Genero
Novela testimonial y de aprendizaje.
Configuración y Contexto
Comitán y la finca de Chactajal, en la región de Chiapas, México, durante la década de 1930.
Narrador y Punto de Vista
La primera y la tercera parte de la novela están narradas en primera persona por una niña de siete años que pone el foco en la vida doméstica de su familia. La segunda parte está narrada en tercera persona e incluye algunos pasajes con monólogos interiores de los personajes. Esta segunda parte focaliza la narración en los conflictos entre la familia Argüello y las familias indígenas que viven en su finca de Chactajal.
Tono y Estado de Ánimo
Al tratarse de la narración de una niña de siete años, la primera y la tercera parte de la novela presentan la visión inocente propia de la infancia, aunque la atmósfera de la tercera parte se carga de presagios sobre la muerte de Mario y luego con la culpa, la pena y la soledad de la narradora.
La segunda parte de la novela presenta una atmósfera cargada de conflicto y tensión, con la sensación creciente de que está por suceder una desgracia a los personajes.
Protagonista y Antagonista
La narradora, una niña de siete años, es la protagonista de la historia. Desde su óptica, no hay un antagonista concreto, sino que el conflicto se da en la construcción de su identidad. La familia Argüello protagoniza el segundo conflicto principal, y sus antagonistas son los indios que desean destruirla.
Conflicto Principal
Existen dos conflictos principales en la novela: el primero de ellos es el de la narradora con la construcción de su identidad en relación con el lugar que ocupa en la estructura familiar y social, y el segundo es el conflicto que sostiene la familia Argüello contra los indios, del que la niña es tan solo testigo.
Climax
El clímax de la novela se alcanza cuando, después del incendio de Chactajal, la nana presagia la muerte de Mario en manos de los brujos indios. A partir de ese momento, la narración se dirige a su desenlace: la muerte de Mario y la nueva situación de la familia, destrozada por la pérdida de sus tierras y del apellido.
Presagio
A lo largo de la novela se acumulan diversos presagios. En la segunda parte, la primera vez que Matilde se quiere perder en el monte presagia su destino final. En la tercera parte, la nana presagia la muerte de Mario, una catástrofe que resulta finalmente inevitable.
Atenuación
N/A
Alusiones
En la novela abundan las alusiones al contexto político y social de mediados de 1930, al presidente Lázaro Cárdenas y a la reforma agraria y las leyes que impulsaba.
Imágenes
Ver sección "Imágenes".
Paradoja
N/A
Paralelismo
N/A
Metonimia y Sinecdoque
N/A
Personificación
La novela abunda en personificaciones. La visión del mundo que propone la narradora de siete años es vital y animista: toda la naturaleza se presenta personificada. Por ejemplo, en el siguiente pasaje se contempla una situación cotidiana en la que todos los elementos están personificados: "La llama de la vela nos dice por dónde anda volando el viento" (p. 19).
La nana es quien inculca de forma indirecta esta forma de ver el mundo, propia de las cosmovisiones tradicionales mesoamericanas, en la narradora. Por ejemplo, ella afirma que "El automóvil es un monstruo que bufa y echa humo. Y en cuanto nos traga se pone a reparar ferozmente sobre el empedrado" (p. 21).