Divinas palabras

Divinas palabras Guía de Estudio

Divinas palabras, subtitulada Tragicomedia de aldea, es una obra de teatro escrita por Ramón María del Valle-Inclán. Sale a la luz en 1919 tras un periodo de siete años en que el autor no publica nada. La obra está compuesta por tres jornadas (equivalentes a tres actos). La primera y la tercera jornadas constan de cinco escenas cada una, mientras que la segunda tiene diez. La acción sucede en doce escenarios diferentes, sobre todo exteriores. Aunque su acción no está ubicada temporalmente en ninguna fecha específica, se puede situar entre finales del siglo XIX y comienzos del XX.

Divinas palabras forma parte del llamado “ciclo mítico” de Valle-Inclán, compuesto por cinco obras que suceden en Galicia y en las que se representan las costumbres, los cambios sociales y las creencias de la zona. Las otras obras que forman parte del ciclo mítico son El embrujado (1912) y la trilogía de Comedias Bárbaras: Águila de Blasón (1907), Romance de Lobos (1908) y Cara de plata (1923).

Todas las obras del ciclo mítico, además, se enmarcan dentro del esperpento, género literario inventado por Valle-Inclán. La esencia del esperpento radica en la deformación exagerada de la realidad con la finalidad de generar una crítica social. El nombre “ciclo mítico” proviene, precisamente, de la intención del autor de construir una Galicia mítica, que no sea un reflejo de la realidad (al estilo del realismo español de la época), sino una deformación nacida desde la subjetividad y la percepción del autor.

Divinas palabras, como las otras obras de dicho ciclo, es expresionista, trabaja con lo grotesco; pone en escena situaciones trágicas que son tratadas en tono de comedia. Sus personajes están llenos de maldad y sordidez. Su lenguaje es radicalmente coloquial, su escenografía es muy vanguardista. En sus didascalias, incluso, Valle-Inclán no se preocupa por las limitaciones técnicas del teatro: aparecen animales en escena, sensaciones olfativas, pequeñas descripciones de cuestiones visuales que serían imposibles de percibir para el público, pero sí generan un efecto en los lectores de la obra. Es decir, Valle-Inclán concibió esta obra no solo para ser representada, sino también para ser leída.

Una clara demostración de las dificultades que presenta la obra para su representación es el tiempo que tardó en estrenarse: recién en 1933, catorce años después de su publicación, Divinas palabras fue estrenada en el Teatro Español de Madrid, dirigida por Cipriano Rivas Cherif, y con Margarita Xirgú como estrella principal. Sin embargo, con el paso del tiempo, esta se convirtió en la obra de teatro de Valle-Inclán con mayor llegada a nivel mundial. Hasta el día de hoy se realizaron 35 montajes en diferentes países de Europa, América y Asia. Entre los montajes más importantes se destaca el que realizó Ingmar Bergman en 1950, en Estocolmo.

Además, se hicieron dos versiones cinematográficas de la obra. En 1977, Juan Ibáñez filmó Divinas palabras en México, y en 1987, José Luis García Sánchez estrenó su film en España, con el mismo título. En 1992 se estrenó una versión operística en el Teatro Real de Madrid, con música de Antón García Abril.

Hoy, a más de cien años de su publicación, la vigencia de Divinas palabras está intacta. En los últimos tres años, la obra estuvo en cartelera en distintos teatros de España, realizada por reconocidos directores y actores, mientras que en 2019, se lanzó una edición crítica de la obra a cargo de David Acebes Sampedro.

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