Jiménez dice que le gustaría tener cerca a un hombre como Alvarado, aunque es evidente que lo desprecia y desea tenerlo lejos
Durante el velorio de Morel, en "La aventura de las pruebas de imprenta", Jiménez y Daniel observan a la gente y conversan. Al notar al supuesto investigador de la compañía de seguros, el narrador señala la "expresión de ironía" (p. 27) que tiene Jiménez, quien luego hace el siguiente comentario:
—¿Sabe que tenemos entre nosotros una especie de investigador privado? —dijo señalando con un gesto al hombre de las manos a la espalda, que seguía paseándose, al parecer muy absorto en sus pensamientos—. Parece algo grotesco, ¿verdad? Sin embargo, ése es un hombre que me gustaría tener conmigo (p. 27).
El modo en que el comisario se refiere a este hombre y las acotaciones del narrador permiten comprender que siente verdadero desprecio por un mercenario como Alvarado, que lo único que quiere es evitar que la compañía de seguros deba pagar la póliza. El comisario y Daniel tienen un vínculo estrecho, y sus conversaciones siempre dicen más que lo superficial. Así, este fragmento contiene una ironía comprensible por su interlocutor, en la que dice que le gustaría tenerlo con él, cuando es evidente que, en realidad, lo detesta y su vínculo con ese hombre es exclusivamente utilitario.
Jiménez afirma confiar en la inocencia de los involucrados en el asesinato de Carla. Lejos de ello, los considera sospechosos a todos
En esta escena del crimen de "Variaciones en rojo", el comisario Jiménez interroga a los involucrados del siguiente modo:
—No quiero demorarlos demasiado —decía ahora extremando su engañosa actitud de condescendencia—. Estoy seguro de que ustedes podrán aclarar su situación. Estoy seguro de que nadie cometió el crimen. Quiero decir —añadió apresuradamente— que no deben inquietarse demasiado (p. 96).
Este pasaje no dista de ironías, puesto que está claro que los interroga porque, contrariamente a lo que dice, sabe que son los principales sospechosos y necesita descubrir quién es el asesino. Al mencionar su "engañosa actitud de condescendencia", el comentario del narrador subraya sugiere que el comisario exagera su amabilidad para presionar aún más a los involucrados, ver quién se equivoca o se contradice y atrapar al culpable.
Lázaro sostiene que es evidente que la muerte de Ricardo es un suicidio, pero con ello solo busca expresar que se trata de un asesinato
En "Asesinato a distancia", Daniel Hernández tiene una conversación con Lázaro sobre la muerte de su hermano Ricardo. En ella, Lázaro dice: "Es una lástima —dijo— que la muerte de Ricardo no pueda haber sido un asesinato" (p. 151). A continuación, pasa a explicar su teoría, le cuenta con detalle cómo cree que lo hizo Osvaldo (quien termina siendo, en efecto, el asesino), y se lamenta de no tener en ese momento las pruebas para demostrarlo. Después, repite: "—Por eso le decía que es una lástima que el caso sea tan evidentemente un suicidio" (p. 152). Claramente, Lázaro busca decir lo contrario a lo que piensa: para él no es nada evidente que haya sido un suicidio y está seguro de que fue un asesinato.
Lázaro se refiere a la relación de Herminia y Osvaldo como una "conquista fulminante", solo para expresar que la considera una estrategia fríamente calculada
En la misma conversación, Lázaro se refiere a la relación secreta entre Herminia y Osvaldo, después de la muerte de Ricardo, y a sus planes actuales de casarse. Al hacerlo, dice: "¿Una conquista fulminante, eh?" (p. 152). Evidentemente, se trata aquí de una expresión irónica, ya que él no cree que esa relación sea espontánea ni genuina, por el contrario, está convencido de que es parte de un plan fríamente calculado por Osvaldo para quedarse con la herencia de la joven. Con su expresión, busca decir exactamente lo opuesto: la relación está fríamente calculada.