-
1
¿Quién narra la novela y cómo se vincula esto con los principales temas Aura?
La novela está narrada en segunda persona, presuntamente por el personaje de Consuelo. De por sí, el uso de esa voz instala una cuestión dual, lo cual sugiere sutilmente la temática del doble. Dicho tema es de suma importancia en Aura y de algún modo la novela está construida, desde la forma, con ese concepto implícito.
Por otra parte, si tenemos en cuenta el personaje al cual se atribuye la voz narrativa, encontramos otras implicancias temáticas, como la de la memoria. Consuelo no solo estaría conduciendo un relato, sino que también estaría conduciendo a su marido, dirigiendo sus movimientos, encaminando su recorrido hacia la memoria de su propia identidad, tal como se revela hacia el desenlace de la trama.
Al mismo tiempo, si tenemos en cuenta el modo en que se conduce ese recorrido, cobra relevancia el de la razón versus la percepción, ya que la voz narradora se concentra en relatar lo que siente, toca, huele, y ve el personaje, poniendo la percepción sensorial por sobre la reflexión racional.
Otro tema que se vincula a la voz narrativa es el del tiempo. Si asumimos que Aura está narrada por Consuelo, el hecho de que la última frase de la novela sea dicha por ese mismo personaje parece proponer un cierre circular a una estructura de relato regida por ella. Esto resalta el carácter circular de la trama, de esa ficción ritual que los personajes parecen revivir una y otra vez, intentando burlar la linealidad, la cronología, el paso del tiempo que todo corrompe.
-
2
Además de la identidad duplicada de los personajes, ¿en qué otros elementos se hace presente la temática del doble en la novela?
Más allá de la identidad duplicada de los personajes principales (las duplas Consuelo-Aura y Felipe-Llorente), muchas otras cuestiones asociadas a la temática del doble se presentan en la novela. En principio, Aura está narrada en segunda persona, lo cual plantea una situación de interlocución, proponiendo una primera dualidad. Luego, vemos a un protagonista que se encuentra rodeado de duplicaciones, de repeticiones, sobre todo en los movimientos casi idénticos de Consuelo y de Aura, o en el hecho de que la mesa esté puesta para cuatro comensales, cuando solo son dos quienes se sientan a comer. Muchas de las revelaciones que tiene el personaje se dan, al mismo tiempo, frente a un espejo o frente a otros elementos que también espejan su identidad, como retratos fotográficos de Llorente o las memorias de aquel hombre, que es, en realidad, el protagonista mismo. Por último, entre los principales elementos vinculados al tema del doble que encontramos en la novela, se halla el hecho de que Felipe aluda a su propio rostro como una máscara, o que Consuelo haya tenido, en el pasado, un trauma ligado a la fertilidad, una imposibilidad de procrear, de replicar parte de su ser en un otro. Un trauma que, justamente, y como se revela en el desenlace, es el detonante de la creación de su doble, la fantasmática Aura.
-
3
Explique cómo se vinculan el tema de la memoria y el del doble en la novela.
La temática de la memoria se muestra en la novela como un concepto conflictivo: el protagonista tiene dificultades para recordar su propia identidad porque es víctima de una disociación. Felipe es Llorente, pero no lo recuerda. Así, el tema se vincula en gran medida con la temática del doble. El camino hacia la memoria radica en reunir los puntos a priori inconexos, asociar las dos versiones de una misma identidad; recordar es recuperar el hilo de sentido. En efecto, se explicita hacia el final de la novela el concepto de "memoria encarnada" (p.50) para denominar a esa entidad duplicada. Aura sería la corporeización de una memoria, puesto que representa un estadio del pasado de Consuelo, un momento de su juventud. Lo mismo sucede con Llorente y Felipe. En esta novela, la memoria adquiere materialidad, y dicha materialización constituye lo que se entiende como doble.
-
4
¿Qué formas de concebir el tiempo se ponen en juego en la novela? ¿Cómo inciden en el desenlace de la trama?
En la novela se ponen en juego dos formas de concebir el tiempo: una idea lineal y otra circular. La cronológica es, claramente, la que establece una consecución lineal de acontecimientos. Dicha consecución es irrefrenable, ingobernable: el paso del tiempo avanza linealmente sin importar las voluntades que quieran oponerle resistencia. En el tiempo circular, en cambio, la línea se curva, las puntas se tocan entre sí, estableciendo una lógica de repetición. Como en un reloj, es posible pasar más de una vez por el mismo punto. En la lógica de la ficción de esta novela, dos puntos de una línea temporal coinciden, se yuxtaponen. La versión joven de Consuelo comparte espacio con la última versión de la anciana con vida. Lo mismo sucede con Felipe, aunque el personaje no lo sepa o no lo recuerde durante gran parte de la trama.
En el desenlace de la trama, el protagonista tiene una revelación vinculada al tiempo, cuando comprende que vive en un tiempo circular, de fantasía, y el tiempo lineal lo golpea con toda su realidad. Felipe, quien se creía en un instante de la línea temporal que no le corresponde, se sabe, de golpe, víctima de un tiempo lineal que avanza veloz, que atropella su juventud y da paso irrefrenable a la vejez y luego a la muerte. Al final de la novela, el protagonista de Aura descubre que no tiene la edad que creía tener, la edad de su máscara de joven historiador. La realidad ahora descubierta es que no solo es más anciano de lo que creía, sino que de hecho le ha llegado la muerte: su existencia es la de un fantasma, el fallecido general Llorente.
-
5
La frase que cierra la novela es: “Deja que recupere fuerzas y la haré regresar” (p. 50). Explique quién la dice, a quién se refiere y qué implica en términos del desenlace de la trama.
Esta última frase es dicha por Consuelo. La mujer se dirige a Felipe y hace referencia a Aura. Lo que se evidencia en términos del desenlace, con estas últimas palabras, es lo que hasta el momento podía solo suponerse: la existencia de Aura depende de la voluntad y la fuerza de la protagonista femenina, Consuelo. Aura es la proyección fantasmática de la juventud y la vitalidad perdidas en Consuelo, como Felipe lo es del general Llorente.
Esta frase se dice al final de la novela y en un contexto particular: el matrimonio yace en la cama, ambos en los cuerpos de las versiones ancianas de sí mismos. En esa situación, la mujer le promete a su marido que volverán a revivir esos instantes de juventud cuando recupere las fuerzas para volver a corporizar esas versiones jóvenes de sí mismos, esos cuerpos de fantasía que han dado en nombrar Aura y Felipe.