Boquitas pintadas

Boquitas pintadas Metáforas y Símiles

“Ella era quien le chupaba la sangre" (metáfora) (p. 31)

La expresión "chupar la sangre" alude al comportamiento alimenticio de ciertos animales e insectos, como los murciélagos y las garrapatas, quienes se nutren a partir de la sangre de otros animales. La sangre simboliza en esta metáfora el flujo vital, puesto que el comportamiento de este tipo de animales por lo general produce enfermedades, heridas o la muerte al animal que es su huésped o presa.

Con esta expresión Nené se refiere a la viuda Di Carlo. Usa esta metáfora en una carta dirigida a Leonor en la que le explica que Juan Carlos estaba perdiendo su salud a causa de los encuentros con la viuda. Nené quiere que Leonor y su hija Celina no la responsabilicen a ella de la enfermedad de Juan Carlos, y por eso señala a la viuda como la culpable. Al decir que la viuda "chupaba la sangre de Juan Carlos", no se refiere al comportamiento literal de sobar o consumir la sangre del otro, sino que busca dar a entender que la viuda Di Carlo contribuía con la enfermedad de él.

“Podríamos arrancarle la careta a la verdadera asesina de Juan Carlos” (metáfora) (p. 31)

La imagen de la careta por lo general se vincula a la idea de la mentira, el engaño, fingir o esconder. La máscara aparece como algo que tapa una verdad o realidad de fondo, mientras muestra otra cosa. Se utiliza a menudo para referir al encubrimiento de la verdadera identidad.

Con la metáfora “arrancarle la careta”, Nené se refiere a descubrir la identidad de la mujer con quien Juan Carlos mantenía encuentros secretos. Nené utiliza esta metáfora en la última carta que le escribe a Leonor. Allí le cuenta el episodio en el que ella le encuentra a Juan Carlos un pañuelo de otra mujer. Ella cree que el empeoramiento de la salud de Juan Carlos y su muerte guardan alguna relación con su vinculación con aquella mujer, por eso habla de "arrancarle la careta a la verdadera asesina" .

"Dar el zarpazo" (metáfora) (p. 58)

Esta expresión se vincula a la conducta alimenticia de ciertos animales cazadores, principalmente los felinos. Estos animales, poseedores de fuertes y afiladas garras o zarpas, aguardan agazapados la oportunidad para atacar a su presa. Por eso se dice que "dan el zarpazo" cuando atacan a la presa, luego de haber esperado el momento adecuado.

En este caso, se utiliza esta expresión para referirse a abordar sexualmente a alguien. Es notable la relación que esta frase establece entre la práctica de comer y las prácticas sexuales. En referencia al manotazo hábil de un animal cazador que atrapa a su presa, Juan Carlos utiliza esta expresión para recomendar a su amigo Pancho que aborde sexualmente a La Raba. Sino, afirma, "se le adelantaría cualquier otro". La conversación tiene lugar en un bar. Se trata de la cuarta entrega. Pancho recuerda las palabras de su amigo, "dar el zarpazo", cuando está con La Raba en el pastizal, en la sexta entrega. De esta manera, vemos cómo el comportamiento violento de estos hombres aparece vinculado una vez más con el de los animales de caza (ver "Símbolos, alegorías y motivos").

"Me baño como Adán" (símil) (p. 95)

Juan Carlos escribe esto en una carta dirigida a Nené, en la séptima entrega. Con esta frase se refiere a que se baña desnudo en el río. Adán es el primer hombre creado por Dios según el libro del Génesis, y allí se dice que estaba desnudo. En la novela, Juan Carlos dice: "Me baño como Adán, porque no traje la maya, y como no puedo traerme una tohalla me tengo que secar al sol nomás".

La comparación que establece Juan Carlos entre Adán, el primer hombre, y sí mismo, contribuye a la idea que el lector se va haciendo sobre la personalidad de este personaje. En varias oportunidades, Juan Carlos se muestra egocéntrico, altanero y arrogante. La expresión "bañarse como Adán", si bien es de uso popular, en este caso refuerza la idea sobre su personalidad ruin.

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