Publicada en 1957, Balún Canán es la primera novela de la escritora mexicana Rosario Castellanos. La obra está dedicada a las tensiones y los conflictos entre los nativos y la población blanca de la región de Chiapas, al sur de México, durante la presidencia del socialista Lázaro Cárdenas y la reforma agraria.
La novela está dividida en tres partes: la primera y la tercera, de 24 capítulos cada una, están narradas en primera persona por la hija pequeña de la familia Argüello, mientras que la segunda parte presenta por medio de un narrador omnisciente aquellos eventos que le suceden a la familia, y que la niña aún no es capaz de dimensionar.
Tal como la propia Rosario Castellanos lo reconoció, Balún Canán da testimonio, desde la ficción, de la infancia de la autora: al igual que en la novela, su familia era criolla y dueña de una finca llamada “El Rosario”, que en su ficción se convierte en Chactajal. Entre Comitán y la finca, Castellanos fue testigo de los cambios económicos y políticos durante la reforma agraria y de la nueva distribución de tierras que afectó a las propiedades de su familia.
A pesar de estas coincidencias entre la ficción y la vida de la autora, no es correcto leer la novela como una autobiografía, ya que Balún Canán propone un complejo juego de escritura mediante el cual la autora revisa su propia historia y la ficcionaliza para construir un nuevo relato que plasma, eso sí, el carácter heterogéneo de la sociedad en la que vivió, la hibridación cultural producto de la convivencia desigual entre la población blanca y la indígena y las tensiones surgidas de dicho contexto.
Este mestizaje cultural queda representado en la novela por una multiplicidad de voces que se estructuran mediante dos tecnologías de la palabra: la oralidad y la escritura. Mediante el relato oral de la nana, la niña participa de la cosmovisión indígena tradicional mesoamericana, mientras que la tecnología de la escritura —que descubre y aplica al final de la novela— es la que le permite recuperar sus recuerdos y organizarlos en el esquema narrativo de la novela, un artefacto cultural occidental. De esta manera, Balún Canán da cuenta de la fusión de culturas tal como la propia Rosario Castellanos la experimentó durante su infancia y su adolescencia en Comitán.
Como primera obra de Rosario Castellanos, en ella ya pueden encontrarse algunas de las preocupaciones que marcarán toda su producción posterior: el rol de la mujer en la sociedad y la marginalidad de los pueblos indígenas en el México del siglo XX.