobierno por cubrir la causa de Livraga, como cuando afirma que justificar la aplicación retroactiva de la ley marcial es lo mismo que estar en un relato de ciencia ficción en el que se puede viajar en el tiempo. Ver sección "Citas" y "Resumen y análisis".

Cuando Walsh sostiene que la rebeldía alcanza a Aramburu y paraliza su mano, está utilizando una metonimia para referirse al modo en que el asesinato frena el poder que tiene esta persona, poder que se traslada por sinécdoque a su mano, parte del cuerpo con la que firma las órdenes de ejecución y los edictos que conducen al empobrecimiento del país. Ver sección "Resúmen y Análisis de la Tercera parte".

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